Sintetizando

La sociedad tiene un gran desafío: ¿Qué hacer con los desheredados Y ¿cuáles son los límites de la robótica? El progreso avanza tan rápido que, de no adecuarlo a las realidades, terminará por estrellarse.

En los aledaños de las grandes ciudades emergen, incontenibles, los asentamientos inhumanos de prolíficas “familias” que, como plantas sin tronco, van estrangulando los árboles en que se apoyan. Hoy los poderosos tienen sueños; y los débiles, pesadillas. Mañana, seguramente, los términos se van a invertir.

Si quieres eliminar a un enemigo, sácale las piedras del camino.
China exporta a Occidente pañales desechables y problemas insolubles.

Dicen que los patrones somos explotadores, y es verdad. Mientras fui patrón, estaba al servicio de la empresa las veinticuatro horas al día.

Hay dos clases de patronos: los que son por vocación y los que lo son por obligación.

Los primeros, si cumplen con la Ley, son merecedores de todo mi respeto.
Los segundos, de mi admiración y gratitud porque pudiendo vivir del “seguro” o de la política, (no es lo mismo servir al Estado que servirse del Estado) se rompen el. . . alma, tratando de sobrevivir.

En cuanto a los dirigentes sindicales, les diría que se comporten como defensores de la clase trabajadora y no se conviertan en una alergia.

Supongo que la ancianidad consiste en ver las cosas tal como son, y obrar en consecuencia.

El hombre puede prescindir de un coche, pero no de un trabajo digno.

En fin, al llegar el fin de año las personas maduras suelen hacer un balance de sus vidas, mientras que los ancianos hacemos arqueo.

A los que hacen balance, les diría que no menosprecien su Haber.

A los otros, los que presienten su arca semivacía, recordarles que, si han invertido bien, no deben temer al futuro.

Este año en mi mesa habrán dos nietos más y en mi corazón, todos ustedes.

¡Felices Fiestas!