La Ley del Bilingüismo, la Ley de Banderas. Los preceptos constitucionales, y la burla de los mismos que permite el Gobierno Español, al Tripartito Catalán, a los vascos y a los gallegos

Leo en  “El Mundo” del 9 de enero del 2008, que el PP catalán demuestra palpablemente, en una conversación grabada de una llamada real realizada a la Generalidad de Cataluña entre una ciudadana catalana y el servicio de Información del Departamento de Educación de la Generalitat.

Para no extenderme, diré sólo que una conversación de dos minutos y medio, la funcionaria correspondiente, a la pregunta de la señora de educar  a su hijo  en una escuela donde lo pueda hacer indistintamente en castellano y catalán, le  informa de que eso en Cataluña es imposible, ya que la enseñanza sólo se imparte en catalán, y el castellano sólo es considerada como una asignatura más.

Pero que no se pueden cursar otras materias en castellano.

Para mayor vergüenza, le dice que en algunos colegios sí se están empezando a impartir otras asignaturas en inglés. Algunos centros públicos de enseñanza imparten matemáticas o ciencias naturales en inglés… pero nunca en castellano.

Eso, aunque lo sabía yo, pensaba que se llevaba con discreción y que los políticos catalanes trataban de mantenerlo en la penumbra, al no ser constitucional, ya que según  la Constitución Española, en todo el  territorio nacional (y Cataluña aún lo es) se puede elegir por la ley del bilingüismo cualquiera de las lenguas oficiales en cada territorio para educar a nuestros hijos.

Por lo visto ahora, leyes autonómicas, en un territorio español, están en un rango superior a la propia Constitución, y un Estatuto Catalán, recurrido por inconstitucional, tiene más valor jurídico y obliga a más a los españoles residentes en Cataluña que la propia ley básica de todos los españoles.

Sería muy conveniente, si como dicen los políticos catalanes la ley del bilingüismo se respeta, que se publicara la lista de colegios públicos catalanes donde se pueden cursar los estudios en castellano, aunque sólo fuese para dejarnos mal a los que estamos seguros de que eso es una utopía, y que no existe realidad que se corresponda con ella.

O quizás es que los funcionarios al servicio del Departamento de Educación de la Generalidad mienten o no están bien aleccionados o informados.

Otro tanto diría yo de la Ley de Banderas, tan  constitucional como la anterior y tan burlada en los territorios catalanes, vascos y gallegos con la complacencia o incluso complicidad de los mismos alcaldes socialistas de muchos de los municipios, donde se vulnera  todos los días, y es que al parecer las leyes ahora están hechas para ser cumplidas por todos los españoles menos para los socialistas y nacionalistas o socios de sus Gobiernos, que tendrán “bula gubernamental”,  para pasar de ellas, para burlarlas o infringirlas en total impunidad, mientras el Sr. Presidente de Gobierno así lo decida, ya que aunque los reyes absolutistas ya no existen y su celebre frase de "LA LEY SOY YO" ha dejado de tener vigencia en todo el mundo, aquí en España seguirá siendo de uso normalizado por Zapatero mientras le convenga a sus intereses para instalarse o mantenerse en el poder.

Y  sin embargo, para ellos, los fascistas son los demás y no ellos.

Los que no son normales son los que les repiten día a día sus incumplimientos, y no ellos, por no respetar la legalidad vigente.

Los que crispan son los demás, por no tragar con todo lo que ellos quieran hacerles tragar, y no ellos por salirse de los cauces constitucionales.

Pues bien, sigan Vds. con su empeño, que yo seguiré con el mío, y no dejare de denunciar todo lo denunciable, porque por cada voto que logre disuadir de sentido socialista, me sentiré muy profundamente pagado, ya que es lo único que puedo hacer para  que el sentido común, la  limpieza legal  y el  juego democrático bien intencionado recupere el valor que debe de tener, y el sectarismo deje de  ser una norma de uso común en nuestra vida política diaria.

Y si no quieren  leer todo esto y están convencidos de que hacen lo mejor, deroguen las leyes que no les acoplen y así no tendrán que moverse dentro de la ilegalidad, pero mientras no estén derogadas, su obligación es hacerlas cumplir.