Burbuja a burbuja, van estallando

Tenemos la impresión de que las burbujas, son siempre motivos de celebraciones y alegrías, porque van a asociadas al champagne o al cava.

Yo les hablaré en esta columna, de las “burbujas tristes”, que nos han llenado de problemas y nos los siguen ofreciendo por entregas y en dosis excesivas.

Para muchos españoles la “madre de todas las burbujas” y la primera en estallar fue la “burbuja inmobiliaria” que desde 2007 ha sido el pan nuestro de cada día en azotar a millones de familias.

Íntimamente ligada a ella, y paradójicamente simultanea estuvo la “burbuja financiera” que iba estallando petardo a petardo, a medida que las familias no podían hacer frente a los pagos de sus cuotas hipotecarias.

Al sufrir un frenazo en seco la construcción, millones de trabajadores que tenían sus puestos de trabajo tanto en la construcción misma, como en los oficios o empresas que florecieron alrededor de ella, perdieron sus puestos de trabajo, y con ello los salarios que servían para poder pagar los créditos que tan alegremente se les habían concedido en base a dichos ingresos que dejaron de existir.

Ya tenemos dos burbujas que han reventado.

La tercera nació como consecuencia de estas dos y ha sido la “burbuja bancaria”.

No me refiero a la de los banqueros (esos nunca han sufrido ni sufrirán) sino a la de los “bancarios”.

En España se había sobredimensionado la red de bancos, y sobre todo la de oficinas de todos ellos, desplazando a los bares y a las tiendas de barrio, del entorno habitual de las ciudades españolas en sus zonas más céntricas.

Como ejemplo baste observar en el Plá de Burriana y calles aledañas las cantidades de oficinas que habían proliferado como setas.

A ojo de buen cubero cuento 11 oficinas en menos de cien metros de distancia máxima entre ellas.

Ante la irracional cantidad de Bancos y de oficinas, ahora llega el estallido de la correspondiente burbuja, que no la van a pagar quienes la generaron, sino la mano de obra que necesitaron para llenarlas, y el resto de los españoles con nuestros impuestos.

Porque evidentemente para reestructurar todo el sector bancario y despedir al personal excedente, habrá que indemnizarles, y como los bancos que tienen dinero no quieren gastárselos y los que están arruinados gracias a la pésima gestión de los políticos (lean Vds. Cajas de Ahorros), no tienen el suficiente dinero para las indemnizaciones, tendremos que aportar todos un incremento de impuestos para poder llevar a cabo la reordenación bancaria.

Y si para nosotros es duro aceptar la situación, para los miles y miles de bancarios que se van a ver en la calle en breve es dramático.

De momento ya se ha llevado a cabo un ERE que ha afectado directamente a una de las tres entidades financieras de referencia en la Comunidad Valenciana.

Me refiero a la CAM, integrada en el Banco de Sabadell, cuyo ERE ha afectado ya sea mediante despido o mediante traslado fuera de la Comunidad Valenciana a muchos cientos de sus empleados.

La semana pasada, quedó aclarado el panorama tanto para BANKIA, como para el Banco de Valencia.

Unos 4.000 empleados de la primera entidad, tendrán que salir de la empresa por la puerta trasera.

En el Banco de Valencia, después de haber tenido un primer ERE con unos 360 despidos ya finalizado y mientras no se le había adjudicado aún a LA CAIXA, ahora llevan a cabo su segundo ERE que afecta a casi ochocientos, es decir van a salir mas de mil cien empleados al final del proceso sobre una plantilla original de unos mil novecientos, es decir un sesenta por cien de la plantilla se va a quedar en la calle.

Y como estos bancos, poco a poco se irá adelgazando la estructura de personal de todos los que van a quedar y que no van a ser mas de ocho entidades con menos de la mitad de la mano de obra que tenían en 2007 , y si no al tiempo.

Y por fin les voy a hablar del inicio de la “cuarta burbuja”.

Se trata de la “burbuja de las televisiones”.

Radio Televisión Valenciana, ha sido la primera en actuar en ese sentido, de una forma radical.

El pasado viernes, y a través de un correo electrónico frío e impersonal, 843 jóvenes o menos jóvenes trabajadores del Ente Publico, se enteraron de que sus horas en el puesto de trabajo estaban contadas, y entre finales de Febrero y finales de agosto, deberán de abandonar su puesto de trabajo.

Otro ejercito de parados, que dejaran de cotizar a la seguridad social, para empezar a ser beneficiarios de un paro triste y desesperanzador.

En fin que los españoles vamos reventando burbujas creadas a lo largo de veinte años de bonanza ficticia, y ahora tenemos ante nosotros la triste realidad de un país descohesionado, parado, entristecido y aun saturado de muchas más burbujas que irán estallando de una en una, empobreciéndonos a todos un poco mas.

Que se preparen los funcionarios que van a ser la próxima “burbuja a estallar” entre las no programadas.

Y tras ellos sólo quedaran los sindicalistas y los políticos, como castas privilegiadas.