Carta de un español al Presidente del Gobierno
Me permito dirigirme a Vd., en función de lo que he leído este fin de semana, en diferentes medios de difusión, que me ha llenado de estupor, aunque no me haya sorprendido demasiado, ya que viniendo de Vd. y de su Gobierno, ya nada puede sorprenderme.
Estoy convencido de que su respuesta, a través de su “alter ego”, Dª María Teresa Fernández de la Vega, será para decir que todo es mentira o ha sido mal interpretado.
Eso, cuando la que publicaba las noticias, era Gara, medio de difusión de Batasuna-ETA, aun les sirvió a Vds. ya que no tenían excesiva credibilidad.
A pesar de que existían actas y estaban depositadas en la fundación Dunant de Suiza, Vds. se salieron por la tangente y la opinión pública dejó de incordiar y salieron indemnes de aquel incidente con las declaraciones de ETA-Batasuna.
Pero el “grano que les ha salido ahora” es mucho más incomodo y tiene muchas mayor credibilidad.
Es Deia, el medio de difusión del Partido Nacionalista Vasco, y en el mismo se dan pelos y señales de las personas que se sentaban a la mesa de negociación. Eguiguren, Ares y Pastor por el PSOE, Imaz y Urkullu por el PNV y Otegui, Echevarria, Santisteban y Dañobeitia, por Batasuna-ETA.
En el artículo se detallan las “Bases para el diálogo y el acuerdo político”, a las que llegaron los presentes en representación del Gobierno y de los partidos participantes, y en dichas bases se reconocía “la identidad nacional del pueblo vasco, se defendía que las instituciones del Estado, respetasen las decisiones adoptadas por la ciudadanía vasca, y que todos sus derechos fuesen recogidos en el ordenamiento jurídico internacional, comprometiéndose a promover un órgano común para Euskadi y Navarra, con atribuciones legislativas y ejecutivas”.
Es decir, de un plumazo se cargaban Vds, la Constitución española sin ninguna reparo, y entregaban Navarra a los nacionalistas vascos y a los terroristas, y se quedaban tan anchos.
Y en esa época se llenaban la boca de repetirnos una y mil veces a los españoles que no se les haría ninguna concesión política.
¿Qué era eso, más que una concesión política fuera de sus atribuciones?
Estos acuerdos, llevados a cabo entre el 20 de septiembre y el 31 de octubre de 2006 en el Santuario de Loyola, se depositarían en el Vaticano para poder exigir su cumplimiento a quien los violase.
Pero no se llevaron a cabo porque los etarras en la calle, fuera de las cárceles y del control policial, se negaron y desautorizaron a Otegui y compañía, con lo que se disiparon las dudas que podían quedarle a algunos de que la que manda en Batasuna, es ETA, aunque sean una misma cosa.
Una es la cara política negociadora y la otra la asesina y chantajista, para obtener los mismos objetivos.
Por si la excarcelación de un asesino en serie como es De Juana Chaos y el no encarcelar a Otegui no fuesen concesiones políticas suficientes, se añadían ahora estas nuevas concesiones y Vd., señor presidente, en aquella época nos seguía mintiendo a todos los españoles y hasta llegó a asegurarnos que “el proceso de paz” seguiría mientras no hubiese derramamiento de sangre.
Luego hubo el atentado de la T4 a final de año, hubo dos asesinados y Vd. siguió negociando, como se demuestra ahora, con total desfachatez.
Pero más sangrante aún que todo eso me parece lo que publicaba el periódico “El Mundo”, según ellos en base a fuentes informativas de toda su confianza, próximas al CNI. Ese servicio que desde que han llegado Vds. ha pasado de ser un servicio secreto a ser un servicio público, por lo que se ve últimamente.
Al parecer habían pactado Vds. un salario para todos los etarras que se arrepintieran, un salario mensual de 1500 euros durante diez años.
Eso es el colmo de la torpeza política y la vileza moral a la que Vd. podía llegar.
En la España de los “mileuristas” que tienen que trabajar como negros para poder conseguir llegar a fin de mes con ese salario a todas luces insuficiente, Vd., “por su cara bonita” estaba dispuesto a pagarles a los terroristas los 1500 euros, “por el penoso trabajo de dejar de asesinar y chantajear”.
No sólo los sacaba de la cárcel sino que les convertía en “jubilados de lujo”, con una pensión casi vitalicia.
Me cuesta creerlo, pero viniendo de Vd. todo es creíble, por lo que tengo que pedirle una vez más Sr. Presidente que dimita, y así no tendrá que pasar por la vergüenza de que más adelante otra víctima de sus traiciones le saque más trapos sucios, ya que me da la impresión de que su ropero lo tiene atiborrado de trapos sucios y cerrado con llave.
Claro que ha traicionado a tanta gente (entre ella casi todos los españoles) que siempre habrá alguien que encuentre y entregue la llave para que se sepa toda la verdad y se acaben sus trapisondas.
Ha hecho de la mentira y la traición sus razones de estado y, claro, ambas tienen las alas muy cortas, tan cortas que apenas le van a permitir volar en paz y tranquilidad hasta el final de su primera legislatura.
Finalmente le agradecería de todo corazón que me explicara qué le debe Vd. a ETA para haber llegado al extremo de estar dispuesto a hacerles esas concesiones tan inconcebibles.
Si Vd. nos lo explicara de una forma creíble y razonable a todos los españoles, quedaría sin lugar a dudas en una situación más digna de la que actualmente ocupa en nuestra estima.
Sin otro particular, y en espera de sus noticias, que estoy seguro de que nunca me van a llegar, le deseo a Vd. una permanencia tan breve como posible en la Presidencia del Gobierno, este español de a pie que está cansado de sus desmanes.