La hora del respeto y la decencia
El contenido de este escrito no es el habitual de un Cronista Oficial, las circunstancias que me rodean han hecho que salte a esta palestra, para defender -si llego a tiempo-, la hoy vilipendiada parcela que de estudiantes denominábamos “Convivencia y Urbanidad”.
Habiendo sido instruido -a mí entender- adecuadamente, mi interruptor/diferencial, el que protege nuestro sentido común de cualquier alteración sobre lo cortés, la honestidad, la decencia o el respeto al prójimo, en mi caso ha cortado haciendo saltar la alarma.
Internet es un moderno medio de comunicación, muy potente, con unas prestaciones casi ilimitadas. Su adecuado uso nos puede ayudar a mejorar ampliamente nuestros conocimientos en todos los ámbitos. Digo bien “con un adecuado uso”, porque lo contrario de lo que debe ser correcto, precisamente en su uso, al ser una herramienta de doble filo, está siendo nefasta para una parte de la sociedad. Si no le ponemos freno viene el desenfreno. Si no lo regulamos viene el atropello vulnerando la ética, obviando el respeto que merecen los demás. Se abren brechas al límite que sobre su intimidad tiene derecho “el otro”, invadiéndole de la manera -a veces- más grotesca.
Se remiten a través de “Blogs”, Webs, PPS, y E-Mails, una serie de comunicados que en muchas ocasiones, rozan la legalidad. La burla y el intento de ridiculizar al vecino están a la orden del día. Hay algunos, bastantes de ellos, que mantienen una aceptable línea dentro de lo cómico o chascarrillo, sin sobrepasarse; pero otros, a los que yo me refiero en este escrito, solo inquieren el crear mal estar, incordiar, buscar la ridiculez de la persona o personas que se muestran. En la mayoría de estos que describo, se invade la intimidad con el mayor desprecio posible para quienes aparecen. Aquí la Ley debería ser contundente. No todo es válido. La libertad no debe ser confundida con el libertinaje.
No aguanto más, y si alguien no lo remedia, en este caso debería ser el legislativo, me limitaré a usar mis páginas preferidas, ya insertas en el archivo FAVORITOS, y empezar a poner obstáculos a la entrada de ciertos correos basura (e-mail).
Se ha perdido el respeto a las personas, ignorando a conciencia, que eso es lo más grave, el sentido del pudor. Un mundo llamado progre, que anda a lomos de lo automático, del robot, de lo digital, pero que su brújula está perdiendo el Norte ¿Un mundo civilizado?
El tema ha superado con creces la frontera de la sensatez. El ataque a la intimidad de las personas es un hecho consumado, máxime si esta, la persona o personas en cuestión, además son autoridad o ejercen cargo representativo dentro de la colectividad civil o religiosa.
Es la hora de recuperar el respeto y la decencia.