Primavera económica
A pesar de que todas las previsiones son negativas tanto para este año como para el próximo, el acierto y la premura en las reformas emprendidas están cosechando el aplauso internacional, el respaldo de los mercados con abaratamiento de tipos de interés, y también la prudente revisión de las aciagas expectativas.
Tanto es así que, si a las reformas actuales, le agregamos que los proveedores con facturas pendientes de ayuntamientos y autonomías ingresarán a principios de mayo 35.000 millones de euros, los indicios de recuperación pueden comenzar a atisbarse hacia final de esta primavera.
Lo importante es no frenar las indispensables medidas por más en la calle voceen los de siempre, es su derecho, tan legítimo como el de gobernar para el vencedor de las elecciones.
Así, en el último consejo de ministros con el plan de reestructuración y racionalización del sector público empresarial se han suprimido 27 entidades y se va a desinvertir en otras 35 compañías. Esta medida incardinada en el tercer eje reformista, el que va a redimensionar el sector público, para hacerlo más pequeño y más eficaz, sin sobreendeudamiento y sin morosidad, es un paso más en la construcción de una administración sin duplicidades ni derroches.
Ese modelo futuro es en el que se encuentra ya la Diputación de Castellón, capaz de dar un superávit de 15 millones de euros, a la vez que reduce en 11 su presupuesto y disfruta de morosidad cero.
Estas actuaciones referentes al sector público, que tendrá nuevas normas conducentes al déficit cero y a evitar facturas en los cajones, son tan importantes como la reforma del sector financiero y la laboral.
Esta última flexibiliza el mercado de trabajo para que la única respuesta de la empresa ante la crisis deje de ser el despido, que ya sufren cinco millones de españoles, o el cierre patronal, que se ha llevado por delante a más de 400.000 empresas.
Es posible que la primavera económica que todos anhelamos esté más cerca de lo previsto.