Inmolarse o suicidarse

No es lo mismo “Inmolarse” que “Suicidarse”, y aunque en nuestro código ético ese hecho no sea tan patente, puedo asegurarles que en el de los islamistas, la diferencia es trascendental.

El “suicidio”, es un acto de cobardía, del que se avergüenzan sus familias.

La “inmolación” es un acto de heroísmo, que no sólo les llena de orgullo, sino que lleva implícito en muchos casos, el recibir pensiones vitalicias los deudos de quien se inmola, que garantizan un futuro digno, ya sea a sus padres, hermanos, viuda o hijos, es decir a los herederos del “mártir”.

Recuerdo la impresión que me produjo en el año 1985, una visita en Abu Dhabi, a un cliente nuevo, que tuvo la amabilidad de llevarme a comer a su casa con su familia.

Era un palestino, que luego resultó ser una persona vinculada a la OLP, empresario de éxito en el ramo textil, y que proyectaba incorporarse creando una nueva empresa, al tema de la decoración de interiores.

Al llegar a su casa, me sorprendió algo similar a lo que nosotros llamaríamos un pequeño altar, con una foto de una joven guapísima, con velas alrededor de la misma.

Mi curiosidad me hizo preguntarle quien era, y me dijo que era una sobrina suya educadora ejerciente en lo que ellos llamaban sus “territorios ocupados” que se había inmolado, acabando a la vez con la vida de algunos ciudadanos y militares israelitas, motivo que la había convertido en una referencia para su familia, en plena juventud pues apenas superaba los 25 años.

Pocos años después, y tras la invasión iraquí de Kuwait, viví una experiencia semejante en el emirato, y esta vez también era una chiquilla de 18 años recién cumplidos.

El ejercito iraquí había habilitado el Hotel Sheraton en Safat, como su Cuartel General, y en aquellos tiempos de la invasión, se generó una especial connivencia entre el ejercito invasor y una muy importante colonia palestina que residía en Kuwait, y era frecuente por lo que me contaron, ir a presentar los respetos al Gobernador iraquí que era por supuesto un militar de alta graduación del ejercito de Saddam Hussein.

Pues bien, esta chiquilla nativa, se infiltró en una de estas recepciones con el cuerpo trufado de explosivos que hizo saltar por los aires a todo el mundo de su alrededor, y al terminar la invasión, alcanzo un enorme grado de popularidad entre la población kuwaiti.

Pero en los dos casos, no era un suicidio sin consecuencias, sino una” heroica inmolación”.

No entra en los parámetros de ningún islamista, ni tiene la menor recompensa económica ni religiosa el suicidio, y eso lo debían de saber perfectamente los inductores intelectuales del 11M, por eso trataron en principio de hacer creer que las mochilas las habían detonado quienes las pusieron allí.

Pero eso es algo fácilmente demostrable, y las pruebas evidenciaron que no fue ese el caso.

Y precisamente por eso, yo que conocía perfectamente la mentalidad y sistema de trabajo de los terroristas islamistas, desestimé desde el primer momento esa hipótesis.

Pero aún me quedé mas sorprendido, cuando a los pocos días, quieren hacerme “tragar el sapo” de que un grupo de seis o siete musulmanes, se reúnen en un piso de Leganés, para suicidarse todos juntos.

Inmediatamente tuve el convencimiento, de que era muy posible de que hubieran sido utilizados para colocar las mochilas en los trenes, pero que esas personas nada tenían que ver con la logística y diseño intelectual del atentado.

Más bien habían sido victimas ellos mismos de quienes les contrataron, y en vez de pagarles lo convenido les prepararon una emboscada, llenando el punto de encuentro de cargas explosivas, para asesinarles a todos juntos, y así, borrar los rastros que pudieran quedar tras ellos.

De haber sido “terroristas islámicos” hubieran explotado ellos con las cargas explosivas, en cuyo caso, si “les hubieran estado esperando cincuenta vírgenes” a cada uno de ellos en su paraíso, y sus familias hubieran podido aspirar a cobrar importantes indemnizaciones por su acto de heroísmo.

Así que mis queridos lectores, esta es sólo una más de las muchas razones que me llevan a pensar que han estado queriendo mentirnos, y desviar la atención de la opinión pública española, por un camino que esta muy lejos del que fue el que realmente acabó con las vida de doscientos españoles inocentes, para beneficio de “quien sabe quien” y “por que razones”, pero no me cabe la menor duda de que antes o después se acabará aclarando, por muchos años que pasen.

Es curioso que quieran tratarnos de “fachas” a quienes nos interesamos en aclarar este enigma, en vez de tratar de encontrar a los criminales y a los inductores intelectuales de tan lamentable crimen.

Y prometo no volver a incidir en este tema más de momento, ya que siempre habrá quien quiera ver en mis argumentos razones que no existen.

Sólo me mueve una razón:

AVERIGUAR QUIENES Y PORQUE LO HICIERON, PARA QUE PAGUEN POR SUS CRIMENES, Y NO LOS VUELVAN A REPETIR.