¿Quién le dijo al hombre que es inteligente? ¿Su abuela?
Recientes acontecimientos me han hecho reflexionar profundamente.
La nube volcánica que impune se pasea por los cielos europeos, poniendo en evidencia la fragilidad de nuestra civilización.
El cambio climático cuyas consecuencias son aparentemente imprevisibles.
El progresivo envenenamiento, por pesticidas, de las vertientes acuíferas.
La contaminación de ríos y mares.
La degradación de las tierras productivas.
La irresponsable manipulación de especies vegetales y animales.
La tierra es ¡tan pequeña! ¡tan hermosa! ¡tan frágil!
Yo me pregunto: El hombre, ¿es realmente conciente de su proceder?
La otra perla es la reivindicación presentada en los Tribunales de Buenos Aires por las victimas del franquismo.
Toda victima debería ser resarcida. Pero pongámonos de acuerdo: ¿Hasta cuándo?
Cuando el árbol no nos permite visualizar el bosque, estamos perdidos.
En su evolución el hombre creó monóculos, lentes, lupas, prismáticos, telescopios.
Lástima que toda su inteligencia no alcanzó para crear un artilugio que nos permitiera ver hacia adentro.
Nos creemos hijos de Dios, cuando en realidad tan sólo somos un aborto de la naturaleza.
No tengo la suficiente capacidad para discernir si la humanidad es un drama o una comedia.
El hombre odia a las hormigas, porque intuye que cuando de él no quede el menor rastro, las hormigas seguirán formando trillos y cultivando sus huertos.
Al pensar en mis nietos, siento la enorme responsabilidad que nos cabe a todos y cada uno de nosotros.
No hay enervas renovables, todo es finito en lo que al hombre se refiere.
Resulta muy difícil ser conservador, en un mundo tan egoísta como hipócrita. Es mucho más rentable ser generoso, fundamentalmente con uno mismo y sobre todo, cuando se trata de bienes ajenos.
Que sea lo que Dios quiera.
Mi querido amigo, naci labrador y seguramente asi morire. El hombre debe limitarse a sembrar. (con amor) la tierra prodiga, se encarga del resto. Dios nos dio un cerebro y una lengua. Entre ambos dos orejas, dos ojos y una nariz con dos conductos. El que pueda entender que entienda el que no...