Consenso y diálogo

Apenas recuerdo cuando Adolfo Suárez vino a Moncofa, fue una visita relámpago y por lo borroso de mis recuerdos supongo que sería durante la campaña electoral de 1982. Si que recuerdo que yo, un niño, pude darle la mano en la plaza que lleva el nombre de uno de sus mayores logros "La Plaça de la Constitució", suyo y de todos los españoles.

Logro conseguido a base de trabajo y dialogo, Trabajo y dialogo por lograr un consenso en la vida política partiendo de una situación en la que una parte de la sociedad intentaba llevarse el gato al agua a tiro limpio.

Está claro que nosotros somos unos simples principiantes y aprendices de político pero también está claro que para llegar al consenso es necesario tener la voluntad entre las partes y respeto hacia el representante de la opinión contraria.

En Moncofa, el pasado viernes, nos reunimos para hablar de los presupuestos, el PSOE y el PP. El Partido Popular puso sobre la mesa una modificación del gasto de apenas 70.000 euros, reduciendo de aquí y destinándolo allá. No se trataba de ninguna imposición sino de una oferta de negociación. Y a pesar de que Jaime Picher, alcalde socialista de Moncofa, llegó a decir a uno de sus concejales "si lo que quieren quitando ese dinero es que no podamos hacer nada, ¿tú no lo sabes?", la reunión transcurrió con bastante cordialidad.

Sin embargo, algo respirábamos en el ambiente que no nos convencía, no puede haber dialogo constructivo, no puede haber acuerdos, si ambas partes no tienen la voluntad de entenderse. Y dos principios básicos para poder hablar, para poder dialogar son el respeto y la confianza en el que piensa diferente.

Respeto que Jaime Picher ha demostrado no tener hacia los representantes del Partido Popular, hacia los representantes de la fuerza más votada en Moncofa, al calificarlos de "cuadrilleta de persones" en declaraciones a la cadena SER pocas horas después al hablar de la reunión.

Jaime Picher, que se ha estado llenando la boca con llamamientos al dialogo y al acuerdo durante meses, califica de "cuadrilleta" a los representantes de la fuerza más votada del municipio y no se reúne con su ex-socio de gobierno. Todo ello teniendo sobre la mesa una propuesta de dialogo más que moderada para desbloquear los presupuestos. ¿Había verdadera voluntad de acuerdo? o ¿era todo parte del juego político del PSOE?