¡Otro “diálogo de besugos”!

Todo paree apuntar, a que tanto el PP como CiU están dispuestos a escenificar una vez más un “dialogo de besugos”, que es el simple hecho de hablar por hablar, para repetir por enésima vez lo que ya se han dicho mil veces en directo o a través de los medios de comunicación.

Rajoy le dirá a Más, que existe una legalidad vigente y una Constitución que él no puede, ni debe ni quiere violar.

Más le responderá que quiere que los catalanes (y solo los catalanes) tengan el derecho a decidir, sobre lo que España tiene que ser en el futuro, olvidando lo que ha sido y sigue siendo desde hace quinientos años.

En esas circunstancias:

¿Para qué tienen que reunirse, si no hay puntos de convergencia posibles?

Rajoy no quiere ser el Presidente intolerante ante una opinión pública muy bien manipulada por sus adversarios.

Más, se sabe acorralado y cogido en sus propias mentiras, y quiere encontrar una salida airosa que le permita salvar la cara ante los catalanes, por eso habla de cambiar el texto de la consulta, con tal de poder tener algo a lo que asirse, en una situación tan insostenible para él.

Y por si no tenía bastante con el “fuego enemigo”, aparece Homs hombre de confianza de Más cuando éste sale al ruedo a otear otras posibilidades, para recordarle que tiene la responsabilidad antes sus compañeros de Coalición de Gobierno, Esquerra Republicana de Cataluña de mantener la misma pregunta que en principio habían pactado con ellos, es decir que no sólo tiene que protegerse del fuego enemigo, sino de su propia vanguardia que empieza a darle empujones, para que se despeñe en su propia estupidez.

Y muy probablemente todo acabe con unos cuantos millones de euros más, para que el Presidente de la Generalitat Catalana, a finales de 2014, como hizo en 2012 y 2013, le mande algunos de esos millones a Acció Cultural (entiéndase Eliseu Climent) para pagarle la cuota del préstamo hipotecario de su emblemático edificio de lo que era Almacenes el Siglo Valenciano, en el Centro de Valencia (unos 700.000 euros) mas otros 300.000 para sus actividades culturales pancatalanistas en la Comunidad Valenciana, y otros 100.000 más o menos como de costumbre para la Editorial Païs Valencia del mismo Climent, para difundir su ideología y vender la imagen de que pertenecemos a sus utópicos Paises Catalanes, junto con las Islas Baleares.

Me parece absolutamente vergonzoso, que el “mendicante presidente de los catalanes” pida dinero español, para luchar contra el sentimiento de la nación española, y más aun para intentar catalanizar no solo nuestra lengua, sino nuestra Historia, nuestro Siglo de Oro literario, nuestra cultura y nuestro acerbo valenciano y español.

Otra vez tengo que insistirle al Presidente Rajoy, que sepa distinguir entre quienes somos y queremos seguir siendo españoles, y aquellos que tratan de dinamitar España desde dentro.

Esta misma semana la flor y nata de la intelectualidad catalana y española, entre los que había Premios Nobel como el peruano Vargas Llosa (catalán y español de sentimiento) el filosofo Sabater, Boadella, Arcadi Espada, Suarez Illana, Jon Jauresti, Carlos Herrera, Gistau, el ex sindicalista Fidalgo, y otros muchos que harían una lista interminable, se han manifestado pacíficamente en las escaleras del Congreso de los Diputados, para entregar un manifiesto titulado LIBRES E IGUALES, que cualquiera de ustedes podrá leer recurriendo a la pagina www.libreseiguales.es, y en el que exigen a los poderes políticos que no cedan ante la presión de los independentistas catalanes, y sepan defender dignamente y dentro de la legalidad vigente, los derechos de todos los españoles en todo el territorio español.

Basta ya de concesiones a quienes ni las merecen, ni respetan a su propia y única nación.

Está muy bien que cada uno de los españoles tengamos una especial querencia a nuestra patria chica, pero ni he entendido nunca ni puedo entender ahora ese sentimiento negativo hacia la que desde hace cinco siglos, ha sido la tierra de todos los españoles, ya sea Cataluña, Valencia, Castilla o Andalucía o cualquier otra Comunidad Autónoma Española, porque ya no somos los Reinos de Taifas contra los que tuvieron que luchar nuestro antepasados, por mucho que algunos se empeñen en ese “regreso al pasado”, tan irracional como absurdo.