La suerte ya está echada

Son apenas las 10 de la noche del 21 de mayo, cuando escribo esta columna y se han confirmado mis temores relativos a las primarias del PSOE.

Sin terminar el escrutinio total, no hay duda de que ganará Pedro Sánchez.

La voluntad de unos 90.000 militantes socialistas, va a determinar un futuro
incierto para el partido y muy comprometido para España.

¿Y AHORA QUE VA A OCURRIR?

Nadie lo sabe, pero yo me atrevo a vislumbrarlo y exponer mi punto de vista con todas las reservas que se quieran poner y que yo acepto.

El PSOE, tiene un Secretario General, que sólo ha podido ganar electoralmente a sus propios compañeros socialistas dos veces consecutivas, perdiendo en todos los demás comicios en los que se ha enfrentado a candidatos externos y para mas "INRI" yendo a menos en cada nueva elección en la que ha participado.

Es decir, que sus propios compañeros de partido pueden confiar en él más que en otros adversarios socialistas, como le acaba de ocurrir a Hamon en el Partido Socialista Francés (ganó las primarias con el 56 % del voto de la militancia socialistas y Pedro lo ha hecho con un 50 % aproximadamente) pero los españoles le han mostrado su repulsa en cada ocasión que se ha presentado y mucho me temo que de convocar elecciones Rajoy a corto plazo, la intención de voto para Pedro Sánchez en España, seguiría bajando hasta límites insospechados del mismo modo que en Francia se quedó en un 6 %, impulsando a Melenchón (el seudo Podemos francés) que le triplico en votos.

Es decir que queriendo o sin pretenderlo, Pedro Sánchez se va a convertir en el enterrador del PSOE y en el impulsor de Podemos, porque los españoles desde siempre, preferimos los originales a las malas copias.

No tengo la menor duda, de que pese a todas las promesas de unidad y apoyo incondicional que se han ofrecido los aspirantes a estas primarias, los aparatos del PSOE en todas las regiones que han salido vapuleadas las otras candidaturas perdedoras, difícilmente van a colaborar a derrotarse a ellos mismos, ofreciéndole en bandeja de plata sus propias cabezas a Pedro, para que elija y decida los nuevos equipos socialistas autonómicos.

De momento ni Pedro Sánchez ni la mayoría de sus colaboradores directos están representados en el Congreso ni en el Senado, ya que apenas siete de los casi cuarenta miembros de su Comité Federal le han apoyado.

De momento, la pelota se queda en el tejado del PP.

¿QUE HARÁ RAJOY?

¿Convocará inmediatamente elecciones generales, para evitar el caos que se aproxima, si el PSOE que hoy figura en el Congreso le sigue haciendo la vida imposible?

¿Alargará su agonía todo lo que pueda, cueste lo que cueste, pagando a precio de oro cada nuevo acuerdo, por mantenerse en el poder?

¿Permitirá que se recomponga un socialismo a la deriva?

Sé que con todos los temas de corrupción que le han surgido de debajo de cualquier piedra pisada por el PP, no le sería fácil ganar con mayoría suficiente, para poder conformar un Gobierno estable junto a Ciudadanos e incluso partidos de derecha autonómicos como el PNV y los canarios, pero en la medida en que no convoque las elecciones rápidamente, el tiempo va a jugar en su contra.

Quizás debería de valorar la alternativa de buscar un cabeza de cartel entre los jóvenes emergentes líderes populares, libre de polvo y paja, para poder llevar a cabo su programa económico ( que es lo mejor que nos ha aportado a los españoles) para sacarnos del pozo en que nos dejaron los últimos gobiernos socialistas, sin llevar sobre sus hombros la pesada carga de la corrupción.

A su derecha no tiene rivales de momento, pero no sería de extrañar que fuerzas emergentes y consecuentes, empuñaran la bandera de todas las promesas incumplidas por él.

Si hacemos un análisis de lo que prometía desde la Oposición y sus realizaciones desde que llegó al poder, veremos que no ha derogado ni una sola de las Leyes Socialistas que prometió derogar, ni ha mantenido firmemente las que prometió llevar a término.

Y eso también ha decepcionado a muchos votantes habituales del PP, que se han pasado a la abstención.

He repetido mil veces, que yo había considerado siempre a Rajoy, como la única alternativa viable a los problemas que tenía España en 2011.

Por eso le voté.

Tuve mis dudas en 2015 y 2016, pero le seguí votando porque las alternativas de PSOE y Podemos, eran mucho peores y más arriesgadas (nos podían llevar a un Frente Popular del Siglo XXI,) y Ciudadanos estaba sin consolidar, dando bandazos y un día era socialdemócrata y al siguiente liberal.

No me gustan las personas indefinidas, ni los partidos sin un objetivo marcado y una ruta a seguir para llegar a esos objetivos.

Rajoy fija perfectamente el objetivo (la recuperación económica del país), pero su ruta puede cambiar inopinadamente, dando unos bandazos que me desconciertan y por eso ahora le considero ya un MAL MENOR, EN VEZ DE UNA SOLUCIÓN.

Deseo lo mejor para España y conozco el camino, pero de momento no encuentro al líder adecuado para abanderar ese proyecto.

Lo primero es que Rajoy esté dispuesto a sacrificarse y sugerir su sustituto, que muy bien podría ser Feijoo, acostumbrado a gestionar admirablemente en Galicia y ganador habitual con mayorías absolutas.

O quizás incluso impulsar unos acuerdos especiales con él y la connivencia de Ciudadanos, PNV y canarios si fuera imprescindible, para dejar la presidencia de Gobierno en sus manos a mitad de la legislatura, de forma que se garantizara llegar al final de la misma sin excesivas tribulaciones y sobresaltos, evitando vaivenes políticos y económicos de gran riesgo.

Yo convocaría elecciones, con un nuevo cabeza de lista del PP.

Sé que Mariano no lo hará, pero al menos lo sugiero, porque esa es mi opinión y me hago responsable de ella.

Lo demás es darle alas al nuevo Frente Popular, del que sin duda se iban a desmarcar los socialdemócratas históricos, pero como tanto Pedro Sánchez como Podemos se mueren de ganas de tocar poder, no dudaran ni un momento en pactar con independentistas para lograr sus objetivos, porque a ellos la unidad de España, les importa un pito.