OPINIÓ
Con la impunidad de siempre
10/07/2011
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Así es como actuaron una treintena de salvajes el pasado martes en Valencia durante la presentación del libro Noves glòries a Espanya, de nuestro compañero del Bloc Vicent Flor. Y es que en ocasiones parece como si la Transición no hubiese terminado de cerrarse del todo en el Cap i Casal puesto que, una vez más, varios grupos de ultras y violentos, pertenecientes a dos conocidos partidos de la extrema derecha, volvieron a hacer de las suyas insultando y agrediendo físicamente mediante el lanzamiento de libros, sillas y botes de humo tanto al público que asistía al acto, como particularmente al autor del libro y a la diputada de Compromís Mónica Oltra. La policía tardó media hora en llegar y afortunadamente no se contabilizaron heridos de consideración aunque los angustiosos momentos allí vividos seguro que a más de uno le llevará un tiempo olvidarlos. Los inductores de los hechos acumulan una extensa lista negra de acciones violentas, que van desde la colocación de bombas en los domicilios de intelectuales como Joan Fuster y Manuel Sanchis Guarner, los reiterados artefactos que en diversas ocasiones hicieron explosión en la conocida librería Tres i Quatre, o los más recientes ataques a los Casals Jaume I o a las sedes del Bloc y de Compromís por casi toda la geografía valenciana. Por no decir que éste mismo fascismo fue el que se cobró la vida del joven nacionalista Guillém Agulló mientras disfrutaba de una acampada en Montanejos junto a sus amigos. El libro, además de ser un magnífico ensayo acerca de la complejidad de la política valenciana y del regionalismo anticatalanista que ha conseguido imbricar la derecha autóctona en una parte considerable de la población a base de instrumentalizar símbolos, fiestas, lengua o tradiciones; recoge y enumera perfectamente estos y muchísimos otros episodios protagonizados por la extrema derecha y el blaverismo radical durante más de treinta y cinco años, y que en todos los casos aparecieron en la prensa escrita en su momento. Los autores materiales de algunos de los hechos detallados en la obra de Flor, probablemente se hicieron eco de su protagonismo y decidieron acudir a reventar el acto con total impunidad para, como dijo el autor, obsequiar a los allí presentes con una “clase práctica” de la teoría que el editor Vicent Olmos, el periodista J.J. Pérez Benlloch, la diputada Mónica Oltra y el propio Flor debatían cívicamente con los presentes en la mesa redonda. Imaginen ustedes por un momento que algún afamado escritor de Madrid acude a presentar un libro a San Sebastián y en el acto irrumpen una veintena de energúmenos de la kale borroka. Probablemente el hecho habría sido portada de toda la prensa nacional y hubiera ocupado durante días muchos minutos en todas las televisiones y radios. Por no decir que hubiera habido un buen número de detenidos puestos a disposición judicial, y que aquellos con antecedentes seguramente se hubieran enfrentado a algún tipo de condena. Pero lo que sucede en este País Perplex nuestro a pocos importa. La policia y la justicia continúan actuando con extrema tibieza para con estos vándalos, y aquellos que controlan los medios y que tienen la responsabilidad de hacer llegar los sucesos al gran público se inhiben ante los hechos de manera total y absoluta. Si resulta triste observar la inoperancia policial, tanto por su falta de previsión como por su tardanza en llegar al lugar de los hechos, más penoso es observar cómo en la segunda década del siglo XXI ninguna administración pública ni ninguno de los dos partidos políticos mayoritarios ha condenado respondido con una contundente condena pública a los hechos. Solamente, y con cuatro días de retraso, el Consell a través de su portavoz Lola Johnson y a pregunta de los periodistas ha condenado los hechos. El Psoe parece que se ha limitado a colgar una nota solidaria en el Facebook.
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