Cacicada electoral
Vuelta al curso y vuelta a la cruda realidad, aunque mucha gente no ha podido evadirse de ella. Así estamos mientras el Partido Popular insiste en romper las reglas del juego democrático.
Como aquel anuncio de televisión en el que se aceptaba “Pulpo como animal de compañía” el Partido Popular quiere hacernos tragar un cambio de las reglas democráticas que favorece solo a sus intereses, vendiéndolo como un beneficio general. Pero esto ni es un anuncio televisivo, ni es un simple juego de mesa, estamos hablando de algo tan importante como la Democracia.
No quiero detenerme en detallar los centenares de alcaldes/as del Partido Popular y anteriormente de Alianza Popular que desde que se recuperó la democracia han gobernado sin ser el/la candidato/a más votado/a, aunque alguien le podría preguntar su opinión a Federico Félix (hacedor del Pacto del Pollo, que permitió que Rita Barbera fuera Alcaldesa de Valencia con tan sólo nuevo concejales de treinta y tres).
Quiero, sin embargo, centrarme en otros aspectos que se derivan de esta reforma, en primer lugar, implica romper con los acuerdos post-electorales, lo que supone la quiebra de la cultura del acuerdo, del pacto, un pilar básico para el Estado de Derecho de cualquier democracia que se precie en calificarse como tal. La democracia es acuerdo, es pacto, no es unanimidad, porque una sociedad nunca es uniforme y esa pluralidad debe ser atendida y entendida en una democracia.
En segundo lugar, el PP quiere cambiar las reglas del juego porque va a perder miles de gobiernos locales y la pregunta que debemos responder es por qué los va a perder. Primero porque todo el programa electoral del Partido Popular de las pasadas elecciones generales era mentira (ahora lo sufrimos), y segundo porque con su forma de entender la política prácticamente ningún partido político está dispuesto a pactar con el Partido Popular, y ello le supondría su final político, es algo así como abrazar un oso.
Finalmente la última intención del PP y la que esconde la razón principal, de este cambio electoral, tan de tramposo a la cartas, no es otra que la de ocultar la marca del PSOE, el único partido que puede ser alternativa de gobierno al PP en toda España. Es decir, invisibilizarlo en la campaña electoral tras la idea de “pacto de izquierdas, tripartito, etcétera. En definitiva, ocultar al PSOE tras multitud de siglas y partidos políticos.
En esta época, donde a través de los medios se ha consolidado la política de Marcas frente a la política Ideológica, silenciar la marca PSOE en los medios de comunicación frente a otras posibilidades mucho menos dañinas para sus intereses, es fundamental y se ha convertido en objetivo principal, pero no solo pensando en las próximas elecciones municipales sino también en las próximas elecciones generales.
El Partido Popular quiere una campaña electoral donde las únicas siglas conocidas sean las suyas, para seguir gobernando y que sus políticas sigan privilegiando a unos pocos en detrimento del interés de la mayoría.
El PSOE va a continuar trabajando para evitar esta forma de hacer política, no van a conseguir silenciarnos por la vía de las reformas con actitudes pre-democráticas.
Y no deberíamos olvidar que el cacique es el que hace cacicadas.
I quina diferència hi ha entre el PSOE i el PP, en economia? Cap ni una. El PSOE no tornarà mai al 2011. Si l'agost de 2011, junt amb el PP va modificar les Taules de la Llei, perdó la constitució, l'article 135 per retallar als pobres i pagar al accionistes...!!!???