OPINIÓ
2009; Año de la Pobreza
08/01/2009
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El año que iniciamos, 2009, será en términos económicos y de bienestar inimaginablemente malo, habrá que reinventar nuestros sistemas estadísticos para que puedan recoger el mayor empobrecimiento nacional desde la autarquía franquista de principios de los años cuarenta. No es exageración sino pura contabilidad.
El gobierno socialista va a alargar la crisis más allá de 2010, el recurso fácil a la deuda hará que los banqueros presten a Zapatero y no a empresas o familias y, además, augura nuevos crecimientos en los impuestos y posteriormente en parados.
Pero aunque la recesión terminase mañana sus efectos en términos de pobreza se van a hacer notar durante muchos años.
Los españoles, como cualquiera, se sienten ricos o pobres en función tanto de lo que tienen como de su expectativa futura.
Sobre estas últimas todas las encuestas de confianza en el futuro económico, son calamitosas y anuncian una gran contracción en el gasto, y sobre lo ricos o pobres que se sienten los españoles es simplemente cuestión de observar su situación patrimonial.
Me refiero a la situación personal ya que la empresarial ha requerido incluso cambios en la normativa contable para evitar la multitudinaria obligación de declararse en situación de quiebra o concurso.
Y en cuanto a este patrimonio personal se acumula principalmente en tres tipos de bienes y derechos.
Los inmuebles, entre ellos los más de veinte millones de viviendas, que están perdiendo valor por primera vez en décadas, y son difícilmente enajenables.
Las acciones que suponen el ahorro de más de ocho millones de españoles han perdido un 40%, el mayor desplome desde el nacimiento del mercado de valores.
Finalmente la tercera forma de mantener el patrimonio familiar ha sido en cuentas de ahorro y depósitos sobre los que hay creciente desconfianza y ante lo que el gobierno ha tenido que intervenir.
El resultado final será que cuando, a pesar de este gobierno despilfarrador, se salga del pozo lo haremos muy empobrecidos, con un nivel de renta, riqueza y bienestar muy por debajo del conocido hace solo un lustro.
Estaremos en una nación que ya no podrá permitirse ministerios inútiles –el de la Vivienda era antes una modesta dirección general, y el de Igualdad no tiene competencia alguna-, ni 655 asesores presidenciales, ni gastos suntuosos en cúpulas en la ONU, ni caprichos electorales de 6.000 millones como el de la paguita de los 400 euros, en fin, otra realidad económica.
El gobierno socialista va a alargar la crisis más allá de 2010, el recurso fácil a la deuda hará que los banqueros presten a Zapatero y no a empresas o familias y, además, augura nuevos crecimientos en los impuestos y posteriormente en parados.
Pero aunque la recesión terminase mañana sus efectos en términos de pobreza se van a hacer notar durante muchos años.
Los españoles, como cualquiera, se sienten ricos o pobres en función tanto de lo que tienen como de su expectativa futura.
Sobre estas últimas todas las encuestas de confianza en el futuro económico, son calamitosas y anuncian una gran contracción en el gasto, y sobre lo ricos o pobres que se sienten los españoles es simplemente cuestión de observar su situación patrimonial.
Me refiero a la situación personal ya que la empresarial ha requerido incluso cambios en la normativa contable para evitar la multitudinaria obligación de declararse en situación de quiebra o concurso.
Y en cuanto a este patrimonio personal se acumula principalmente en tres tipos de bienes y derechos.
Los inmuebles, entre ellos los más de veinte millones de viviendas, que están perdiendo valor por primera vez en décadas, y son difícilmente enajenables.
Las acciones que suponen el ahorro de más de ocho millones de españoles han perdido un 40%, el mayor desplome desde el nacimiento del mercado de valores.
Finalmente la tercera forma de mantener el patrimonio familiar ha sido en cuentas de ahorro y depósitos sobre los que hay creciente desconfianza y ante lo que el gobierno ha tenido que intervenir.
El resultado final será que cuando, a pesar de este gobierno despilfarrador, se salga del pozo lo haremos muy empobrecidos, con un nivel de renta, riqueza y bienestar muy por debajo del conocido hace solo un lustro.
Estaremos en una nación que ya no podrá permitirse ministerios inútiles –el de la Vivienda era antes una modesta dirección general, y el de Igualdad no tiene competencia alguna-, ni 655 asesores presidenciales, ni gastos suntuosos en cúpulas en la ONU, ni caprichos electorales de 6.000 millones como el de la paguita de los 400 euros, en fin, otra realidad económica.
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Cualquier economista sabe q la unica forma d salir d una crisis como esta, son dos medidas, q se estan aplicando en todo el planeta, y en España también,aunque con demasiada lentitud a mi parecer. 1.- Obra pública 2.- Endeudamiento Otra cosa es q haya politicuchos como ustedes, q con tal de sacar beneficio politico,prefieran engañar a la gente, y salgan a todas horas criticando el endeudamiento. En el caso particular del lider de su partido, el señor Rajoy, es un error, pq es tan bobo, q nisiquiera se da cuenta q la gente es más lista que él,quiza por eso pierda elecciones una detras d otra (sin cansarse de ello, eso si) Y no me cansare d decirlo,q usted sea diputado nacional...vaya tela