Jugando a los espías
Que España es un país de corruptos no lo digo yo sino que lo demuestran los hechos diarios, pero que los más jóvenes tomen como referencia a los más mayores es el colmo de los colmos.
El último escándalo es el de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, un joven de veinte años con una vida aparentemente normal. Cursando sus estudios universitarios como cualquier persona de su edad, puede que no sea el primero de la clase pero lo que ha demostrado es ser el más espabilado.
Intentar tomar el pelo a reconocidos empresarios y políticos no es cosa de ser un chico tonto.
Precisamente -además de estudiar tercero de carrera- también se dedicaba a hacerse pasar por un alto cargo de instituciones públicas, incluido el CNI. Este último donde fue pillado por “jugar a los espías” ha sido su ruina. Por lo visto, cobró 25.000 euros por vender un falso informe de la entidad.
El joven, que al parecer además de audaz tiene una buena labia, ha conseguido acceder sin ninguna complicación a las distintas autoridades, además de pasar cualquier control de seguridad. No lo digo yo, lo muestran las fotos que aparecían en su página de Facebook, donde por lo visto estuvo en la recepción posterior a la proclamación del Rey como también en el palco del Bernabéu, entre otras apariciones con empresarios de prestigio.
Francisco Nicolás lo tenía todo muy bien planeado. Los coches que utilizaba no eran precisamente de estudiante sino más bien de autoridad pública, tal y como se daba a conocer.
Me pregunto cómo consiguió llegar a relacionarse con gente de tal índole, pues su cara de niño lo delata. ¿Es tan inteligente como parece o los demás son muy inocentes?, ¿sus padres no sabían a qué se dedicaba su hijo?, ¿nadie sospechaba nada antes?, ¿qué necesidad tenía de complicarse la vida tan joven?
Por el momento creo que estará una larga temporada sin aparecer por clase, pues se le acusa de estafa, falsedad documental y usurpación de funciones públicas, no es para menos.
Para que luego digan que no se pueden compaginar los estudios universitarios con otros quehaceres.