Prostitución política de carretera

Hubiera podido titularse “En cazador cazado” recordando la pasión de José Blanco al exigirle a Paco Camps mil veces la dimisión, “por el grave delito de haber recibido tres trajes como regalo, valorado en unos pocos cientos de euros”.

Podría haber titulado la columna como “Otro sainete socialista, con final ridículo, incluso “El chapero, el proxeneta y el cliente”.

Pero lo fundamental, es denunciar los hechos presentados ante una Juez de Lugo, que tras estudiarlos detenidamente, ha encontrado elementos suficientes para derivar el caso al Tribunal Supremo, al verse envuelto en el mismo un “aforado”, que además de Congresista, es el Vicesecretario General del Partido Socialista Obrero Español.

Don José Blanco, contraviniendo todos los preceptos morales, en los que basaba su exigencia de dimisión en los casos de Barcenas y Camps, se aferra a su sillón de una forma irracional, haciéndole un flaco favor a su partido en este período electoral, y empeñándose en ser cabeza del partido por Lugo, cuando la agonía de su carrera en la política española, está más que cantada.

Según se ha podido leer en los medios de comunicación durante estos últimos días el Ministro de Fomento, entró en la gasolinera de Guitriz, poco después de que su primo Manuel Bran contase los 200.000 euros recibidos en billetes de 500 euros, que estaban en un sobre.

Tras charlar en la barra con su primo, Blanco se acerco a Dorribo y le invito a subirse a su coche oficial, para tratar el negocio a llevar a cabo, y por cuyo favor habían cobrado ya el primer anticipo del importe antes mencionado.

Es decir que se dan los condicionantes de un “proxeneta de lujo” (Manuel Bran) un “cliente” (Dorribo) que ansioso de disfrutar de los favores del “prostituto político” (Pepe Blanco) no dudó en pagar un precio astronómico, por poder meterse en la intimidad del coche oficial de lujo, del Ministro de Fomento.

Todos esos hechos parecen irrefutables, ya que de no serlo y no tener las correspondientes pruebas, nunca se hubiera atrevido El Mundo a publicarlo, arriesgándose a perder su prestigio, o a ser perseguido judicialmente.

Lo que sucedió en el interior del coche, solo ellos dos lo saben, y mucho me temo que a la hora de juzgar los hechos, va a ser la palabra del uno contra la del otro, pero de lo que no cabe la menor duda, es de los hechos antes explicados.

Y aunque sólo fuera por eso, la responsabilidad política del Sr. Blanco es innegable, y mucho mas si se tienen en cuenta sus exigencias como “inquisidor del Gurtel” en lo que se refería al ex Presidente de la Generalidad Valenciana, Sr. Camps.

El nepotismo en el entorno socialista, no es nada nuevo.

Basta con recordar los casos de Juan Guerra, a la sombra de su hermano, las subvenciones de la Junta de Andalucía a una empresa de la que era apoderada la hija del Presidente del Partido Sr. Chaves y culminados ahora con el ridículo caso de Manolo Bran, a la sombra de su primo.

En todos los casos se acaba “matando” al intermediario, sin darse cuenta que esa intermediación no hubiera sido posible sin el consenso de sus mentores políticos, que por lo visto sólo se fiaban de personas de su entorno familiar inmediato, para cometer estos actos, saturados de sospechas delictivas como poco.

Y como las desgracias nunca les vienen solas a los políticos socialistas, acaba de destaparse cambien el pucherazo de Melilla, en el que unos 2500 melillenses de clases muy humildes, votaron por correo en la sede del PSOE a cambio de la promesa de un puesto de trabajo.

Uno de los afectados, el Sr. Nordin ha denunciado los hechos con abundante documentación, y la Justicia ha tomado manos en el asunto.

Al parecer la organización de toda esa trama también se le adjudica al Sr. Blanco, que aun no sale de un terreno pantanoso……ya esta metido en otro.

Lo mas lamentable de todo esto, es el terrible efecto que puede llegar a tener hasta en su propio electorado, tanta corrupción económica y tanta miseria moral y falta de ética, en un partido que en su día presumió de “100 AÑOS DE HONRADEZ” (todos los año en los que no tocó poder)y ahora podría utilizar como cartel electoral “OCHO AÑOS DE DESPILFARRO……..E INMORALIDADES”

No soy quien para juzgarles, pero afortunadamente apenas faltan pocos días, para que el pueblo español juzgue con sus votos a esta gente, que durante los últimos años ha persistido en su error de pensar que los españoles somos tontos.

Me temo que en este caso, la sentencia va a ser muy cruel y dura con ellos, pero no me cabe la menor duda de que no será todo lo dura que se han merecido.

Creo haber dicho ya en alguna ocasión que la nefasta labor de Gobierno de Bettino Craxi en Italia, ha tenido al Movimiento Socialista Italiano, como un partido testimonial varias décadas.

Mucho me temo que la demagogia, el sectarismo, la incompetencia y la inmoralidad que han acumulado, tenga los mismos efectos en España.

El tiempo dirá.