Aspectos positivos de estar confinados
Primero que nada quisiera disculparme, por faltar a esta cita semanal que vengo respetando con todos ustedes desde hace años, pero una avería en mi ordenador nos ha tenido separados una semana sin poder mandar mi columna.
Para mí, esta situación de aislamiento total en casa con mi esposa y la ausencia de influencias de opiniones de amigos y contertulios de cada día, me ha permitido centrarme en la lectura.
Por esas casualidades de la vida, entre los muchos libros que tenía comprados y pendientes de leer, me decidí por LOS OLIVOS DE BELCHITE, de Elena Moya.
No había leído nada de ella, pero al ver la sinopsis, tuve la sensación de que me gustaría por abordar un tema de candente actualidad y que a mí siempre me tuvo muy interesado.
Es una concatenación de acontecimientos de dos familias, una aragonesa y otra catalana (vinculadas por un amor especial de una hija y un hijo de la tercera generación) y todas las vivencias de los padres y abuelos de estos dos jóvenes, que han llevado una juventud muy paralela, llena de todas las facilidades educativas y formativas que les ha ofrecido la España de la Transición y muy diferentes al cúmulo de dificultades que atormentaron la juventud de sus abuelos motivadas por una Guerra Civil entre las dos Españas de los años treinta del siglo pasado.
En medio, mi generación, la de los HIJOS DE LA POSTGUERRA que nos encontramos con las ruinas generadas por una guerra fratricida tan irracional como propia del carácter español.
Partiendo de cero y con evidente esfuerzo de nuestros padres, que al menos en mi caso nunca dieron ni quitaron razones a ninguno de los dos contendientes, conocimos las penurias de los años cuarenta, cincuenta y hasta los sesenta, aprendimos que nada se conseguía sin esforzarnos, primero estudiando y luego buscando un trabajo acorde con nuestra preparación, dentro de la España franquista, que tanto se empezó a desprestigiar a partir de los años setenta, pero que se diga lo que se quiera decir, fue la base y fundamento de la España de la Transición y de la recuperación económica de un Nación que recibió en ruinas y acabo situada como la décima potencia económica del mundo a finales de los años setenta.
Ese milagro se hizo posible por la generación de nuestros padres y se consolidó con la nuestra y fruto de todos esos consensos llegamos a ser la más adelante la octava potencia económica del mundo a finales del siglo XX.
En esa novela se analiza con todo tipo de detalles, las vivencias, divergencias y convergencias sociales y económicas de prácticamente un siglo y los perfiles caracterológicos de los protagonistas de las tres generaciones.
La de las víctimas, la de sus hijos y la de sus nietos.
Leyendo a Elena Moya, uno tiene dudas según el momento, de pensar si su ideología es más de izquierdas que de derechas, pero en cualquier caso en su familia (como en la mayoría de todas las familias españolas de esa generaciones) hubo de todo como en botica y por eso podemos considerarla una novela adecuada en la descripción de ese siglo que abarca, porque describe con una nitidez absoluta a cada personaje.
En su fase final le incluye unos matices de internacionalidad, en los que evidencia la aversión que sintieron los españoles de los primeros años de la postguerra por LA PERFIDA ALBION, que fueron seguidos por un respeto de la mayoría de los más jóvenes de mi generación por la libertad, el progreso social y su posición de prevalencia en el mundo gracias a su Commonwealth y la definitiva admiración que consiguieron ganarse entre la generación de nuestros hijos , que en cantidades importantes pasaron meses de verano aprendiendo inglés allí y conocieron allí un mundo diferente, que a unos les gustaba más y a otros menos, pero que acabó enriqueciéndoles a todos y dándoles un perfil más completo como “ciudadanos del mundo”.
En esa simbiosis, también nosotros hemos sido y seguimos siendo su destino turístico por excelencia por lo que tenemos una buena sintonía como podrán ver y comprender quienes decidan leer esta novela, a la que yo considero un perfecto antídoto contra el BREXIT, que no va beneficiarnos ni a nosotros ni a ellos.
Como punto final, se lo recomiendo a las FEMINAZI, para que sepan lo que es el amor autentico y verdadero entre mujeres, que han aprendido a amarse sin odiar a los hombres y aceptando simplemente sus sentimientos dándoles una naturalidad que aquí ni se conoce ni se acepta.
Aquí se hace un CARNAVAL RIDICULO de la homosexualidad, que siempre será mejor aceptada y respetada desde la igualdad que desde la tragicomedia.
No quiero opinar de lo que diviso en el futuro próximo, porque lo veo tan oscuro e incierto, que lo dejo para más adelante.
Hasta se semana que viene amigos.