¡Españolizar lo español: No! ¡Catalanizar lo valenciano: Sí!
Definitivamente estamos en un país de alienados.
Parece que la simple reflexión hecha por un Ministro de Educación español, en el escenario catalán, comentando que se debe de “españolizar” a los niños catalanes sea un motivo suficiente para condenarle y pedir su destitución.
Estos payasos (tanto los independentistas catalanes como sus “asociados” socialistas) que han llevado a cabo o permitido todo lujo de incalificables manipulaciones en la educación de esos niños, que son tan españoles como los castellanos o los andaluces , se han pasado más de treinta años adoctrinando a las juventudes catalanas, en un desprecio (cuando no odio) hacia todo lo español, su idioma, su bandera, su himno y sus peculiaridades.
Y ahora que por fin sale un gobernante español, con el suficiente sentido común, como para decir lo que debería de ser evidente, esa pandilla de indignos representantes del pueblo español, le tildan de franquista, como si reivindicar la españolidad de lo español, tuviera que ver más con Franco, que con el sentido común.
Desde luego, con todas las pegas que se le quieran poner al franquismo, y con todos los defectos inherentes a una dictadura, sus decisiones estaban mucho mas impregnadas de sentido común, que las de estos mamarrachos ensoberbecidos.
Y de eso los valencianos podríamos escribir una tesis doctoral en contra del catalanismo activo en nuestra Comunidad (para ellos País Valencia) ya que han intentado “catalanizar” todos los signos de identidad valencianos, fagocitando nuestra lengua y convirtiéndola en un híbrido al que ellos llaman “valenciano normalizado”, cuando tiene muy poco que ver con el que hablaban nuestros abuelos, nuestros padres, y seguimos hablando los valenciano parlantes de mas de sesenta años en el ámbito valenciano, que tiene muy poco que ver con el de los doctos universitarios que se han dedicado a vivir de ese cuento, financiados por el poder catalán.
De eso Eliseu Climent y sus hordas lingüísticas y académicas les podrían hablar largo y tendido, aunque nunca lo harán, para no avergonzarse de ser valencianos.
Algún ilustre convecino, también me gustaría que algún día me explicara, porque nuestra Academia Valenciana de la Lengua, no se llama Academia de la Lengua Valenciana, cuando él nació hablando valenciano, y siempre se ha considerado valenciano, pero en el momento de elegir de la denominación de la Academia, fue bendecido con un alto cargo muy bien retribuido, quizás a cambio de renunciar a su valencianismo aparente.
También se han hartado los “CATALINOS” de ondear la cuatribarrada lisa y llana por las narices de los valencianos, sin el azul que distingue a los valencianos,, y de pregonar sus utópicos “Paisos Catalans”, incluyendo a la Comunidad Valenciana y a las Islas Baleares, sin que nadie les tildara de “fascistas”, “franquistas”, ni mal nacidos, que es lo que son todos aquellos que no son agradecidos a la tierra que les vio nacer.
O sea que ese mismo poder catalán que ahora lamenta que se quiera “españolizar” lo español, y le parece reprobable, lleva treinta años queriendo “catalanizar” lo valenciano, que no tiene nada de catalán, y sin embargo eso les parece tan excelente, que hasta han hecho multimillonario al Sr. Climent y ricos a otros muchos valencianos, llenándoles los bolsillos a cambio de sus campañas “catalanizadoras”.
Tuve ayer la oportunidad de disfruta de una experiencia personal que viví en una boda, y de la que voy a darles “pelos y señales”, para que no les quede la menor duda.
Entre los asistentes, había un señor de 82 años (Adrián Salas para mas detalle) nieto de valencianos cuyo padre ya nació cerca de Oran, y murió asesinado por los argelinos en 1962, cuando su madre, sus hermanas y él con su esposa Cecilia (hija de castellanos) se fueron a vivir a Francia, estando afincados ahora en Cap D´Agde cerca de Sête al sur de Francia.
El padre del novio nos ubicó en la misma mesa y para mi gran sorpresa Adrián y yo nos pasamos toda la tarde hablando en “nuestro valenciano”.
