Borriana, ciudat dormitori

¡A Salvador Monsonís Porcar, y a tantos burrianeros de brusa y sombreret, hoy, en momentos de tanta incertidumbre, os rindo mi más sentido homenaje!

Vosotros, que fuisteis capaces de levantar la sede del Círculo Frutero, de ir por esos mundos de Dios abriendo caminos hasta entonces ignorados para la naranja de Valencia, sin otro idioma que el valenciano y un chapurreo del castellano.

¡Vosotros, que con patriótico y desinteresado esfuerzo hicisteis la carretera y conseguisteis un puerto para Burriana!

¡Vosotros, que sois un ejemplo a seguir para Burriana, Valencia y España!

¿Qué nos diríais a los burrianeros de hoy, si levantarais la cabeza?

Seguramente a muchos de nosotros no nos iba a gustar vuestra opinión.

¿Qué les responderíamos si nos preguntaran per el seu hort y la seua alcrieta?

¿Que la cambiamos por un apartamento en la playa?

El Cardenal Vicente Enrique y Tarancón bendijo nuestra fanfarronería.

Me parece muy bien que así haya sido. Pero para ser fanfarrón, hay que tener de qué.

No deberíamos confundir al señor con el burgués.

Ni al harapiento con el artista.

No es lo mismo que Borriana avance sobre Vila-real. Que Vila-real, sobre Borriana.

¿Vamos a terminar siendo extranjeros en nuestra propia tierra?

¡Que ironía! Pensar que nuestros antepasados dieron su vida por ella, y ahora nosotros la estamos “regalando”.

El mayor enemigo del progreso es la abundancia.

Es muy difícil ser objetivo siendo juez y causa.

No obstante, considero que el burrianero en general es trabajador, inteligente y de un amor propio admirable.

Amor propio que si no está basado en la humildad y tutelado por la inteligencia, puede resultar letal.

De la actual juventud depende nuestro futuro. Tengo la más absoluta convicción de que no nos defraudarán. Todo lo contrario.

Burriana ha muerto…¡Viva Burriana!

Que todo sea para bien