Malos gestores

Son los que en tiempos difíciles eligen los caminos más fáciles para salir de los problemas que se les presentan, sin sospesar las consecuencias.

Y lamentablemente, este tipo de personas son las que han llevado o están llevando las riendas de España, desde que se inició la crisis en 2007.

Empresarialmente viví tres crisis económicas importantes durante el siglo pasado, aunque tan sólo la del petróleo a mediados de los setenta, llegó a tener una profundidad similar a la actual, ya que afectó prácticamente a todo el mundo sin exclusiones, y apenas los países productores de la nafta salieron beneficiados.

Los precios de la energía se multiplicaron irracionalmente, los niveles salariales subieron como la espuma, mientras el consumo sufría una retracción galopante.

Los márgenes de beneficios se iban al garete, y entonces como ahora, los “malos gestores” empresariales, encontraron como única solución la subida de precios, a fin de mantener unos márgenes a los que no querían renunciar.

Los más inteligentes y mejor preparados, supieron detectar rápidamente que por ese camino, no se llegaba a ningún sitio, que no fuese a la bancarrota, ya que cada pequeño aumento de precios, venia acompañado por una creciente pérdida de mercado.

Y se dedicaron a analizar profundamente su entramado empresarial, a ver las fugas de recursos propios por incompetencia, a analizar las mejoras posibles en sistemas de fabricación y a motivar a sus empleados con primas de productividad, entre otras muchas posibilidades de aliviar costos, para mantener márgenes sin aumentar precios.

Y mientras las empresas mal gestionadas iban cayendo una tras otra, las que habían llevado a cabo una reestructuración adecuada, pudieron salir de la crisis fortalecidas, con unos cimientos empresariales mucho más sólidos.

Pues bien, he querido presentar estos antecedentes, porque volvemos a incurrir en los mismos defectos, sin haber aprendido de experiencias pasadas.

Los Gobiernos de Zapatero, fueron tan caóticos en los inicios de la crisis, que malversaron todos los ahorros del Estado acumulados durante los Gobiernos de Aznar, y los tres primeros años de zapaterismo.

Quisieron solucionar una crisis estructural, como antes se habían abordado algunas coyunturales, y empezaron a gastar a manos llenas, en proyectos improductivos manejando el dinero del Estado, como el peor de los manirrotos lo hubiera hecho.

No se buscaron inversiones rentables, ni motivadoras para el empresariado.

Se limitaron a convertir al Estado en el primer derrochador, en planes E y similares, que solo sirvieron para enriquecerse unos pocos, a cargo del resto de los españoles, que lo pagarían entonces……y a partir de entonces.

La España que no era ni socialista (por conveniencia) ni comunista (por convicción), esperaba la llegada de Rajoy ilusionada y convencida de que sabría reconducir la situación.

Hoy nos hemos dado cuenta, de que nos ha defraudado.

También él, ha tomado el camino fácil, SUBIENDO LOS IMPUESTOS, en vez de poner un énfasis general en reducir los gastos del Estado, evitables, prescindibles e innecesarios por improductivos.

Eso era lo que prometió, pero no ha querido hacerlo.

Seguimos con unas cargas estructurales insoportables, y no sólo no ha recortado nada, sino que como “guinda de su envenado pastel”, esta semana propone la creación de algo parecido a un “Consejo Supervisor de la Trasparencia”, al que en principio se negaron todos los partidos de la Oposición, al pensar que iba a ser otro coto cerrado del PP, para colocar a sus afiliados.

Rajoy se ha ganado sus voluntades, dándoles cabida a todos ellos en ese órgano al parecer consultivo, pero sin ninguna capacidad ejecutiva.

Es decir, otro Consejo más a añadir a los mil y uno existentes tanto a nivel estatal, como autonómico, que no va a servir para nada, ya que en el mismo tendrán cabida sólo políticos de todos los colores, sin otra finalidad que cobrar de los impuestos confiscatorios que estamos pagando el resto de los españoles hartos ya de tanto incompetente y vividor.