¡Doctor fraude, presidente okupa y virrey de las españas, esa es su ruta!
Hasta ahora al término de PRESIDENTE OKUPA, se le había unido habitualmente el de DOCTOR FRAUDE, ya que su tesis doctoral en Economía, no pasaba la menor prueba de autenticidad y los mismos propietarios del test al que fue sometida su tesis por la Moncloa, denunciaron la manipulación de los resultados publicados por la Presidencia del Gobierno.
Ahora yo le voy a nombrar VIRREY DE LAS ESPAÑAS, ya que por su condición plebeya y por no pertenecer a la familia real, nunca podrá ser REY DE ESPAÑA (aunque ganas no le falten).
Si recientemente en algunos actos públicos de la Casa Real ya hizo el más lamentable de los ridículos, por ignorancia del protocolo o por su increíble egolatría, sus recientes convocatorias selectivas a la Moncloa de algunos de sus adversarios en las últimas elecciones generales, suplantando a Su Majestad que siempre ha sido el encargado de ir convocando a la Zarzuela a cada una de las fuerzas políticas con representación parlamentaria para conocer la predisposición de cada uno de ellos ante la probable o posible formación del nuevo Gobierno, ha superado todos los límites admisibles. Nadie le puede negar el derecho a formar Gobierno, apoyándose en quien considere conveniente y negociando con quien quiera lo que tenga a bien hacer, pero lo inconcebible es que haya querido asumir un papel que no es el suyo y que hasta ahora, ha correspondido siempre a su Majestad el Rey de España.
Felipe VI ya había sabido lidiar con maestría ese toro con anterioridad, por lo que no se puede argumentar inexperiencia por su parte, sino estupidez y excesivo protagonismo por parte de Pedro Sánchez que desconoce sus propios límites en muchos aspectos fundamentales para ser un buen gobernante.
Tampoco es admisible, que pretenda ignorar a fuerzas como VOX, amparadas por los votos de casi dos millones y medio españoles, ni siquiera a las de los demás partidos políticos minoritarios, pero con representación en nuestras cortes y a los que quizás tenga que ir a mendigarles luego sus apoyos, ya sean independentistas o regionalistas.
En definitiva, que cada día me cuesta más comprender cómo el PSOE ha podido ganar unas elecciones españolas, con un líder como éste, que hace aguas por todos los lados.
No hay flanco de su personalidad ni de sus actitudes políticas, que no sean como mínimo inadecuadas y en algunos casos aberrantes. Me resisto a pensar que cada país tiene el Gobierno que se merece, porque yo no tengo una opinión tan pobre y deprimente de España.
Hasta la semana que viene, en la que voy a tratar de olvidarme de la política nacional, para poner mi acento en mis expectativas para las elecciones municipales y europeas.
Hasta entonces amigos.