Bono: Sus verdades y sus contradicciones

Aunque para mi es algo inexplicable, he llegado a la conclusión de que nuestros líderes políticos, dejan la coherencia al dedicarse a la política, para intentar manipular a sus votantes en cada momento en función de sus propios intereses o los de su partido, por mucho que difieran de sus propias convicciones.

La noche del 26 al 27 de Septiembre de 2013, tuve el placer de poder conocer en términos generales, la estructura mental del Sr. Bono respecto a la España actual, a sus problemas y a las posibles soluciones, y me gustaría que me creyeran, si les aseguro que nunca le había imaginado, como el estadista que descubrí en ese Debate de la Primera.

Conceptos claros, soluciones sensatas y correctas, exposición diáfana de sus ideas y forma de abordar el problema.

Lo único que lamento de corazón, es que haya esperado a estar fuera de toda responsabilidad política en el Gobierno e incluso en su propio partido, para expresar sus opiniones tan lúcidas, sin el menor titubeo.

Lo celebro, pero lamentablemente no creo que sirva de nada, pero aún así es de agradecer ese rasgo de generosidad para con los españoles.

No pude menos que retrotraerme en el tiempo, y pensar en que en cierto modo, pero en mucha menor escala me solía convencer Rajoy, cuando estando en la Oposición prometía todo lo que quería hacer una vez alcanzado el poder.

Una vez conseguido el mismo y con mayoría absoluta, después de dos años, apenas ha cumplido algo de lo que prometió, y sin embargo si ha llevado a cabo muchas decisiones que aseguro que nunca llevaría a cabo.

Esos son los pecados que suelen repetir todos esos indignos representantes de la voluntad popular.

Pero quiero centrarme en Bono, porque merece la pena, y en especial a tres temas para mí fundamentales:

1º) Repitió hasta la saciedad, que en una situación tan delicada como la actual, es poco menos que imprescindible un Pacto de Estado “a la alemana” (entre PP-PSOE) para que como hicieron ellos y aparentemente van a repetir ahora, se puedan llevar a cabo todos los cambios estructurales necesarios, tanto en la Constitución como en el sistema legislativo con una mayoría consolidada y a fin de actualizar el Estado, de acuerdo a los tiempos que corren y a los intereses generales de todos los españoles.

Recordó la época en que Suárez y Felipe González firmaron los Pactos de la Moncloa, que trajeron a España la paz y la concordia, durante muchos años.

2º) Insistió en crear una corriente de opinión llena de sensatez y sentido común, para hacer frente a los independentismos o secesionismos, que no tienen cabida en el sistema legal ni constitucional actual, ni deben de tenerlo en el que se diseñe a partir de ahora.

Tuvo una frase genial, refiriéndose a la Alemania de la preguerra Mundial, cuando comentó que “cuando en la Alemania nazi, se estigmatizaba a los alemanes judíos por el simple hecho de serlo, algo empezó a ser muy grave”.

Sin querer establecer comparaciones, venia a decir que “cuando en la Cataluña o Euskadi actuales, se estigmatiza a muchos españoles catalanes o vascos, por el hecho de sentirse españoles, también puede estar gestándose algo muy grave” sin que nos demos cuenta la inmensa mayoría de los españoles, que vivimos el tema como algo ajeno y lejano a nuestros propios intereses.

3º) Finalmente y haciendo referencia a su propio partido, lamentó que el PSOE como tal, parecía haber perdido su identidad, ya que no existía en ningún sitio, puesto que en cada autonomía habían nacido sus criaturas con otros nombres, PSC, PSE, PSA, PSPV

u otra decena más aproximadamente de sopa de letras, en los que el OBRERO no era mas que un recuerdo nostálgico, y que lamentablemente ese fenómeno, en vez de servir para llenar la cesta de votos al socialismo, se la había vaciado.

Se olvidaba la SOLIDARIDAD, para patrocinar el EGOISMO localista.

Criticó con singular dureza al PSC, responsabilizando a Maragall, Montilla y Zapatero por haber promocionado durante el Gobierno tripartito los gérmenes del independentismo actual, que había llevado al socialismo catalán, desde la mayoría casi absoluta a un triste 14 % de votos… y tendiendo a menos.

Sólo pude discrepar de sus opiniones en lo referente a la nueva Secretaria General del Partido Socialista Andaluz, a la que presentaba como el futuro del socialismo español, y yo, después de leerme su curriculum y oír sus opiniones sobre Chaves y Griñan, no puedo considerarla como él.

Una mujer que ha pasado su vida profesional, sin haber cotizado ni un solo día a la Seguridad Social fuera de las estructuras del partido, y que tardó diez años en terminar su carrera de Derecho, metida ya en la política, no la puedo considerar un ejemplo paradigmático.

Como mucho una oportunista lista y avispada, para colocarse a la sombra del árbol más frondoso, para recoger los frutos cuando madurasen.

Con todo y con eso, lo realmente lamentablemente es que durante toda una vida dedicada a la política, el Sr. Bono haya consentido en formar parte de la estructura del Estado de Zapatero, que ha sido en definitiva el diseñador y arquitecto del desmadre que ahora tenemos montado en España, sin haber levantado nunca la voz, para oponerse a las estupideces del leonés, y sus palmeros.

Les aseguro que si Bono se presentara a las elecciones con este programa, y firmara un Acta Inviolable de que cumpliría punto por punto lo que propuso en el Debate, no tendría la menor duda en votarle.

Me convenció de la A a la Z, pero lamentablemente ha perdido la confianza en su Partido, aunque eso no quiere decir que no pueda ganarse la de los españoles, hartos ya de medias tintas y promesas incumplidas.

Podría ser el elemento catalizador del Centro Izquierda y Centro Derecha, para formar una opción válida para gobernar España.

Yo de Rubalcaba y sus acólitos estaría preocupado, ya que gran parte de los votantes del Partido Popular, como me ocurre a mí, no tendrían dudas en votarle.

Las dudas vendrían luego a la hora de cumplir su programa, pero de esas dudas ya no escapa nadie, pues todos nos mienten como bellacos.

Al menos Bono lo explicó con todo lujo de detalles y quiero creerle.

También ponderó la figura del Papa Francisco, a quien yo llamo “el Papa de los pobres, en una Iglesia de ricos”.

Ha emprendido un camino admirable en su labor pastoral y formativa, retirando de los cargos de responsabilidad en la Curia o quienes la desprestigiaron.

Dios le de larga vida, y ánimo para no decaer en su cometido.