Mirando “el lado oculto de la luna” en Frankfurt
Y en mi tiempo de observación y síntesis procuré entrar en contacto con la voz de mi conciencia, a la que suelo llamar mi “noor al layali” (la luz de luna que me acompaña) y me ilumina el lado oculto de la luna.
Ella fue la que me hizo pensar en los paralelismos de la Alemania actual, la que está sacando del pozo de la crisis económica a una nueva Alemania que renace de las cenizas de la reunificación para elevarse cual Ave Fénix de Europa, nuevamente, una vez solucionados todos sus problemas estructurales y funcionales.
Y la base de ese maravilloso logro, según ellos mismos lo explican, está basado en su
“Grosse Koalition”, es decir en los pactos de Estado firmados entre los dos grandes partidos alemanes, que hasta las últimas legislativas estaban siempre enfrentados entre sí y permitían a los pequeños partidos (en su caso solía ser el Liberal) ejercer de partido bisagra.
Esa “bisagra” giraba hacia un lado u otro en función de sus propios intereses, ignorando el interés general de Alemania, lo que significaba una sangría enorme para la economía del país, generando una situación de inestabilidad política, que a su vez tenía una profunda repercusión económica en la marcha del país.
Bastó con que Angela Merkel y Schroeder, después de las últimas elecciones, se sentaran a analizar detenidamente el problema para que el despegue alemán y su fenomenal relanzamiento se volvieran a producir.
Pues bien, hoy, con el Presidente Zapatero recién confirmado en su cargo y con la felicitación automática de Rajoy, y después de oír sus discursos de toma de posesión y de reconocimiento, se me abre una puerta a la esperanza de algo similar en España.
Eso significaría el fin de los “partidos sanguijuelas”, que sangran la economía española en beneficio de minorías, que en la mayoría de los casos no se sienten españolas.
Oír a Zapatero ofrecer pactos de Estado y a Rajoy corresponderle al ofrecimiento abren una puerta al entendimiento y quiero pensar que tanto en materia anti-terrorista como de política territorial, hidráulica y de temas laborales y de inmigración se puede llegar a acuerdos muy convenientes, que acabarían con el “mercado persa” de la compraventa de ventajas para lo que yo llamo “partidos sanguijuelas”, y con ello, todo el resto de los españoles (que por cierto sí nos sentimos muy españoles), no tengamos que pagar facturas ajenas.
En épocas de crisis económica como la presente, donde hay poco para repartir, es imprescindible administrar bien los pocos recursos de los que se dispone, so pena de someter a la ciudadanía a un sobre esfuerzo impositivo, que a larga acaba separando a los administradores de los administrados, y estos pasan la factura tan pronto se les presenta la ocasión.
Tengo la sensación de que el PSOE se ha querido anticipar a las nefastas consecuencias que ello llevaría consigo y por eso, y por vez primera desde que llegó Zapatero a la Presidencia del Gobierno, en vez de arremeter de una forma irracional contra el PP le tiende la mano conciliadora.
Para hacer más creíble su gesto, le ha faltado reconocer públicamente que el error de la política antiterrorista fue suyo y pedir disculpas por ello, así como revitalizar y dar de nuevo vigencia al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo que él mismo motivó en tiempos de Aznar.
Pero su postura actual es un reconocimiento explicito (ya que no tácito) de su error y quizás por ello le ha sido suficiente al Jefe de la Oposición.
De todos modos, sería muy conveniente que los acuerdos a los que se llegue queden plasmados en negro sobre blanco para que todos sepan a qué atenerse y para que llegado el momento, si alguien se desvía de la ruta marcada, la otra parte se lo pueda recriminar con razones contractuales y no con simples palabras, ya que las palabras se las lleva el viento y en ese sentido los españoles ya conocemos la fragilidad de memoria y de cumplimiento del socialismo de Zapatero, y sería muy lamentable dejarse engañar el PP como se dejaron engañar CiU, ERC y los abertzales vascos durante la última legislatura.
Acuerdos de Estado, SÍ, pero bien definidos y con una hoja de ruta determinada para llegar a los fines propuestos sin serpentear en momentos determinados en virtud de los intereses partidistas de de unos u otros.
Y los demás a ver, oír y callar, y pasar de ser socios de un Pacte del Tinell innoble y de dudosa constitucionalidad a simples comparsas de una situación más lógica y sensata que beneficie a los ciudadanos del Estado español, en general, y no a unos pocos, en contra de la mayoría.
Espero, que esta lectura que yo he hecho, orientado por mi “noor al layali” alemana, sea la correcta y la que traiga una legislatura tranquila, sensata y distendida, en la que todos (o al menos una inmensa mayoría de los españoles), “tiremos del carro” en una misma dirección para impedir que se atasque en las piedras de una crisis económica profundísima de la que no podríamos salir en estos cuatro años si cada uno” tira de la manta hacia su lado” tratando de desnudar al adversario, ya que en ese caso acabaríamos desnudos casi todos y con varias mantas unos pocos.
Yo tambien he estado ausete unos dias. ¿Te crees lo que dice Zp?Pobre e infeliz, ...no te acuerdas? por sus gestos los conocereis, dijo no se quien.A cuantos se ha "cargado"ZP, Ibarra, Maragall, Bono(aunque ahora este con "cargo")Vazquez, y el penultimo Caldera, porque el ultimo sera Montilla..al tiempo, ya lo veras, su lugar sera ocupado por Celestino Corbacho. Ha tratado de engañar a la ETA y ahora intenta engañar por n-sima vez al Rajoy. Mira te apuesto una cena, ahi en Buriana.( ¿cuantas veces engaño a Rajoy en la anterior legislatura?, me parece que tres, ya que estas fueron las rueuniones que tuvieron con motivo de la ley antiterrorista que como bien dices Zp le hizo firmar a Josemari