La democracia, los partidos políticos y las lenguas

Recientemente, he leído en distintos medios de difusión que en el País Vasco apenas el 10 % de la población infantil y juvenil es educada en castellano, y que en Cataluña la proporción es aún peor, ya que los políticos catalanes que gobiernan la autonomía, pasándose por el arco del triunfo la Constitución Española han decidido que la lengua vehicular para educar a todos los niños y jóvenes catalanes es el catalán y niegan el derecho de los padres castellanoparlantes a educar a sus hijos en castellano… por muchos recursos de amparo que presenten.

La ley son ellos y todo lo que a ellos no les interesa lo ignoran con el beneplácito y consentimiento de ese gran quintacolumnista que tienen en Madrid, y que con tal de mantenerse en el poder es capaz de vender consecutivamente al Partido Popular, con el que consensuó el Pacto Antiterrorista, para a renglón seguido pactar con los etarras, a Esquerra Republicana, a Maragall, a todos los socialistas que creen en la nación española, a todos los españoles de buena voluntad, a los que clamamos contra el terrorismo, a los vascos no nacionalistas, traiciona también por lo visto a los mismos terroristas según explicaba ayer el propio Otegui, y a la misma Constitución Española.

Ha convertido la mentira y la traición en su estilo de gobierno, y así le lucirá el pelo.

Pero como el tema que nos ocupaba era el de las lenguas, a esos catalanes y vascos les pondré como ejemplo a CHINA, donde además de mandarín se hablan mayoritariamente cantones, hokién, y otros muchos dialectos, pero todos los chinos educados hasta cierto nivel hablan perfectamente el mandarín y se comunican entre ellos en esta lengua, que es el vínculo de unión de todos los chinos y están orgullosísimos de ello.

Aquí, en lo más nauseabundo de su paranoia intelectual, los políticos catalanes dicen estar perfilando una ley por la que sólo se les permitirá el voto a quienes hablen el catalán.

¡Y no se sonrojan con ese insulto a la democracia!

Pero ese es sólo un primer síntoma de la catadura moral y antidemocrática de esos advenedizos a los que me niego a llamar políticos.

¿Podrá el “charnego de oro” mirar a la cara a su familia cordobesa y a sus amigos castellanoparlantes cuando vaya a su tierra natal?

¿Hablarles de democracia y socialismo del bueno?

¿Podrán los catalanes aceptar y votar como su máximo representante a ese exministro de Industria, que apenas tiene un bachiller, y ha sido responsable de los chanchullos mas increíbles en su ministerio, sin ser catalán, y habiendo traicionado a su predecesor?

Lo próximo ya me lo veo venir.

La próxima ley será la Ley Rebuzno.

Sólo se le concederá el derecho a voto a los que rebuznen adecuadamente. Ese será el momento de las mayorías absolutas. Se van a quedar solos con su democracia…y los demás hartos de oír sus rebuznos.