Ay sí, hombre sí; no hay como morirse
Yo sé que si me muero tengo una esquela gratis en el periódico (supongo que será para avisar de que no voy a trabajar), algunas pelillas de algún seguro de sabe dios qué y para de contar; vamos, como tú, más o menos.
Pero tú, que por ejemplo te llamas Raúl Togar o Luis Grijota, e imagínate por un momento que eres un conocido pintor o un laureado escritor… ¿mueres?; pues mueres, y por la cara ya eres una «pérdida», y si eres muy famoso, entonces ya adquieres la misma dimensión que un coche con 15 años sin pasar la ITV, «irreparable».
Tu estás vivo… y nada; hagas lo que hagas te tratarán como a una alpargata, inventes lo que inventes... ni caso; discurras lo que discurras… sigue pensando chaval y hoy ven a trabajar aunque sea festivo, na un pringao; pero es irte al otro mundo y desde ese momento tú ya no eres un ser humano, eres como una línea divisoria, como un puesto fronterizo, porque tras estar fiambre, contigo, Raúl Togar ,«hay un antes y un después», y Luis Grijota «tenía una visión distinta de interpretar las cosas, pasarán muchos años hasta que nazca otro Grijota».
Y entre las muchas frases, una de las más bonitas es esa de «era un hombre adelantado a su tiempo», y aunque todo dios se mosqueara porque siempre llegabas tarde, qué más da ahora.
No me digas que por esto no merece la pena salir de casa con los ojos vendados, cruzar una autopista de 400 carriles y a ver quién te lleva por delante para estar muerto un día o día y medio, o incluso una semana y, si tienes frío, que te pongan una capilla ardiente, que si es en mi caso y la pateo en la aldea la quiero pero ya.
Y qué me dices en el plano familiar... ahí la gente se embala, ahí el personal ya pierde los papeles y se lanza a lo bonzo, quemando los últimos cartuchos de su intelecto. «Siempre tuvo a una gran mujer a su lado». Pero una mujer… ¿cuál?, ¿la esposa, la amante, la hermana, la abuela? ¡¡¡¡¡ qué mujer hombre, qué mujer si este tipo estaba soltero… !!!!! Pero da lo mismo porque dices «mujer excepcional» y vale para todo, hasta para una tía abuela si la tienes.
Y en esto de los óbitos, de pasar a otra dimensión, hay otra frase similar que no falla porque si falla no estás muerto, estás grave, malherido, pero fiambre no, y la frase de marras es: «Detrás de él había una mujer excepcional». Y mira por donde, es justo por esta frase, la de «detrás de él había una mujer excepcional» por la que perfectamente sé, pero perfectamente, que nunca seré un laureado periodista ni afamado escritor, porque yo es mirar para atrás y lo único que tengo detrás es un dolor de cervicales y un dolor de espalda, pero un dolor…