Va de urnas y elecciones
Llevo ya mucho escrito y no hablo de política desde hace lustros. Tal vez porque la he probado de cerca y he salido tresquilado. Tal vez porque entré pensando en una cosa y luego sucedió todo lo contrario. Tal vez porque creía en ese afán noble de trabajar por el próximo (prójimo) y después, la mayoría de las veces estás solo ante el peligro. Tal vez porque aquel espíritu de la transición que llamaba a la concordia entre rivales, ya no existe. Tal vez porque la política se ha profesionalizado, y por el pan baila y muerde el perro. Tal vez porque las posturas ideológicas se han extremado en los últimos tiempos, y cada vez es más difícil tender puentes. Tal vez porque los de en frente crees que te van a acuchillar, y lo hacen a traición los de tu bando que tienes a la espalda. Tal vez porque hay mucho que perder y poco que ganar, en la mayoría de los casos. Tal vez porque no compense airear la intimidad, ante la gran masa que te escudriña hasta la foto de comunión. Esa masa que por el voto, se cree con todo el derecho a exigirte y reclamarte, quizá lo que tú no puedes dar, no porque no quieras darlo, sino porque hay reglas que te lo impiden y ellos no están obligados a conocerlas, pero tú sí. Hay muchos tal vez, quizás demasiados peligros que discriminan voluntades y anulan buenos candidatos.
En pocas semanas nos veremos en las urnas nacionales, y en pocos meses en las municipales y autonómicas. El panorama social ha cambiado mucho desde aquellas lejanas elecciones de los setenta del siglo pasado. Aquello era un vendaval de aire fresco. La política de hoy se ha embrutecido en el fondo y en la forma. Los mensajes son cada vez más agresivos hacia el contrario, y los postulados nadan en las fangosas aguas de la demagogia más extrema. Si lo dice el de mi cuerda está bien, si por el contrario el mismo mensaje, similar o con matices lo dicen los otros, ya no sirve. El sectarismo está en boga, y las corruptelas han desanimado a mucha gente de buena fe, que veía en sus representantes políticos, a los defensores de valores propios que se han pasado por el arco del triunfo. A robar a manos llenas, que el dinero público no es de nadie. Corruptelas por todos los lados, aunque unas se esconden o susurran de pasada y otras te las cocinan mañana, tarde y noche en según qué televisiones.
No está el asunto para bromas en el panorama nacional, y la decisión se antoja difícil y compleja. Uno ya pasa de siglas desde hace tiempo, porque no sabes ya quien es quien. Los partidos mayoritarios se han mimetizado en sus propuestas, por ejemplo en la última legislatura de Rajoy, el vampiro Montoro aplicaba políticas de la época de Zapatero o más allá en materia fiscal, sangrando al contribuyente. Con la aparición de los comunistas de Podemos han estirado de la cuerda populista hacia la izquierda, con lo que los socialistas de Sánchez también andan perdiendo esa centralidad que les dio tantos votos en el pasado. Los populares de Casado intentan a la carrera borrar el lastre “mansón rajoniano” y situarse en el lugar, de donde nunca debieron salir; y Ciudadanos apela al constitucionalismo centrista como modelo de política de futuro. Pero la aparición de VOX, arrastra hacia la derecha clásica a los votantes decepcionados por el PP, con sus propuestas claras y rotundas en clave nacional, hacen mella en una masa difusa de inconformistas, desilusionados y contrarios a la jaula de grillos catalana. Así que la cosa está que arde con un gobierno en funciones, dispuesto a la propaganda continuada y en campaña electoral permanente. La que nos espera a los sufridos votantes.
En clave municipal el tema no es menos peliagudo. Si no cambian las cosas, y parece que no, en mi pueblo se presentan seis listas electorales a por la alcaldía: PSOE, PP, COMPROMIS, PODEMOS, AIPLA y CIUDADANOS van a intentar repartirse las 17 sillas del plenario. Y ya hay quien dice que VOX podría dar el salto a esta población del Alcalatén en fechas próximas, y que andan sondeando a varias personas de la localidad. Pero todo es una incógnita en mayúsculas, y la más grave posiblemente, sea el rechazo de mucha gente válida a comprometerse en cualquier lista, para desde el consistorio, trabajar por su pueblo. Porque en una pequeña localidad donde todo el mundo se conoce, dar el sí quiero a la política no está exento de riesgos. Como todo en la vida, no todo es bonito ni luce como pasear la vara de mando en las procesiones. Salir en la prensa o las televisiones, hacerse popular a la carrera. Coquetear con la fama también tiene sus riesgos. O gozar de las fiestas mayores desde un lugar privilegiado. Nada de eso, la política municipal es muy dura y no exenta de incomprensiones.