Cuando le dije sorprendido que me maravillaba lo fluido que era en nuestra lengua, me explico que sus abuelos se preocuparon siempre de hablarle en valenciano desde niño, y en su casa desde que nació en 1930, hasta que salió de Argelia en 1962 el idioma de comunicación había sido el valenciano, así que disfrutaba hablándolo cada vez que venía a la tierra de sus antepasados, y se sentía muy honrado de hacerlo….pese a que Cecilia apenas entendía un poco.
Yo hubiera pagado, para todos estos académicos y lingüistas de nuevo cuño, hubieran podido disfrutar de aquel valenciano “tan de mis abuelos, de mis padres y mío”, como descontaminado de cualquier influencia catalanista, de la que aparecen rebozados ahora todos los textos que nos presentan como valencianos, pretendiendo hacernos creer “que las cebras….son burros en pijama”.
Este señor me proporcionó uno de las mayores satisfacciones, que se pueden sentir a mi edad, ya que era como oír hablar a mis abuelos, a mis padres y a mis tíos, sin la menor contaminación, y eso en los tiempos que corren, sólo está al alcance de los ancianos, la mayoría de los cuales ya han “rendido armas” y hasta llegan a esforzase en aprender ese hibrido de catalán que ahora llaman valenciano, para no hacer el ridículo.
Lo siento, pero yo no.
Me siento muy orgulloso de “mi lengua valenciana”, de la bandera de mi Comunidad con la franja azul, del Himno Regional, que me emociona cada vez que lo escucho, de mi lengua castellana (tan mía como la valenciana), de la bandera española que es la de la única nación que hay en España, del Himno Nacional español, y curiosamente cuando más valenciano me siento, más respeto quiero y admiro todo lo español, porque para mi es como el respeto y el amor a mis padres, y a mis abuelos.
Son amores tan dignos el uno como el otro, que no compiten ni restan, sino que sumen y multiplican mi orgullo de ser valenciano y español, y me atrevo a asegurar que la inmensa mayoría de los valencianos bien nacidos tienen unos sentimientos muy parecidos.
Quizás si el socialismo valenciano recapacitara, y se desprendiera de ese egoísmo que a nivel nacional, hace que sus líderes siempre procuren complacer a los nacionalistas e independentistas (ya sean catalanes o vascos), podrían optar un día de gobernar en nuestra Autonomía.
Pero son incapaces de hacer ese examen de conciencia, y precisamente por eso llevan treinta años en la oposición, porque el pueblo valenciano nunca les perdonará su entreguismo al poder catalán, y su desprecio por lo valenciano.
Tampoco voy a decir que Aznar tuviera una actitud acorde con los intereses culturales valencianos durante su mandato, porque no la tuvo.
Él fue el responsable de la lamentable denominación de nuestra Academia Valenciana de la Lengua, en vez de Academia de la Lengua Valenciana, y de algunos errores más como la decapitación de Alejo Vidal Cuadras, todo para complacer a un Pujol, al que necesitaba para la gobernabilidad de España.
Al igual que luego Rajoy, con la defenestración de Mayor Oreja en las Vascongadas, nombrando a un Basagoiti, mucho más dócil con los socialistas vascos que le han utilizado a cambio de nada.
Y es que no quieren darse cuenta, tanto Aznar antes, como Rajoy ahora, que el PP tiene una base de votantes muy fieles, y que cuando se dan cuenta que el PP adopta posturas seudo nacionalistas, prefieren votar las versiones originales que las imitaciones del PP, y por eso en los últimos comicios, tanto en Cataluña como en las Vascongadas, pierden votos, ya que lo que tratan de cosechar por un lado…..lo pierden con creces por el otro.
Espero que algún día aprendan, a que cada uno tiene que ser lo es, y no tratar de interpretar lo que alguno considera que la mayoría quiere que sea.
Y mientras tanto en Cataluña como en Vascongadas, no hagan una profesión expresa de su españolismo y sus convicciones, no conocerán su verdadero techo, y sin embargo si es posible que lleguen a su suelo electoral.
Hasta la semana que viene, si Dios quiere.
Si bien es cierto que Iniciativa per Catalunya, tomó como emblema el simpatico Ecuus africanus asinus.No se dejen engaña., Los catalanes son mucho más vivos de lo que tratan de aparentar. Si los dejan, hasta Lacio pertenecerá Als Paisos Catalans. Cada uno en su casa y vivamos en paz.