Ideal de belleza y medios de comunicación
Las revistas, los anuncios de televisión, las películas… muestran ideales de belleza prácticamente inalcanzables para la mayoría de las personas. Varios estudios demuestran que la imagen corporal, la autoestima, y los patrones de alimentación se ven afectados negativamente por lo que se ve y se escucha en los medios.
La mayoría de las revistas para mujeres (e incluso revistas orientadas al hombre) insisten en que las personas deben centrarse en sus atributos físicos, es decir, la forma del cuerpo, el tono muscular, el cabello, el maquillaje, la ropa… para encontrar la felicidad, y rara vez mencionan la importancia de ser inteligente, sofisticado, divertido y/o poseer muchos otros atributos positivos que nada tienen que ver con el físico. Por ejemplo, las personas con sobrepeso experimentan una importante presión social, incluyendo burlas acerca de su peso, discriminación…
El ideal de delgadez ha sido construido por la sociedad y por los medios, y parece que todos debemos ajustarnos a él. Esta conexión es muy grave ya que una imagen corporal baja puede conducir a trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia que pueden desembocar en finales trágicos. En Estados Unidos, por ejemplo, mueren cada año 1000 mujeres debido a trastornos alimentarios, la segunda tasa de mortalidad más alta relacionada con trastornos psicológicos. Una muestra clara de que la exposición de las personas a las imágenes de los medios de comunicación afecta negativamente a la percepción de la imagen corporal.
Las mujeres no pueden alejarse del ideal de belleza que venden los medios. De acuerdo con un estudio realizado por Silverstein, Perdue, Peterson, y Kelly, las mujeres están más expuestas a los mensajes de los medios sobre sus cuerpos que los hombres. En su investigación analizaron cuarenta y ocho números de revistas encontrando sesenta y tres anuncios relacionados con la belleza y la alimentación de las mujeres y solo uno para hombres. Las mujeres delgadas son vistas como gente glamurosa, que consigue ventajas tanto sociales como laborales, mientras que las personas con un físico diferente a los estándares marcados son vistas como gente infeliz, perezosa, que no es digna o capaz de llevar una vida de glamour.
El culto al cuerpo se ha convertido en un deber, en una especie de tiranía peligrosa que está presente en nuestra sociedad. El problema de los estereotipos es que cuando se derriban o varían, se corre el riesgo de que los nuevos que se generen sean igual de dañinos. Por eso es importante preguntarse: ¿Tiene sentido poner en riesgo mi salud por seguir un canon de belleza? En mi experiencia como cirujano plástico he tratado con muchos pacientes que buscaban un cambio físico para solventar problemas psicológicos más profundos, que no podían solucionarse únicamente con un bisturí. No hay que olvidar que la belleza exterior comienza por el bienestar interno.