El Tribunal Constitucional: Un gasto innecesario

Eso me lleva a pensar, que ni son tan preparados como parece, ni los más expertos constitucionalistas, sino doce señores, nombrados por el PSPE ó el PP, para decidir al dictado de quienes les eligieron.

Claro que por las últimas aportaciones, parece que hay uno de ellos (solo uno entre estos doce “hombres buenos”) al que su conciencia, le puede más que su obediencia partidista, y se ha negado a tragarse el “infumable sapo” de una “nación catalana”, que nunca existió, y que en su opinión, no tiene cabida dentro de otra nación evidente, la española.

D. Manuel Aragón, único Catedrático de Derecho Constitucional entre los doce componentes, pese a haber sido nombrado a petición del PSOE, ha mostrado su congruencia con los conocimientos que le avalan, para no aceptar ni de lejos esa tergiversación del hecho constitucional.

Dentro de una nación, no tiene cabida otra.

Tan sencillo como eso.

Los otros once señores, entre los que figuran Magistrados del Tribunal Supremo, Letrados del Consejo de Estado, Catedráticos de Derecho Mercantil , de Derecho del Trabajo, de Derecho Internacional Privado, y hasta un simple abogado, no son capaces de ponerse las gafas de la evidencia, y por unas u otras razones, cada cual defiende lo que se le exige que defienda.

Me permito vaticinar, que al Sr. Aragón, por consecuente, le quedan muy pocos “cortes de pelo” como miembro de ese Tribunal, y que a las primeras de cambio, dejara de serlo.

En estos cuatro años transcurridos, daría tiempo a muchos jóvenes españoles, a terminar la carrera de Derecho, y poder emitir un voto sensato dentro de la legalidad vigente, y con absoluta independencia y justicia.

Estos doce señores, no han sido capaces de hacerlo, y mucho me temo que no lo van a hacer antes de las próximas elecciones municipales y autonómicas de Cataluña, para prestar un servicio más a quienes les deben sus cargos, para evitar un enfrentamiento que podría llevar a romper vínculos al PSOE y al PSC.

Y todo, por la incapacidad, torpeza y estupidez de un señor, que sin encomendarse a Dios ni al diablo, tuvo la primera de sus “ocurrencias” increíbles, cuando manifestó a voz en grito, que el texto que saldría del Parlamento Catalán, sería aprobado.

Una más de las muchas mentiras de Zapatero, ya que hasta este momento ha sufrido ya mil recortes, y aún así, parece ser que los miembros del Tribunal Constitucional encuentran al menos 15 de los artículos, absolutamente inconstitucionales, y otros 25 de dudosa constitucionalidad.

¿No hubiese sido mas sencillo devolver el texto propuesto, para su revisión y examen hace cuatro años, en vez de estar viviendo todo este tiempo de la “sopa boba”?

Para mi hay dos puntos fundamentales, que sin ser jurista, y mucho menos constitucionalista, no tienen cabida dentro de la Constitución española.

1) El tema de querer considerar a Cataluña como Nación, cuando nunca lo ha sido, dentro de la Nación Española.
2) El tema del control y administración de los recursos hídricos, ya que según el articulo 149 de la Constitución, en su punto 22, dice muy claramente que será responsabilidad del Gobierno del Estado:

“La legislación, ordenación y concesión de los recursos y aprovechamientos hidráulicos, cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma (que es la única realidad evidente de Cataluña) y la autorización de instalaciones eléctricas cuando su aprovechamiento afecte a otra Comunidad, o el trasporte de la energía salga de su ámbito territorial”

Aunque sólo fuera por eso, el “Estatut”, ya no tiene cabida dentro de la Constitución, y a partir de ahí, se tienen que plantear en nuestro Gobierno, si es prioritario complacer a los del Tripartito Catalán, dándoles todo lo que piden y proponiendo el conveniente cambio de nuestra Constitución, o dejarse ya de hacer el ridículo, y empezar a tomarse en serio nuestra Ley de Leyes, asumiendo el costo político que ello lleve consigo, para un Zapatero, que por inconsciente, nos ha metido a todos los españoles, en una situación tan absurda como irracional.

Y si lo que debe priorizarse, es el interés partidista, no vale la pena seguir con esta pantomima, y acabando con el Tribunal Constitucional, y con todos los cuerpos de la Justicia en España, dejarle las manos libres al Presidente del Gobierno, para que monopolizando los tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, pueda en un momento determinado, ser ese arquetipo de dictadorzuelo latino americano, (a quienes tanto admira) que encarcele o proscriba a todos los que no acepten su infalibilidad.

Nos evitaríamos un montón de millones de euros, que podría dedicar a comprar mas incienso del que ya se gasta en este país, para su gloria y honor.