Lógica y sensatez

Aplicando la más elemental de las lógicas y desarrollando ese concepto fundamental que es la sensatez, se podrían haber paliado gran parte de los problemas que nos afligen, pero ni antes ni ahora, nuestros gobernantes han puesto a funcionar su lógica mas elemental, y consumido un solo gramo de sensatez.

Lamentablemente, hemos vivido un ciclo económico en que tanto unos como otros, tan sólo se preocuparon del presente más rabioso, obviando que a todo presente le sucede otro que visto desde su momento es lo que solemos llamar futuro.

Y estamos ahora en el futuro de aquel presente, en el que nadie pensó, pero que ha llegado, como suele llegar el invierno tras cada otoño.

Nuestros gobernantes fueron cigarras, que malgastaron todos los recursos que se generaban a diario, en busca de un voto que les sostenía en sus privilegiadas posiciones, mientras los impuestos que ingresaban en las arcas del Estado, eran dedicados a hacernos creer a todos los españoles que la situación iba a ser eterna.

Los que teníamos la necesidad, por razones profesionales de darnos frecuentes paseos por el mundo, éramos conscientes de que antes o después la burbuja explotaría.

Personalmente yo había vivido ya dos “explosiones de burbujas” una bursátil y otra inmobiliaria, y en un plazo muy corto de tiempo.

A finales de los años setenta se produjo un caos bursátil en Kuwait, llevando al “Souk al Manak” que ejercía de Bolsa de Valores en el Emirato, al hundirse irremisiblemente y con su hundimiento, fueron muchas las empresas que quebraron.

Fue simplemente una concatenación de compraventas a medio y largo plazo, orquestadas por un inteligente comerciante de media capa que también estaba en el gremio de la iluminación, y que me permitió conocerle como cliente.

Se pasaba muchos meses al año en La Manga del Mar Menor, donde era afamado por sus propinas millonarias cuando salía del jugar en el Casino, hasta que un día su castillo de naipes se hundió, y tuvo que salir por piernas de Kuwait, por lo que le perdí la pista, aunque conocí por boca de mis clientes los miles de millones de pesetas que les costó a todos los que creyeron en su forma de hacer negocios.

Los errores los pagaron quienes los habían cometido.

Ni más ni menos.

Pocos años después, en Singapur se produjo la “burbuja inmobiliaria”.

Pero apenas duró un ciclo de seis-siete años, en los que se reclamo mucho suelo al mar, y se levantaron torres de edificios de libre mercado (allí normalmente hasta entonces, la construcción en altura la llevaba el Ministerio de la Vivienda, y la cedía a los ciudadanos nativos a cambio de un porcentaje fijo para todos, de su masa salarial).

Cada seis meses cuando volvía a Singapur, mis amigos y clientes me hablaban de sus pingües beneficios comprando y vendiendo “flats” cerca de la costa y con vistas al Océano.

El urbanismo era excelente, ya que cada complejo, estaba rodeado de miles de metros cuadrados de césped y servicios comunitarios, que les convertían en entornos paradisíacos.

Tras unos años de bonanza, vino el declive y al mismo ritmo irracional que subieron los precios especulativamente, se hundieron luego.

Algunos se enriquecieron muy notablemente y otros acabaron arruinados, es decir exactamente igual que aquí.

Pero tanto en Kuwait con el caos bursátil y bancario, como en Singapur con la burbuja inmobiliaria, cada palo aguantó su vela, y el Estado se limitó a ejercer de arbitro de las situaciones, obligando al estricto cumplimiento de las legislaciones vigentes, sin tener que hacerse cargo de errores de sus administrados, ya que los administradores no estaban envueltos en toda esa marabunta.

Lamentablemente, aquí en España, se les exige a los diferentes Gobiernos, que sea el Estado, quien cargue con la responsabilidad de afrontar todas las perdidas, que es tanto como globalizar los errores que acabaremos pagando entre todos los españoles, cuando los pingües beneficios que se generaron durante el boom inmobiliario, fue a parar a los bolsillos de quienes se beneficiaron del mismo exclusivamente.

¿Por qué ninguno de los dos Gobiernos que se han sucedido, no han optado por una solución a la kuwaití o a la de Singapur?

Tengo que concluir que por la mala conciencia de quienes nos han gobernado, conscientes de que fue el poder político quien generó la situación, poniendo al frente de las Cajas de Ahorros a personajes o personajillos políticos, sin formación bancaria ni ética personal, para que robaran y se enriquecieran ellos y sus “ad lateres” tanto como pudieran.

Y encima nos pusieron como Gobernador del Banco de España a un ciego voluntario, que tenia muy buena vista, pero solía cerrar los ojos y mirar hacia otra parte, cuando le convenía a él, o a quienes le sugerían que hiciera la vista gorda.

Todos los españoles nos llenamos ahora la boca, pidiendo al Gobierno que no desmonte nuestro utópico Estado de Bienestar, porque todos pensamos que eso se pagará con el dinero de los demás, sin emplear ni un solo átomo de sensatez, y razonar que “los demás, somos todos” y que acabaremos pagando cada uno de nosotros mucho mas de lo que recibamos, ya que aquí en España, para ofrecer cualquier servicio mínimo, las cargas de infraestructura que se montan para darlo, son anormalmente desproporcionadas, ya que sirve solo para colocar a amigos y parientes de quienes montan esas estructuras desde el Gobierno.

Sobra Estado para tan poco Mercado.