LA UNIÓ de Llauradors denuncia que el protocolo de exportación acordado para enviar nuestros cítricos y caquis a Perú es duro y caro y hará difícil su viabilidad
Por el contrario, los costes administrativos y de control para países terceros por el envío de sus producciones a la UE son bajos porque la Comisión Europea no reclama reciprocidad a las exigencias que sí imponen a nuestros productos
LA UNIÓ de Llauradors denuncia que los protocolos para exportar cítricos o caquis de España a terceros países son muy duros, hacen muy complicado entrar a nuevos mercados y el coste de la gestión administrativa de los mismos le supone al sector un gran esfuerzo económico debido a las elevadas exigencias burocráticas para exportar. Por el contrario, los costes administrativos y de control para países terceros por el envío de sus producciones a la Unión Europea es cero porque la Comisión Europea no reclama reciprocidad a las exigencias que sí imponen a nuestros productos.
Es el caso del protocolo con Perú donde su Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) acaba de aprobar los requisitos fitosanitarios necesarios para el inicio de la importación en fresco de mandarina, naranja y caqui de origen español. El propio Ministerio de Agricultura de España (MAPA) califica de “muy importante” el protocolo de exportación, ya que Perú puede ser la puerta para la exportación de otros productos y otros países de la región.
El MAPA explica que los requisitos técnicos fitosanitarios se han acordado después de las correspondientes misiones e intercambio de información entre ambos países con el propósito de minimizar los riesgos de ingreso de plagas cuarentenarias en Perú. Detalla que los envíos que se realicen han de contar con el permiso fitosanitario emitido por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), obtenido por el importador o interesado, previo a la certificación y embarque en el país de origen. Además, los productos deberán provenir de lugares de producción y plantas de empaquetado autorizadas por el MAPA y haber sido sometidas a tratamiento de frío, según los protocolos acordados. El importador, por otra parte, deberá entregar el documento de calibración y localización de sensores de temperatura, así como la fecha de inicio de tratamiento, registro de temperaturas y periodo de exposición, según Agricultura.
En la práctica, según denuncia LA UNIÓ, el protocolo de exportación de cítricos y caquis españoles a Perú está repleto de exigencias y cláusulas complicadas de cumplir y muchas exigencias burocráticas, por lo que la organización augura poco éxito pese al optimismo del MAPA. Será muy caro enviar nuestros productos allí y, según estima LA UNIÓ, el coste será de entre 9 y 11 céntimos por kilo exportado.
Se pone de manifiesto de nuevo las dificultades evidentes para que nuestros cítricos y caquis conquisten nuevos mercados diferentes a los ya conocidos del ámbito de la Unión Europea. No resulta extraño por tanto que por ejemplo el 94% de nuestras exportaciones citrícolas se quede en Europa. Para exportar a países como EEUU, China, Japón, Corea del Sur o Australia se nos impone un protocolo específico severo que actúa como barrera y que según el estudio de LA UNIÓ encarece los envíos de media en 0,09 €/kg al asumir costes de referenciación de campos, desplazamiento pre-auditoria, desplazamiento de inspectores, asistencia de traductor, tratamiento en frío, gestión adicional al proceso fitosanitario en almacén, inspección in situ, envío de documentación y desplazamiento al Puesto de Inspección Fronterizo(PIF) para agrupación de inspección. En el segmento de los protocolos más severos se encuentran los de Japón y México donde es prácticamente un milagro exportar alguna cantidad de cítricos. En 2019 sólo constan -de acuerdo a los datos de Datacomex- 7 toneladas a Japón y ninguna a Méjico. No sería de extrañar que pasara lo mismo con el protocolo de exportación a Perú.
Hay que indicar además que la producción agrícola en la UE está sujeta a controles fitosanitarios estrictos y comparados con otros países tenemos niveles muy avanzados de control de residuos y medidas ambientales, además de que nuestro grado de respeto a los derechos humanos está garantizado. “No se entiende que terceros países nos exijan unos protocolos de exportación tan rigurosos y que luego no exista reciprocidad por parte de las autoridades comunitarias que son muy laxas”, denuncia Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.
Peris afirma que para exportar a la Unión Europea los países terceros negocian con Bruselas y para exportar desde la UE a terceros países se hace mediante negociación de país a país y producto a producto con protocolos específicos. Este último aspecto demuestra, a tenor de los datos antes mencionados, que el Gobierno de España y sus Ministerios competentes no “hacen bien los deberes a la hora de negociar nuestras exportaciones”. En esta línea, La Unió propone que en las negociaciones para la exportación de los países de la UE se tenga en cuenta el interés comunitario y no exclusivamente el individual para no quedar en una posición desfavorecida en las negociaciones bilaterales de los protocolos.