Pero si para acceder a un puesto de concejal se exige una trayectoria sin mácula, muy largo me lo fiais. Cualquier persona que haya arriesgado en la vida, en cualquier faceta de la misma, se ha expuesto a un sonoro fracaso. Con la crisis de los últimos tiempos, mucha gente válida se ha visto descabalgada de sus actividades por un sunami de efectos demoledores. ¿No eran válidos? La mayoría sí, lo acontecido ha sobrepasado todos los límites imaginables. Personas vencidas que no derrotadas, siguen siendo igual de válidas o más. De los fracasos se aprenden lecciones magistrales y también curten los espíritus, si se saben sacar conclusiones provechosas. Buscar mirlos blancos es misión imposible, y si esa blancura es el mérito por no haber arriesgado nada en la vida, aún peor me lo ponéis. Pues los valientes son siempre los primeros en caer en cualquier conflicto, y la cobardía no es buena mochila para estar en política, como tampoco lo es la valentía inconsciente.
Las próximas elecciones serán muy importantes tanto en el plano nacional como local. En nuestro entorno más cercano, porque l’Alcora está en una crisis profunda más allá de la ruidosa agenda asociativa. El pueblo ha perdido el tren de la industria cerámica hace años. Otras poblaciones viajan en el AVE industrial, el nuestro que fue pionero en tiempos pasados, viaja en un tren de cercanías con el peligro de pasar a la Panderola de vía estrecha sino se remedia y pronto. El peligro de ser ciudad dormitorio acecha, envuelto en las procelosas aguas de la agenda laboral ya globalizada. El tiempo de la autocomplacencia es historia, ese mismo tiempo que hacía proclamar a voces temerarias que en Alcora sobraban fábricas. Por eso entrar hoy en la política municipal es un reto mayúsculo, solo para valientes temerarios y para ilusos bienintencionados.
Yo siempre he tenido una especial ternura por aquellos que se deciden a plasmar su nombre en una candidatura local. Quizás el haber probado ese cáliz amargo, me hace especialmente sensible y comprensivo hacia estas personas, cualquiera que sea su ideología o situación personal. Les deseo mucha suerte y valor, aunque el valor se les presupone como en la mili. Pues cuando su nombre y apellidos se imprima en una papeleta electoral, quedará marcado de por vida queriendo o sin querer. Con todo lo bueno y malo que ello encierra. Y aunque con los años se arrepienta del paso dado y cambie de ubicación por evolución vital, en los pueblos aún funciona la etiqueta de forma dramática, como la divisa en el ambiente taurino. Así que suerte y al toro, que es cuatreño, veleto, astifino, negro bragao y embiste hasta por detrás del burladero. Pronto sonarán los clarines y los primeros espadas con sus cuadrillas harán el paseíllo en la plaza. La afición expectante atenta a la gran fiesta que se avecina. Que Dios y las urnas, repartan suerte.
Amb el pas dels anys més encara, jo no vote a les persones ni al programa electoral. Ho faig als fets, a l'ideari. I no tinc dubtes a qui he d'elegir. Si estiguera a Catalunya, la CUP-CC seria el meu preferit. A les europees, Bildu-ERC-BG, els escollits. A l'Alcora ni PsoE (millor P..Espanyol), ni PP, ni C's tindran la meua papereta. També a la Generalitat. A l'Estat ho faré als morats (els més socials amb possibilitats). No ho faré amb els fariseus ("bona" gent, o "ciutadans de bé"), ni els traïdors a les classes subalternes. No sé què passaria avui si les lleis socials i fiscals foren les que hi havia el 1980. Segur que els titllarien de "comunistes" o pitjor. Té carretades de collons!!! La propaganda, al lumpen-proletariat, li fa odiar als que els defensen i adorar als que els foten. Thomas Sankara, Salvador Allende, Amílcar Cabral, Patrick Lumumba, Mehdi Ben Barka en són un exemple del munt que hi ha, uns més populars, però els de base, més silenciats.