Recordando lo inolvidable

El 13 de Julio se han cumplido dieciséis años del asesinato de Miguel Ángel Blanco y seguramente seremos muy pocos los españoles, que hayamos revivido la angustia y tristeza que sentimos en aquellos momentos, al comprobar la impotencia para frenar a aquellos asesinos inmisericordes.

Sin embargo con relativa frecuencia, suelen aparecer imágenes en las televisiones de uno de los asesinos más abyectos de ETA, paseándose por los bares de su pueblo tomando “xiquitos” y alternando con sus conciudadanos, y a nadie se le ocurre reconvenir al Gobierno por su tomadura de pelo a todos los españoles.

Antes Zapatero con De Juana Chao y en Septiembre de 2012 Rajoy, demostraron una falta total y absoluta de sensibilidad, excarcelando a dos hienas con apariencia humana.

Y en este caso me voy a referir al caso actual, Bolinaga, asesino convicto y confeso de tres guardia civiles y secuestrador de Ortega Lara, al que tuvo retenido en un escondite inhumano durante 532 días, y a quien hubiera dejado morir de inanición, de no haberle encontrado casualmente la Guardia Civil.

Se le juzgó y se le condenó a 178 años de cárcel, y no ha llegado a cumplir ni una parte mínima de su condena.

Pero lo más lamentable, es que se le libera en Septiembre de 2012, aduciendo que padece un cáncer en estado terminal, desoyendo los criterios del forense y cuerpo médico pertinente, que aconsejaban su tratamiento paliativo en el centro penitenciario en el que estaba recluido.

Pasados diez meses, le vemos ahora paseando libremente y bebiendo esos brebajes que parecen haberle alargado la vida de una manera milagrosa, y los médicos insisten ahora en que su situación es la misma que cuando fue excarcelado hace poco menos de un año.

Me hubiera parecido comprensible y hasta aceptable, que unos días antes de morir y ante la evidencia de dicha proximidad, le hubieran permitido ir a su casa a despedirse de los suyos, pero me ha parecido una burla que lleve diez meses disfrutando de una libertad que nunca mereció, y por la que nunca hizo nada.

¿Por qué el Estado en tan compasivo con estos mal nacidos?

¿Qué le deben nuestros políticos a esta gentuza, para ser tan condescendientes con ellos?

Ni lo sé ni lo quiero saber, pero en mi código ético, LAS BESTIAS, NO TIENEN DERECHOS HUMANOS, y estas bestias inmundas han demostrado mil veces que de humanos tienen muy poco, cuando ni respetaron las vidas de las personas, ni mostraron el menor arrepentimiento para pedir perdón por sus crímenes, así que ni tan siquiera cumplieron los requisitos mínimos imprescindibles para ser excarcelados.

Otra incongruencia de Rajoy, quizás empujado por sus Ministros Gallardón y Fernández (Justicia e Interior) que acabará pagándola muy cara.

Esas actitudes, a fuerza de ser repetitivas ya las podíamos esperar del Gobierno de Zapatero, pero nunca del Partido Popular.

Se pasaron ocho años en la oposición lanzando invectivas contra ETA, y cuando consiguen el poder, cambian radicalmente su estrategia.

Espero algún día que me den un razonamiento comprensible, pero de momento tengo que llegar a la conclusión, de que se mueven mucho más por conveniencias que por convicciones morales o principios éticos, y eso siempre lleva al fracaso.