Quién dijo que los números cantan, los números hablan
Son tantos los pufos que hay en este país, son tantas las cantidades que se roban que todo este es un número, y precisamente estaba yo con esto de los números cuando me puse a analizarlos, cosas que pasan.
El 0
Por ejemplo, el cero (0); el cero realmente lo que se dice estilo no tiene, redondo, sin sinuosidades, sin diseño, lo mismo de ancho que de alto… lo que es estética el chaval… como que no; pero eso de que no vale nada a la izquierda… me da que o cambian las matemáticas o hacen algo porque por lo visto tanto la izquierda como la derecha se forran con él.
Y así, mirándolo y mirándolo, mirar no hay mucho que mirar; pero el 0, en lo que es su concepto, su esencia, ya es otra cosa, porque el 0 es una línea divisoria, un punto de inflexión en muchas cosa, determina el más y el menos, el antes y el después, como en las temperaturas, que puedes estar a +23 grados centígrados o –10, pero partiendo siempre del 0. Y en algunos países, como sucede en Estados Unidos, el 0 es la repera porque cuando dicen 0… ¡¡¡ostrás!!!!, pues que sale un aparato de la leche que se va de la estratosfera, pero bueno, no es en todo el país, solo en Cabo Cañaveral.
El 1
Lo del 1, con esa cabecita, en plan sombrero de plato, viene a ser como el poli de los números; va por ahí, por el medio, mira que te mira a ver si todo está en orden, en regla, y a nadie le mola; no ya porque sea el poli, que ya fastidia el asunto, sino porque la gente lo dice con desaire: «¿Solo 1…?», es lo que hay, y mejor que ya de ser poli que sea uno, que si se junta te montan una de antidisturbios,
El 2
El 2 realmente es feo, pero feo feo y hay quien dice (por eso de no traumatizarlo) que es un patito, un cisne… sinceramente, un gilipollas es el 2, un cabezón de carallo y además es un voyeur; sí, un voyeur porque no para de mirar al 3, que es el erotismo puro porque si el 3 lo miras de izquierda a derecha… diréis que estoy loco, pero hay dos tetas como dos carretas, y el 2… pues está ahí, de mirón, a la caída.
El 4
Sobre el 4 no hay la menor duda, esto está más que claro. Este número lo inventaron los arquitectos, que cansados de hacer líneas y más líneas con la regla, en una noche de agotamiento total las tiraron encima de la mesa y tal cual quedaron no solo inventaron el 4, así de casualidad, sino que la parte de arriba del 4 es el cartabón. Son cosas que pasan pero que así a lo bobo, los amantes de la escuadra han revolucionado el mundo de la construcción.
El 5, obviamente, está embarazado, no hay dudas, y poco más se puede decir, salvo que lleva siglos sin dar a luz; y el 6 es el precursor de esos aparatos eléctricos que hay en muchos megasupermercados y que una persona va encima de ellos para no tener que desplazarse a pie: o sea, que es pura tecnología aplicada a la vagancia.
El 7
Asunto particular es lo del 7, pero que muy particular e incluso que diría que sensible porque con la Iglesia hemos topado. El 7 antes ahora muy religioso porque llevaba una crucecita en el palito vertical, era creyente y tenía mucha fe; pero ahora… ahora se ha vuelto un descreído, de un agnóstico… no sé que hará con él Paco, el Papa, o Gallardón, pero algo me da que se hará, que los designios del Señor son inescrutables.
Por lo que respecta al 8, dicen que es un chulo. Mira, a mí personalmente me da que tiene un lío montado que no sabe por donde salir y el tío da vueltas y vueltas, giro y más giros, disimulando en todo momento y no se entera ni donde tiene la cabeza, si es arriba o abajo; tiene el pavo un melocotón en el coco pero de los buenos… vamos, que el 8 está de psiquiatra.
Y el 9
Y el 9…, que es el último número, este sí que es mucho. El 9 es la inteligencia pura, el cerebro de los números, el talento total, y por eso, porque lo controla todo (que es como el disco duro) va al final 123456789, observando a ver qué hacen los demás para que no se desmadren, y especialmente en situaciones concretas, como cuando con ellos juegan políticos, banqueros… gentuza de esa, ya sabes.