“Arenal Sound”, desde dentro y desde fuera
Escribo esta columna en la tarde del domingo 4 de agosto, a pocas horas del final del evento, a fin de que aparezca como todos los lunes a primera hora de la mañana.
De lo que no me cabe la menor duda, es que este Festival Musical y “casi juvenil”, se ha consolidado como el mejor o uno de los mejores de sus características en España, y ello gracias a varios factores innegables:
A) El incomparable marco en el que se desarrolla.
B) La acertada apuesta de sus organizadores y el esfuerzo para ampliarlo a la zona de los Jardines de la Malvarrosa.
C) El apoyo del Ayuntamiento, aun a costa de granjearse la antipatía de muchos de sus votantes, poco dispuestos a sufrir las innegables molestias que se les ocasiona durante el evento.
Una vez puntualizados los cimientos en los que se ha apoyado este acontecimientos como suelo hacerlo todos los años al final del mismo, quisiera comentarles mis conversaciones con diversos grupos de jóvenes asistentes de todas las edades y de todos los puntos cardinales de España, para poder captar las sensaciones de los jóvenes que nos visitan, y las razones que les mueven a ello.
Curiosamente entre los grupitos que contacté tanto en el Paseo Marítimo como en los aledaños de la entrada del Camping de la Malvarrosa, la mayoría era la primera vez que venían y estaban encantados con el ambiente, con los precios y con la música y casi todos ellos eran estudiantes de los últimos años de bachillerato o primeros de Universidad.
Para ampliar la gama de edades contacté con dos chicas cercanas a los cuarenta años, que venían exclusivamente por oír a algunos de los grupos musicales que actuaban el viernes por la noche, y elogiaban la calidad de los mismos.
Era su primer año, pero habían optado por quedarse en un hotel a menos de 10 kilómetros de Burriana, y su única queja era la enorme distancia que tuvieron que recorrer el primer día, desde donde dejaron su vehiculo hasta los escenarios de la playa, circunstancia que les solucionó un amable policía al informarles donde podrían tomar el autobús que les llevaría hasta el mismo.
Apenas planteaba nadie ninguna queja, y eran en general de poca monta como la dureza del firme en Jardines de la Malvarrosa, o la gran distancia entre las tiendas del fondo de dicho camping casi limítrofes con Mercadona, y la zona de los eventos musicales salvable esta última con el bono bus para toda la semana por 10 euros, a lo que ellos contra argumentaban que eso era más o menos el 25 % del costo del evento y para quiceañeros, era dinero.
No estaría de más que la organización se plantease un servicio de circunvalación 24 horas alrededor de los límites de los campamentos y gratuitos, aunque se incrementase de una forma simbólica el precio del evento.
Lamentablemente para una parejita muy joven de Murcia, tuve que vivir la cara menos amable de este tipo de acontecimientos, al tener que acercarles al Ambulatorio por un problema de salud de Pedro que me abordó a la puerta de mi casa y a la una de la madrugada, con su novia Noe que estaba tan nerviosa como desconcertada.
Se les atendió de una forma admirable y con inmediatez y me sorprendí al ver el número de expedientes de atención médica a “sounders” por lo que sólo me queda felicitar a los equipos de guardia por su diligencia y espíritu profesional.
La gente en general educadísima en horas de sol, pero se trasformaban increíblemente con la llegada de la noche.
Nuestros relojes vitales cambian imperativamente durante el Arenal Sound, ya que pretender dormir de noche en la Calle Juan Carlos I de la Malvarrosa, es tan difícil como hacerlo en Cibeles en Madrid, o en Canaletas en Barcelona, el día que Real Madrid o Barcelona ganan una Liga, cuando termina el partido.
Desde las diez de la noche a las ocho de la mañana, es un griterío ensordecedor de quienes se van a los escenarios ya con el depósito cargadito de alcohol, para entonarse y quienes vuelven de los conciertos musicales, entre borracheras y alardes de cánticos tan irracionales como desafinados, pero llenos de vitalidad y juventud.
Con mi exposición, podrán comprender perfectamente los sentimientos y sensaciones de unos y otros, y exactamente igual que se lo explico aquí a todos ustedes se lo exponía a los jóvenes con quienes hablé, a fin de que en la medida que pudieran trasmitieran a sus compañeros, que si un día deja de existir el Arenal Sound, quizás se tengan que inculpar ellos, por no haber sabido moderarse.
La noche del viernes al sábado viví un incidente penoso, pero habitual por lo visto.
Unos jovencitos menores de veinte años sin duda montaron un disco móvil en su propio coche a menos de veinte metros de mi dormitorio, con un volumen atronador de su equipo de alta fidelidad.
Les pedí amablemente que bajasen el sonido, o se fueran a sitios deshabitados para tener esa potencia de sonido cuando me pidieron ayuda Pedro y Noe, y estos “los discotequeros” me dijeron que en cinco minutos se irían, y nos fuimos nosotros.
Al cabo de una hora al volver nosotros, seguían allí y me permití sugerirles que no era eso lo pactado, y uno de los presentes me dijo que no era de mi incumbencia.
Llamé a la Policía y antes de diez minutos llegaron un coche de atestados y otro de policía y se los llevaron de allí.
Luego el cuerpo de Policía también ha estado perfectamente organizado para solucionar los pequeños problemas que suelen surgir en eventos de esta magnitud, donde entre 50.000 jóvenes, siempre hay algunos que ni saben estar ni comportarse.
Y finalmente decir que la organización nueva este año por parte del Ayuntamiento, proporcionándonos a los vecinos pases identificativos para poder aparcar en zona restringida para los “sounders”, ha sido un éxito rotundo, ya que ha minimizado las molestias para todos los residentes, que hemos podido aparcar nuestros vehículos a una distancia muy razonable de nuestras residencias.
Las grúas se ocuparon de retirar los primeros días los primeros coches mal estacionados y el efecto disuasorio fue inmediato.
Además las rondas por parte de la Guardia Civil y la Policía Municipal han sido constantes lo que ha ayudado definitivamente a evitar conflictos.
Quienes me leen saben que desde el principio fui un ferviente defensor del evento, basando mi convencimiento en los miles de jornales y puestos de trabajo que se generaban durante casi un mes para gente de Burriana, tanto en su preparación, como en su ejecución y cierre, aunque no tenga el menor provecho personal para mí ni para mi entorno familiar, pero considero que todo lo que es bueno para una ciudad, es bueno para sus ciudadanos, aunque nos traiga molestias y nos robe horas de de descanso.
Sólo falta equilibrar, ahora que el evento se ha posicionado, los intereses de sus organizadores y del Ayuntamiento, a fin de no nos cueste a los ciudadanos con cargo a nuestros impuestos, un dinero que deba de ser asumido por la Organización a la que le deseo larga vida y beneficios, como contraprestación a los riesgos asumidos, pero también una justa contribución a las arcas municipales por los servicios recibidos.
Enhorabuena a todos, y FELIZ ARENAL SOUND 2014.
Ché, que tú estabas allí y viste como negoció Jaime I? jajajajaajajajaja Porque es Jaime I y no Jaume I, más que os pese a los Polacos (por no decirte lo de siempre, catalino, etc). Esos libros de adoctrinamiento que lees no son nada de fiar. Documentate mejor, chico.