A “Compromís” le crecen los enanos

Una semana más, COMPROMIS aparece en los medios de comunicación, en función de la actitud reprobable e irresponsable de la hija del Presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera y de la desafortunada intervención posterior del mismo.

De no haber mediado el comentario poco afortunado de este señor, dejando entrever en alguna de sus apariciones públicas la posibilidad de la politización del incidente y tratando de sembrar dudas sobre la actuación de las Fuerzas del Orden que llevaron a cabo el operativo del control en el que fue encontrada su hija con siete bolsas de anfetaminas y marihuana, yo nunca hubiera escrito esta columna.

Pero al oír en un canal de televisión nacional a un miembro que representaba a las mencionadas Fuerzas del Orden, comentando este hecho sentí vergüenza ajena.

Los hechos parecen ser irrebatibles porque efectivamente el Sr. Morera ha acabado reconociendo públicamente que su hija y sus compañeros de viaje, tendrán que hacer frente a sus responsabilidades como es muy natural, pero sobraban esas sombras de sospecha que sembró, contra quienes realizaron el operativo y cumplieron con su deber de una manera impecable.

Lo que más me preocupa a mi es en manos de quienes se ha dejado la Educación en la Autonomía Valenciana.

La semana pasada el Conseller de Educación de todos los valencianos, nos pedía a los valencianos el apoyo “als Països Catalans” y a su independencia sin el menor recato.

Esta semana uno de los rectores mas señalados de COMPROMIS nos sale por peteneras, cuando inculpan a su hija por un delito contra la Salud Pública en un control rutinario de carretera.

¿Esa es la catadura moral de los padres de un valencianismo peculiar y catalanista?

Si es así cámbienmelos lo mas rápidamente posible, antes de perder toda su credibilidad como partido político o como miembros significados de nuestro Gobierno. Autonómico.

Parece ser que esta señorita, ya no es una menor de edad a quien puedan engañar fácilmente, pues a sus 20 años y con todos los antecedentes en manifestaciones y algaradas estudiantiles, parece ser que debía de tener la suficiente capacidad para discernir lo que es legal y lo que no lo es, lo que puede hacerse y lo que no debe tolerarse nunca, por más que a ella parece ser que nunca se lo hicieron ver así.

Cuando aduce que esa droga no era suya y que debía entregarla una vez recibido el pago por la misma, se está convirtiendo en traficante o cómplice de tráfico de drogas.

Y si mentía cuando declaró eso y lo llevaban al ROTOTOM, escondido en su propia ropa interior para su consumo, tampoco quedaba en una situación airosa.

Su padre tendría que preguntarse antes de desviar la atención sobre este delito, en que podía haber fallado él mismo en el proceso educativo de su hija pero sobre todo en ningún caso debió de sembrar la menor duda sobre la conducta de quienes cumplieron con su deber.

Querer hacer perder credibilidad a quienes luchan por protegernos de la delincuencia, no es la mejor manera de defendernos a los valencianos y por lo tanto el Sr. Morera deberá de plantearse formalmente ese tipo de actitudes de cara al futuro, ya que de momento todos sus compañeros de coalición, se han apresurado a hacer esa piña protectora que normalmente hacen los políticos, cuando se equivoca uno de los suyos.

En cualquier democracia consolidada, se exigen responsabilidades políticas por acciones como esta, aquí en España y en este momento en nuestra Autonomía Valenciana tratamos de echar tierra sobre el asunto y olvidarlo lo antes posible, compadeciéndonos de quien tiene que pasar por estos tragos.

Yo como padre, también le compadezco, porque no es un plato de buen gusto.

Pero como ciudadano, no puedo dejar de reprocharle su falta de tacto para desviar la atención, sembrado dudas sobre lo que presenta bien pocas a los valencianos de buena fe.