Tres centros del CSIC en la Comunitat Valenciana reciben la distinción de excelencia Severo Ochoa
El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), el Instituto de Tecnología Química (ITQ) y el Instituto de Neurociencias (IN) son reconocidos por el impacto y la relevancia internacional de sus investigaciones
El reconocimiento supone una inversión de 4 millones de euros para cada centro durante los próximos 4 años
Se trata de los únicos centros de investigación de la Comunitat Valenciana con la acreditación de excelencia Severo Ochoa
Tres centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Comunitat Valenciana acaban de recibir la acreditación de excelencia Severo Ochoa, otorgada por la Agencia Estatal de Investigación, adscrita al Ministerio de Ciencia e Innovación. Se trata del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), el Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto del CSIC y la Universitat Politècnica de València (UPV), y el Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández (UMH), que ven reconocido así el impacto y la relevancia internacional de sus investigaciones. El distintivo Severo Ochoa supone una inversión de cuatro millones de euros para cada centro durante los próximos cuatro años.
El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) es un centro del CSIC ubicado en el Parc Científic de la Universitat de València. Su investigación abarca todas las etapas de la cadena alimentaria, desde el funcionamiento de la población microbiana intestinal hasta la conservación de los alimentos. Durante la pandemia de COVID-19, el IATA ha impulsado proyectos pioneros como el desarrollo de sistemas de monitorización del coronavirus en aguas residuales y la producción de mascarillas. El centro fue creado en 1966 y actualmente cuenta con unos 200 trabajadores entre personal investigador, técnico y de gestión.
Para su director, José F. Marcos, “el IATA ha alcanzado la excelencia científica y hemos sido reconocidos por ello gracias al trabajo de todo su personal. Somos el primer centro de España que realiza ciencia de alimentos en lograrlo, y lo hemos hecho poniendo en valor nuestra capacidad de transferencia a la sociedad. Significa un antes y un después en la dilatada historia del IATA pero, sobre todo, un decidido impulso hacia el futuro”.
La investigadora principal del proyecto Severo Ochoa, Amparo Querol, resume los objetivos a lograr con este reconocimiento. “Nuestras investigaciones persiguen tanto la generación de conocimiento innovador y multidisciplinar como su transferencia al sector productivo, un aspecto distintivo del centro que acredita su alto impacto. La acreditación Severo Ochoa nos permitirá consolidar la investigación de excelencia en nuestros programas existentes relacionados con salud, seguridad alimentaria y sostenibilidad, creando además un nuevo programa de investigación que permita dar un nuevo salto cualitativo a los tres anteriores orientado a la aplicación de la ciencia de datos y la inteligencia artificial a los grandes retos de la alimentación del futuro”.
Investigación disruptiva en Química
El Instituto de Tecnología Química (ITQ, CSIC-UPV) se creó en el año 1990. Es un centro de referencia en el área de catálisis, nuevos materiales y fotoquímica. Actualmente cuenta con más de 200 científicos y técnicos entre su personal, y ha desarrollado cerca de 100 patentes. Para su director saliente, Fernando Rey, “el ITQ ha obtenido por tercera vez este prestigioso galardón junto con otros ocho centros de investigación de áreas tan diversas como astrofísica, supercomputación, biociencias o alimentación. El proceso de selección es extremadamente competitivo, y se realiza siguiendo prácticas transparentes que garantizan la independencia y criterio del comité de selección formado por investigadores internacionales de reconocido prestigio”.
Según su director actual, José Manuel Serra, “la consecución de este galardón nos permitirá financiar líneas de investigación disruptivas y potenciar otras líneas de investigación estratégicas para maximizar el impacto en la industria y en la sociedad del ITQ. Además, el sello Severo Ochoa aumenta la visibilidad de la excelencia científica de la labor del ITQ en sectores como la industria química, energía, remediación medioambiental, transporte o terapias médicas, con impacto socioeconómico directo”.
El investigador responsable del proyecto Severo Ochoa, Hermenegildo García, enumera sus objetivos: “Entre los objetivos prioritarios está impulsar la carrera científica de los jóvenes investigadores del instituto. Otro objetivo es fomentar la colaboración entre grupos dentro del ITQ, promoviendo sinergias y favoreciendo la cohesión. Finalmente, aumentar la visibilidad del instituto, incrementando la internacionalización para aumentar su impacto a nivel mundial, fomentando intercambios de estudiantes de doctorado y la participación en proyectos internacionales”.
A la vanguardia en neurociencias
El Instituto de Neurociencias (IN, CSIC-UMH) es un centro de referencia en la investigación del cerebro, tanto en condiciones normales como patológicas. Más de 300 personas se dedican al conocimiento de las bases biológicas de la función cerebral y los mecanismos de las enfermedades cerebrales en este centro ubicado en Sant Joan d’Alacant. Para su director, Ángel Barco, “la financiación del programa de centros de excelencia Severo Ochoa nos permite acometer acciones que de otra forma no serían posibles, como las relacionadas con la atracción de talento o la internacionalización”.
“Precisamente la puesta en marcha de estas acciones con las ayudas Severo Ochoa de ediciones anteriores han permitido al IN colocarse en una excelente posición para renovar esta acreditación por segunda vez”, continúa el investigador, responsable del proyecto que se organiza en cuatro tareas: la puesta en marcha de ocho programas científicos orientados a las cuestiones más candentes de la neurociencia; el fortalecimiento de servicios centrales con nuevas tecnologías de frontera; el refuerzo del liderazgo institucional en cuestiones de igualdad y atracción de talento joven; y la coordinación de cuatro ejes de acción (formación, innovación, traslación y divulgación) que complementan la investigación desarrollada en el instituto.
“La posibilidad de disponer de fondos destinados a esas tareas nos va a permitir avanzar de forma mucho más rápida y decidida hacia el objetivo de consolidar el IN como un centro de referencia internacional en el que abordar cuestiones de vanguardia en neurociencias y de contribuir a la solución de problemas que tienen hoy día un elevadísimo coste económico, social y emocional, como son los trastornos mentales, neurológicos y asociados al envejecimiento”, finaliza el investigador del CSIC.