Reinventar la Administración
El modelo administrativo que todos hemos conocido, el de hace solo un año, el “estado del bienestar” de inspiración socialdemócrata ha fallecido por colapso.
Aquello de ayudas para todos con cargo a deuda, y la concepción del actual gobierno socialista de que “el dinero público no es de nadie” y se puede derrochar ya es história.
Sencillamente ha colapsado por falta de ingresos y exceso de gasto público. Se pudo evitar tan solo respetando las normas de déficit cero de 1997 del gobierno popular, pero desgraciadamente, Rubalcaba y Zapatero, derogaron aquella normativa restrictiva en favor de la barra libre y el sobrenedeudamiento.
Y los prestamos que pide el gobierno central, titular de casi el 80% de la deuda pública o nuestras diputaciones, cuyas deudas suman tan solo el 0.5% del total, son los que después se han de negar a los particulares porque el sector público se lo ha llevado antes. En economía lo llaman crowding out, o efecto expulsión; al sector privado no se le presta porque el público lo necesita todo.
Por eso ahora toca reinventarnos y reducir gasto sin necesidad de recortar prestaciones básicas. De hecho en ello están la mayoría de gobiernos autonómicos y municipales desde las pasadas elecciones en mayo.
En la Diputación de Castellón también; esta semana se ha producido una reducción del coste de un 40% de telefonía, internet y en los 60 telecentros que mantenemos en los municipios más pequeños. Lo que supone un ahorro de 1.324.000 euros para la presente legislatura, a la vez que incorporamos mayor calidad en estos mismos servicios prestados.
Es solo uno más de los muchos ajustes que está haciendo la Diputación; antes redujimos en un tercio el número de vicepresidencias, el coste en personal de libre designación en un 30%, supresión puestos de dos conductores, tres guardias jurado, y hemos creado una Central de Contratación para que los municipios puedan ahorrarse 15 millones de euros anuales, y es solo el principio.
Lo dicho, necesitamos reinventarnos y en ello estamos.
Pues sí, menos mal que no vuelan, pues sino el turismo de "sol y playa" se habría acabado ya hace tiempo.