Inflación y Ministerio de Economía al parecer… ¡ni se saludan!
Si un Ministerio y una faceta me habían parecido sensatamente administrados en la presente legislatura eran el Ministerio de Economía y el control de la inflación, y estaba convencido de que en cierto modo el primero era responsable de lo segundo.
Cuando se publicaron los datos del IPC del mes de septiembre y apareció un aumento inusitado de un 0,8 por ciento mensual, se me disparó una pequeña alarma roja en el cerebro, pero pensé que podía deberse a algún factor determinado como el alza del precio del petróleo o quizás algún otro que me pasó desapercibido.
Pero ahora se publica el mismo dato del mes de octubre, y el incremento es de un 1,3% y lo que pudo ser algo coyuntural, en mi opinión ya toma matices de estructural.
Para mayor desconcierto mío, el mismo Ministro, Sr. Solves, se descuelga argumentando que también para él es un dato inesperado, y en ese mismo momento llego a la conclusión que tan inesperado debe de ser este galope desbocado de la inflación como el control anterior que yo le atribuía a su buena gestión.
En resumen, pierdo la fe en lo único que creía del Gobierno del Presidente Rodríguez Zapatero.
La extrapolación de los datos de septiembre y octubre de 2007 y los agoreros presagios que el mismo Gobierno trasmite en sus mensajes económicos llevan a pensar en una inflación para el 2008 muy superior al 10% (una media del 13% si nos atenemos a la referencia de los dos últimos datos mensuales recibidos), cuando el último quinquenio nos hemos movido en el entorno del 3%.
Me viene a la cabeza, en una comida familiar reciente, cuando mi esposa se quejaba de lo que habían subido los alimentos, y yo recibía el comentario con una sonrisa irónica, porque vengo oyéndolo frecuentemente, mi hijo, en un gesto muy especial suyo, me hizo el siguiente comentario:
"Papá, ese es un tema de auténtico interés para la gente en términos generales y no los temas de política genérica que tú abordas en tu columna. Tú hablas del sexo de los ángeles… pero la gente tiene que vivir. Y este es un problema de vivencia básica que tú no percibes porque no vas a la compra. Yo sí lo hago y mamá tiene más razón que un santo.
El zumo de naranja que yo compro ha subido de 0,90 a 1,30 euros en poco más de un mes. La barra de pan en términos algo menores pero similares. El brick de leche de 0,70 a 0,90. La carne de pollo de 1,90 el kilo a 2,50 y la docena de huevos de 1,05 a 1,20, y te hablo de mismas calidades y mismas marcas. Todos son productos básicos de las clases menos favorecidas, comprados en el mismo supermercado, y en un plazo máximo de 2 meses.
Escribe sobre eso".
Y le prometí hacerlo y por eso lo hago.
Es muy coincidente todo esto con lo que se ha publicado del Índice de Precios al Consumo (IPC), y de verdad que asusta y debe de preocupar.
Pero no alcanzo a entender que con un euro más revaluado que nunca (1,48 dólares por euro), productos que no deberían de verse afectados por factores externos, han subido de una forma tan exagerada.
¿Acaso no se puede controlar todo eso desde el Ministerio de Economía, a través de la Dirección General de Mercado Interior, si existe ésta?
Lo digo desde la más absoluta ignorancia, pero ciertamente, si no existe, deberían de crearla, y si existe… es como si no existiera.
Hoy me preocupa la microeconomía familiar, como resultado de una comida familiar y una conversación intrascendente, pero en el día a día me preocupa mucho más la macroeconomía española, dentro del entorno europeo y mundial, porque hay muchas más cosas que me resultan incomprensibles.
Pero de eso les hablaré otro día para no cansarles.
