Liverpool: una experiencia inolvidable

Mi vida, desde mi mas tierna infancia ha estado siempre íntimamente relacionada con el fútbol.

Dios no me dio aptitudes para practicarlo a un nivel adecuado, pero sí me permitió entenderlo y disfrutarlo siempre, razón por la que se ha convertido en mi hobby preferido a lo largo de toda mi vida.

Fui cronista deportivo del Deportes y la Hoja del Lunes en los años sesenta del siglo pasado, colaborando también en Radio Burriana durante aquella época, cuando había a modo de un Carrusel Deportivo de Tercera División y con aquel carnet de Prensa Deportiva que aún conservo como oro en paño, tuve acceso a muchos campos de fútbol durante varios años incluidos Mestalla y hasta el viejo Wembley donde me dejaron entrar la primera vez, con cara de sorpresa suya y mía, por lo que no volví a intentarlo.

A partir de entonces, me he dedicado a ver todo el fútbol imaginable a lo largo y ancho del mundo, aprovechando mis viajes por motivos profesionales siendo a la vez socio del Valencia CF mas de 35 años, del Villarreal CF los últimos 14 años que son los que llevo viviendo aquí y también socio del Burriana casi todos estos años, aunque a decir verdad el Campo del San Fernando lo he frecuentado menos que Mestalla y el Madrigal por razones de imposibilidad material de verlo todo.

Seguí al Valencia en las tres Finales Europeas que disputó en Saint Dennis en Paris contra el Real Madrid y en San Siro contra el Bayern con sendas derrotas y también saboreé la dulce victoria en el Estadio Ulevi en Goteburgo contra el Marsella y en un empate en Leeds en una de las semifinales de Champions, y disfruté viendo ganar sobre el terreno al Valencia una Copa del Rey en Sevilla, con un ambiente espectacular.

Es decir que había visto todo tipo de acontecimientos y todo tipo de resultados.

Lo disfruté a tope, pero tengo que reconocer que nunca viví un ambiente como el de Anfield Road y sus aledaños en Liverpool el pasado jueves 5 de mayo.

No les voy a comentar el partido ni su desarrollo, porque ya se ha comentado sobradamente en todos los medios de comunicación.

En fútbol, como en todos los deportes en general, es tan importante saber perder, como saber ganar, aunque la victoria te deja un sabor de miel y la derrota de hiel.

Todos tenemos que agradecerle al Villarreal CF el haber podido vivir esta experiencia, que en mi caso muy posiblemente sea mi CANTO DE CISNE, como seguidor del equipo por el extranjero (¡ojalá no sea así!).

Porque mirando a mi alrededor durante este viaje a Liverpool, no encontré a casi nadie que se acercara a mis setenta y un años, lo cual evidenciaba que yo era un anacronismo en el entorno, pero no por ello disfruté menos que los demás.

Ha sido como escribo en el enunciado UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.

Viví en Londres durante cuatro meses a los 20 años, estudiando inglés y trabajando para poder pagarme la estancia y posteriormente habré estado tanto en la capital, como en Birmingham, Manchester, Glasgow y Leeds más de veinte veces en viajes de negocios durante varios días y les puedo asegurar que nunca disfruté de un clima tan benigno y soleado como los dos días que hemos pasado en Liverpool.

Eso nos ha permitido callejear por la ciudad bastantes horas y conocerla al menos en su Centro Comercial e Histórico.

Me ha encantado la ciudad y su ambiente.

Probablemente por su condición portuaria, le gente es muy hospitalaria y comunicativa y en ningún momento he detectado el mas mínimo detalle de mala educación, ni entre la ciudadanía ni entre sus aficionados normales.

Apenas una manada de salvajes maleducados, se dedicaron a echar botes de cerveza y zarandear el autobús de los jugadores en la llegada al Estadio, pero esos son la excepción que tiene toda regla y no puede deteriorar la imagen general de una afición entregada pero muy respetuosa con los adversarios.

Convivimos entre nosotros en el “punto de encuentro” que se organizó para amenizar la tarde del miércoles y toda la jornada del jueves hasta hora del fútbol en Concert Square y concretamente en el Pub Mac Cooley´s, a distancia de tiro de piedra The Cavern uno de los locales mas visitados de la ciudad por ser el sitio donde se iniciaron The Beattles, los iconos musicales de nuestra juventud.

