Carta de adiós a un amigo (a Vicente Diago “el guapo”)
Al menos el saludo déjame decírtelo en valenciano, ya que la carta entera me la criticarían demasiado algunos y prefiero hacerla en correcto castellano.
Y te digo ese saludo porque sé que para ti ha sido un buen día en el que has dejado de sufrir. A estas horas te imagino ya “en el sel, mintjant coquetes en mel”, porque si hay cielo, y yo creo que sí, tu sitio esta allí.
Algunos amigos próximos a ti y tu familia sabemos que Dios te quiso regalar unos 45 años más de vida, ya que pudiste morir muy joven accidentalmente y no hubiese sido justo, y El no quiso privarnos a la gente de tu entorno de tus lecciones de vida… y de muerte.
Fuiste un magnífico compañero y un buen amigo, un excelente deportista y una persona maravillosa, dedicada a ser feliz y a hacer felices a los que te rodeaban.
Aún recuerdo tu sonrisa malévola cuando a mi impertinente pregunta de “¿Visent, quant te cases? Me contestaste la primera vez, “No vullc fer una dona desgracia, millor ferne a moltes molt felisses!!
Esa fue siempre tu filosofía de vida.
Vivir y dejar vivir, ser feliz y procurar la felicidad a tu entorno, y de verdad que lo conseguiste.
Tenías que haber visto a tus hermanos y cuñadas y a tus sobrinos, a María Dolores y a esa ingente tropa de amigos que dejaste aquí, acompañándote en su último adiós. Estarías orgulloso de lo que te recordamos y como te recordamos.
Hace tres semanas cuando nos reunimos los compañeros naranjeros, como todos los años, el último sábado de febrero, fuiste el motivo central de nuestras conversaciones y todos rezamos por Patuel, por Pérez Orero, por José Antonio Andrés, por Vicente Granell , y todos sabíamos ya que el año que viene te unirías a la lista, y de verdad que se comentó lo genial que estaba siendo tu comportamiento en esta fase tan delicada de tu vida. La lección que estabas dando a todo el mundo.
No éramos íntimos amigos, pero siempre te consideré un buen amigo y me reía mucho contigo y tú conmigo. Sabíamos bromear, y tomarnos el lado lúdico de la vida con humor y alegría. Eso nos acercaba.
También nos acercaba nuestro valencianismo. Mi primer comentario al ver en el Tanatorio a tus hermanos, a tu cuñada y a tus sobrinos, ha sido decir “¡QUE INJUSTICIA! Con la cantidad de gente que hay del Barcelona y del Madrid, y se ha tenido que morir un valencianista de pro, con los pocos que somos”.
Tenías que haber visto su reacción. Te encantaría.
Bueno, Visent, muchos años que vayas por delante, y estés donde estés, que seguro que será un buen sitio (tú no ibas a malos sitios), te recordaremos siempre como lo que has sido.
EL “GUAPO” MES SALAO, SIMPATIC Y CARIÑOS DE BURRIANA… Y SI NO QUE ELS EU PREGUNTEN A MARIA DOLORES, ALS NEBOTS, A LA FAMILIA Y ALS AMIC.
Nos veremos cuando Dios quiera, y ya estaremos una eternidad juntos contándonos chistes y siguiendo con nuestra filosofía de vivir y dejar vivir, y de ser felices y hacer felices a los de nuestro entorno mas inmediato.
Un último abrazo.