Garzón es un prevaricador
Es tal el empecinamiento que han puesto en defender lo contrario, quienes me rebatían en mi columna, que voy a tratar de argumentarles por que lo decía yo, y por que estaba cargado de razones.
La frase del titulo de esta columna, no es mía, por que yo no soy Juez, y no me quiero constituir en Juez y parte de nadie.
Aquí no se habla de políticos ni de colores.
Se habla de un Juez, a quien el Tribunal de Estrasburgo, en sentencia de hace dos meses, le reconoció como prevaricador, por no haberse inhibido como era su obligación, en el “caso Vera” por “evidente enemistad”.
Hoy mismo, un socialista histórico, el Sr. Rodríguez Ibarra, coincide con la misma opinión del tribunal de Estrasburgo, y nadie se rasga las vestiduras.
Aunque sólo sea por esa sentencia ya firme, nadie podrá negar la evidencia de que es un prevaricador.
Allí no cabía el amparo, ni la manipulación de un poder político, que aquí, en el interior, se ha lanzado a una campaña de “limpieza y prestigio”, de lo que ni es limpio, y sin embargo ha perdido todo su prestigio.
En el presente caso, que esta sometido a la decisión del Consejo Superior del Poder Judicial, ya he observado dos movimientos que en mi opinión son muy significativos.
El Sr. Garzón, recusa a Margarita Robles y otros dos miembros del mencionado CSPJ, argumentando una “manifiesta enemistad”, que es patente, y lo hace con todo su derecho, y dentro de la legalidad vigente.
Los implicados, en un gesto que les honra se apartan del caso.
Él, por su parte no actuó igual en el caso Vera, y la “enemistad” era tan patente como ésta, si no mucho más, ya que cuando salió del Ministerio del Interior el Sr. Garzón clamó a los cuatro vientos, que era por sus enfrentamientos con Vera.
Sin embargo, ocurre que hay tres íntimos amigos del Juez, que son el Sr.Gómez Benítez y otros dos más que no recuerdo exactamente, y estos han declinado inhibirse.
La Ley, es muy explicita en este sentido, diciendo que deben inhibirse, aquellos casos de manifiesta “amistad o enemistad”.
Aquí sólo han tenido la dignidad de hacer uso de esa obligación, los “enemigos”.
Eso es una muestra más de la catadura moral, y la ética de unos y otros.
Parece que la Ley, no obligue a todos por igual, o que cada uno la interprete a su propia conveniencia o a la de sus amigos.
Hasta aquí lo evidente y sentenciado ya, que es lo que me autoriza a decirlo que digo.
Pero además, quedan por juzgar otros tres casos por los que ha sido imputado, este Sr.
Y que el simple hecho de haberse aceptado a trámite, hacen pensar que hay indicios sólidos de prevaricación, dolo, o cualquier otra figura delictiva en un Juez.
No es sólo un Juez normalito.
Es el Juez por antonomasia, aquel a quien se considera el mejor conocedor del entramado legal español, y ha sido precisamente él, quien ha incurrido en torpezas tan imperdonables, como someter a escuchas ilegales, los encuentros entre acusados y sus defensores, cuando no eran casos de terrorismo.
Eso lo conocía Garzón, pero quiso ignorarlo, y con ello ha conseguido precisamente el efecto contrario al deseado.
Seguramente al contaminar su instrucción, la ha arruinado.
Además, era indigno ver como día a día, desde su juzgado se iba filtrando al País, todo lo necesario, para ir socavando la confianza en sus adversarios políticos.
No culpo al Juez de hacerlo personalmente, pero sin duda es responsabilidad suya controlar los mecanismos de filtración, para evitarlos, y o no lo hizo, o lo hizo muy mal.
Con esto, no quiero eximir de responsabilidades a los delincuentes que pueda haber en el Caso Gürtel, pero si salen de “rositas”, no busquen a otros responsables, que no sea el mismo Garzón.
Los demás, siempre quedaran como presuntos delincuentes.
Él como delincuente convicto y confeso, si se le condena.
Del caso de los crímenes de guerra o postguerra, no quiero ni hablar.
El Juez, sabía y conocía la Ley de Amnistía que se promulgó en España, en los años setenta, y sin embargo ha querido ignorarla, sin estar derogada.
Tampoco parece que eso sea muy legal.
En fin, que quien para unos españoles, parece un “Paladín de la Democracia”, para otros no pasa de ser un mal Juez, sin los requisitos mínimos de objetividad, ética y moral, como para poder investírsele, de la categoría que nunca tendrá.
Ha sido vengativo, sectario e implacable con sus supuestos contrincantes (incluso con los de su mismo partido), y ahora pide la imparcialidad y tolerancia que nunca tuvo él, en circunstancias similares.
Sólo espero, que quienes entren a opinar en esta columna, me argumente o contradigan a los argumentos que yo expongo, rebatiéndolos si hubiera lugar con datos más concretos o específicos que los míos, si alguna de mis puntualizaciones no es exacta.
De política no hablaré, porque en mi última columna y en esta toca hablar de Justicia, qué en definitiva debería ser solamente una e igual para todos.
que si que si, que nos lo creemos jajajaja No haré mas comentario al respecto, el señor Verdegal se lo ha dicho bien bien clarito....