Almendras y almendros
De los árboles frutales de nuestros secanos, es seguro que el Almendro (prunus dulcis), es el más sufrido y noble de todos ellos. Se conforma con muy poco y lo da todo. Se conforma con una tierra pobre aunque sea alcalina, un poco de riego de lluvias y una poda de chupones que le impida asfixiar el corazón del árbol para darle el sol, Y evitando que la savia circule por ramas improductivas. Alguna pulverizada contra el pulgón y poco más. Y dar, lo da todo. Arraiga las tierras corredizas, en primavera regala una sinfonía de colores luminosos con sus flores blancas y rosadas, las abejas liban esas flores para la miel. Y al llegar septiembre, los frutos vellosos se abren, y aparece una almendra exquisita que no puede faltar en ninguna mesa, ya sea como aperitivo, acompañamiento de guisos o postre edulcorado. ¿Quién da más a cambio de tan poco?
Sin embargo, no han corrido buenos tiempos para este árbol rudo, que ha colonizado nuestros bancales desde siglos, gozando de una notable expansión entre los años sesenta y setenta del pasado siglo. El boom industrial lo relegó como a todo lo agrario, y aún así, algunos se animaron a plantarlo por las llanuras de Molvedre, Carrascal, Santa, Viñé, Salsadella, Palafanques, etc. y hasta el último rincón de cualquier partida abancalada de nuestro abrupto término. Pero los miserables precios en origen de la almendra, desencantaron al agricultor de tiempos muertos, dejándolos en barbecho y arruinando la arboleda. Como es costumbre, la política agraria de este desnortado país, siempre desastrosa para el agricultor, prefirió importar almendra de California, que apoyar la propia en detrimento de sus paisanos y su paisaje. Era la puntilla a un cultivo que arrancó ilusionado y pudo haber sido una fuente de ingresos importante y adicional a las economías domésticas, todo acabó como Cagancho en Almagro, ruina y fracaso.
Los signos de los tiempos son volubles y nada permanece, lo que hoy es valorado, mañana se defenestra sin más, y al contrario. Pero sí que hay una cosa clara y lo entiende hasta la mente más cerril, puedes cambiar de coche dos veces en la vida, pero comer, hay que comer por lo menos tres veces al día, y con las cosas de comer no se juega. Desde esta modesta página mis sufridos lectores, saben de mi pasión por los temas rurales, y también por nuestros árboles. El almendro ha sido protagonista varias veces en esta página, pudiera ser entonces tocado de un halo romántico, pero ahora lo es por derecho propio, productivo y rentable. El precio de la almendra está por las nubes, y quien ha cuidado su cultivo está de enhorabuena, porque a 1’70 € el quilo en bruto de almendra, ya empieza a ser interesante su cultivo. O lo que es lo mismo, con una o dos hectáreas de almendra Marcona, puedes sacar perfectamente entre 1500 y 2000 kilos de almendra que multiplicado por el precio actual te sacas 3000 mil euracos por la jeta que buenos son, ahora y siempre.
Este incremento del precio, se llegó a pagar a la ruinosa cifra de 0,50 €/kg., ha desarrollado la tan hispana picaresca, ahora los ladrones ya no solo roban naranja o alcachofas, sino también almendra. Ándese con ojo, si es de los que tiene el campo cuidado, porque puede llegar a la finca y tenerla recogida con plegadores hechos y todo. A unos cacos almendriles, que los pillaron los dueños les soltaron con desparpajo que: “Aún gracias, que la recogemos que siempre se perdían en el suelo”. Porque esa es otra, parece que los frutos del campo no tengan dueño. Uno pasa, ve una cepa y se endiña un sabroso racimo de uva, o cualquier otra fruta. No entiende de horas de trabajo en labranza, poda, quema y lo caros que son los productos fitosanitarios. Self service a las costillas del siempre mal pagado labrador.
Este año las almendras son rentables, la Marcona, la Comuna, la Llargueta, la Mollar, etc… me decía un viverista amigo, que no dan abasto criando plantones, a la gente le ha dado por plantar almendros, incluso en terreno de naranjos. Y yo me alegro, porque este árbol humilde y sencillo siempre ha merecido mejor trato que el recibido hasta la fecha. Puedes caminar por el campo y ver fincas yermas con esqueletos de almendros a montones, en una estampa de hondo patetismo de tristeza y abandono. Las últimas sequías han hecho el resto, engomando y secando almendros que aún en barbecho, habían logrado sobrevivir con unas mínimas condiciones climáticas. Pero me temo que los viveristas harán poco negocio por estos lares, me da que el espíritu campesino no abunda entre mis paisanos, que prefieren otras “distracciones” u otros intereses.
Me da en la nariz, que tenemos campos yermos y almendros carcomidos para muchos años, pues si con lo que hemos pasado, y pasándolas canutas, a nadie le da por desyermar fincas para almendros u otros árboles, vaya usted a saber. Como repunte un poco la economía y la gente tenga cuatro duros para el tercio y la tapa, vamos listos. Pero siempre habrá otros listos que con sacrificio, plantarán almendros que producirán almendras para servirlas en tapas a los señoritos ricos que tercio en mano, disertaran en acaloradas discusiones de lo mal que van las cosas y que nadie pone remedio. Real como la vida misma.
Yo ya he pedido una docena de plantones para reponer los muertos por la terrible sequía que nos asoló hace poco, pero claro yo soy un bicho raro, un señor ya mayor que chochea y como a otros como yo, la juventud no nos entiende y encima se cachondea del tema. Plantaré hasta el último aliento, así me lo enseñaron, así lo he venido haciendo y así lo haré si Dios me da salud y me mantiene activo. Solo por la flor del almendro, y aunque no diera mayor fruto, merece la pena darle vida, a Él y al paisaje. Como lo siento os lo cuento.
Supose que serà un dir "3000 euros per la cara". Com tu saps molt bé, si no es llauren, esporguen, ensulfaten i cullen, res de res. Sempre que passe per Atzeneta, la del Maestrat, quasi sempre, compre algun producte que porta ametlles en la seua composició. Són els pastissos que més m'agraden.