Carta abierta a dos
En cierta ocasión le pregunté al autor de “El español y los siete pecados capitales” cuál de ellos era a su criterio el más predominante en la idiosincrasia de los españoles.
-¡La soberbia! –respondió sin vacilar.
Dice al respecto Baltasar Gracián en. “El Criticón”. Crisis XIII (s. XVII)
“La soberbia, como primera en todo lo malo, cogió la delantera {…} Topó con España, primera provincia de Europa. Parecióle tan de su genio que perpetuó con ella. Allí vive y allí reina con todas sus aliadas: la estimación propia, el desprecio ajeno, el querer mandarlo todo y servir a nadie, hacer del don Diego y “vengo de los godos”, el lucir, el campear, el alabarse, el hablar mucho, alto y hueco, la gravedad, el fausto, el brío con todo género de presunción y todo esto desde el más noble hasta el más plebeyo.”
Pero fue en los versos de nuestro paisano Guillén de Castro 1569-1631 “Las Mocedades del Cid” (página 35) donde encontré respuesta a mis inquietudes:
“Procure siempre acertarla
el honrado y principal;
pero si la acierta mal
defenderla y no enmendarla.”
La conducción de un país corresponde a la Mayoría. El control, a la Minoría. ¿La responsabilidad? A ambos.
No es fácil gobernar un país en el cual la política se ejerce desde la descalificación.
Señores Rajoy y Zapatero. Los cito por orden alfabético para evitar suspicacias. Aquello de izquierda y derecha, para mí sólo es un camelo.
Si ustedes tuvieron el criterio y la capacidad suficiente como para conformar una coalición en el País Vasco que asegura aún que más no sea transitoriamente cierta estabilidad…
¿Cómo no son capaces de hacerlo en el resto de los territorios?
¿O piensan que el desgobierno es menos letal que la ETA?
Señor Presidente, sea sincero: ¿Usted es socialista y obrero? Se lo pregunto, porque no lo parece.
El Partido Obrero Español es un aprendiz de gobernante. Y por cierto, las notas no son muy buenas que digamos.
Sea usted un Líder, Señor Mío. ¿Es mucho pedir?
Gracias Miguel por tu aporte. Solo quiero lo mejor para mi Patria.Considero que los españoles en lugar de ver tanto hacia fuera, observen un poco hacia dentro y traten de ver aquello que los une