Los paseos entre nuestro hotel situado junto a los muelles al borde del río Mersey, y esa zona fueron constantes en las 36 horas que estuvimos en la ciudad previas al partido, por lo que pateamos el centro neurálgico de la ciudad, desde Derby Square con el Memorial a la Reina Victoria pasando por Lord Street (parada obligatoria en el Centro Comercial Liverpool One y a la tienda oficial del Liverpool así como en su terraza para comer donde coincidimos con Pepe Llop, compañero de tertulia de radio, y su familia) siguiendo luego por Church Street hasta subir al final de la misma por Bold Street hasta llegar a nuestro “meeting point” donde me llevé la agradable sorpresa de encontrarme, entre otros muchos conocidos, con Dora Llop (también compañera de tertulia radiofónica) y su esposo.

Una hora antes del partidos ya estábamos en Anfield Road en cuyo exterior hay habilitada una zona similar a la Plaza dels Llauradors de Villarreal, llena de bancos y tenderetes de bebidas y comidas, donde confraternizamos los cuatro miembros de la Peña del Porquet Groguet de Burriana que viajamos juntos (Sergio Blasco, Vicente y Marina Gil y yo mismo) con un grupo de aficionados del Liverpool formados por una pareja de novios norirlandeses de Derry y un par de amigos que eran de Liverpool pero trabajaban en Southampton y se hicieron 800 kilómetros por venir a ver el partido.

Nuestra despedida de ellos fue: “GOOD LUCK… FROM TOMORROW” es decir “BUENA SUERTE… A PARTIR DE MAÑANA” porque los dos grupos lo sentíamos así.

Amables, educados y ni mas ni menos hinchas de sus colores de lo que lo que somos nosotros, entre los que Marina se lleva la palma, pues no he conocido una chiquilla que disfrute del fútbol y de su entorno, como lo hace ella desde que la conocí con catorce años y la convierten en la seguidora mas asidua del Villarreal CF, en sus desplazamientos tanto dentro como fuera de España, acompañando a su padre.

Y una vez dentro de campo ¡SENCILLAMENTE IMPRESIONANTE!

De los cincuenta y cinco mil espectadores, éramos dos mil amarillos y el resto rojos.

Este club sólo admite un cupo máximo de 30.000 socios y por eso mantiene una lista de espera de 25.000, que anualmente van incorporándose a medida que fallecen socios.

Sensacional su forma decantar su himno, un YOU NEVER WALK ALONE, que pone la carne de gallina y que esta vez fue cumplimentado también con un homenaje a todas las víctimas de la tragedia del Estadio de Heyssel en 1985 cuya sentencia eximiendo de la responsabilidad del mismo a los aficionados, ha venido a hacer justicia con veintisiete años de retraso.

En resumen, después de ver lo visto, tengo que reconocer que ANFIELD ROAD no es el más grande de los estadios de fútbol del mundo, pero sin duda es de todos los que yo conozco, el que vive el fútbol de una forma mas intensa y solidaria con su propio equipo, respetando a la vez al adversario salvo esa minoría que antes ya he descrito y que solo la sufrieron los jugadores de nuestro equipo al bajar del autobús a la puerta del Estadio.

Quizás ese ambiente tan impresionante, la excesiva tolerancia del arbitro magiar Kassai en el juego subterráneo que desde el primer minuto desplegaron los rojos, y el primer gol encajado en una jugada desgraciada, determinaron un resultado inesperado.

Nuestro equipo no está acostumbrado a jugar así y no se adaptó.

Pero no importa demasiado, porque han hecho una campaña espectacular y han llegado a donde nunca pudimos imaginar que llegarían en circunstancias normales, por lo que solo nos queda agradecerles su esfuerzo y felicitarles por todo lo conseguido tanto a la Directiva como al entrenador, al cuerpo técnico y a toda la plantilla tanto la del primer equipo, como la del B del C y juveniles, ya que todos han superado las expectativas.

¡ENDAVANT VILLARREAL… Y A REPETIR EL ANY QUE VE!