Y los ERTES se convirtieron en paro
12.600 empleados menos en la industria de Castellón el último trimestre de 2022. Ese es el balance que nos deja el último dato de la Encuesta de Población Activa en la provincia. Desgraciadamente, nuestra provincia ha pasado de ser locomotora del empleo de la Comunitat Valenciana a situarse en el furgón de cola.
Y eso sin contar las miles de personas que se encuentras sumidas en los ERTES que están activos en empresas de todo Castellón, así como los fijos discontinuos que en estos momentos están en su casa cobrando prestaciones, pero que en las nuevas estadísticas maquilladas por el Gobierno de Pedro Sánchez cuentan como si estuviesen trabajando.
No me digan ustedes que la situación no es para preocuparse. Prácticamente se ha destruido en tres meses el 5% de la masa laboral de esta provincia y, si nos referimos simplemente a la industria, es para echarse a temblar.
¿Y el Gobierno que hace frente a esta situación? Diría que mirar hacia otro lado, y no hacer nada. Parece que le interesa más dar ayudas a los futuros desempleados que evitar que la gente se quede sin empleo.
Muchas veces las cosas suceden porque nos cogen por sorpresa y se reacciona tarde. Pero, en este caso, no hay excusa que valga. Hace más de un año que el sector cerámico, los sindicatos y el Partido Popular estamos alertando de que el Gobierno debe emplearse a fondo para ayudar a una industria que ha sido motor de riqueza y empleo.
El anuncio del Gobierno de Pedro Sánchez de que habrá 450 millones de euros de ayudas directas para los sectores industriales que son hiperdependientes del gas es una risa… y encima dejaron fuera a las empresas productoras de fritas y esmaltes.
Si tenemos en cuenta que de ese dinero apenas una pequeña parte será para la industria cerámica castellonense y que, seguramente, hasta el segundo semestre de 2023 no llegará el primer euro, ¿para que servirá? Para muy poco, para constatar la defunción de muchas empresas y pagar miles y miles de despidos.
Y sin embargo la realidad es que Pedro Sánchez, entre la subida de la recaudación por el IVA al haberse disparado los precios y los mayores ingresos por el IRPF, ya en octubre de 2022 habían recaudado lo previsto para todo el año. Es decir, que sí que hay dinero para que lleguen ayudas de verdad, pero no hay más ciego que el que no quiere ver.