La coherencia de la incoherencia
Hoy voy a compartir con ustedes un tema tan espinoso, que es imposible rozarlo, sin sangrar.
El aborto
El aborto es un mini suicidio genético, cuyas razones y secuelas no alcanzo a imaginar.
Según entiendo el aborto es, fue, y será una decisión privativa de las femeninas. El masculino, pincha, pero no corta.
Quizás sea uno de los pocos casos, en que la victima, se convierte en victimario.
Si existe Dios, ¡Si existe el más allá! No quiero ni imaginar a estas dos desgraciadas criaturas si algún día, se encuentren cara a cara.
Hay colectivos que defienden, lo que consideran sus derechos.
El nonato no puede defenderse. Carece de voz y de voto.
Es el Estado por tanto quién debería tutelar al hijo y amparar a la madre de tal manera que, su decisión, no sea el fruto e la ignorancia, el desamparo o la desesperación.
Son tantas las personas rebosantes de amor que no encuentran en quien volcarlo.
Las leyes humanas de hecho, tan solo obligan a una de las partes, la débil.
La otra Ley. La única e inapelable, tarde o temprano pone las cosas en su debido lugar.
“Ver para creer” Sostenía Santo Tomás.
Yo he visto el corazón de mis nietecitos latiendo en el seno materno. Ese corazoncitos apenas percibibles, hace latir el corazón de toda una familia. Su familia que los espera de brazos abiertos.
Pobres criaturas que os condenan si haber sido juzgados.
Pobre sociedad que considera el nacimiento como el principio de la vida.
No derramo mis lágrimas por los míos. Las derramo por aquellos a quién no conozco, y a quién nadie llora por ellos.
Quisiera ver
la luz del amanecer
emerger tras las montañas.
Sentir por sobre mi piel
el sol, el viento y el agua.
Quisiera ver
el naranjo florecer,
las golondrinas volar
y mecerse
en el campo la cebada.
Con tantas madres que hay
a mí me ha tocado una
que carecía de entrañas.
¿Cuál ha sido mi delito
que, sin juzgarme,
me matan?
Gracias Miguel por tus conceptos. Espero no haber lastimado a alguien. En realidad no se quién es más victima la madre o el hijo. ¿Pero que hay responsables? ¡los hay!