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Niños con diabetes y sus padres reciben educación grupal en el Hospital Sant Joan

Niños con diabetes y sus padres reciben educación grupal en el Hospital Sant Joan
  • Profesionales de Pediatría reúnen a familias para reforzar con ellos la formación diabetológica y que puedan aprender de sus experiencias

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Niños con diabetes y sus padres reciben educación grupal en el Hospital Sant Joan - (foto 2)

El Servicio de Pediatría de Sant Joan, dirigido por Mercedes Juste, ha comenzado a organizar encuentros entre niños diabéticos y sus padres para profundizar en la educación diabetológica con experiencias grupales.

Coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes, los profesionales destacan la importancia de esta formación, que va encaminada a que los pequeños puedan convertirse en pacientes expertos, controlando mejor su enfermedad.

Los niños que han participado en el primer grupo tienen edades comprendidas entre los nueve y los 14 años, todos ellos están diagnosticados de diabetes mellitus tipo 1, en tratamiento con insulina subcutánea y se encuentran en seguimiento en las consultas de Endocrino infantil desde la aparición de la enfermedad.

Desde hace cinco años, personal de enfermería y pediatría vienen realizando educación específica sobre diabetes en niños, pero en esta ocasión se ha optado por crear encuentros entre diversas familias, con el objetivo de completar la educación diabetológica en los niños que acaban de debutar y reforzar a los que llevan tiempo recibiendo un asesoramiento personalizado en las consultas.

“A los niños enfermos les viene bien saber que no son los únicos. Conocer a otros niños les ayuda a compartir experiencias sobre cómo llevan la enfermedad en su día a día y aprender de ellas. Nos ha sorprendido que estos niños, incluso, han creado un grupo en el móvil entre ellos. Los que acaban de debutar están viendo que se puede convivir perfectamente con esta patología. Por eso, siempre les digo que no son diabéticos, sino que tienen diabetes”, subraya la endocrinóloga infantil Ana Pilar Nso.

Como explica la especialista, la media de edad en la que debuta la diabetes mellitus tipo 1 es en la infancia, antes de la adolescencia, por eso es importante controlarla desde edad temprana, dado que “es una enfermedad para toda la vida”. Los primeros síntomas de la diabetes son la polidipsia (aumento anormal de la sed), poliuria (del volumen de orina) y la polifagia (de la necesidad de comer). “Suelen ser niños que controlaban la orina y comienzan a miccionar en la cama, experimentando también un aumento de la sed, del apetito y pérdida de peso. Estos síntomas, unidos a la glucemia capilar por encima de 200mg/dl suponen un diagnóstico de diabetes.

Los tres pilares del tratamiento

En esta sesión han incidido en los tres pilares básicos del tratamiento del niño diabético, el ejercicio, la insulina subcutánea y la alimentación. “En primer lugar, es importante que los niños tengan un hábito de ejercicio habitual porque va a mejorar el pronóstico de la enfermedad y va a bajar los niveles de glucemia”, explica la Dra. Nso.

Por otro lado, con las inyecciones de insulina se intenta simular el ritmo de secreción fisiólogica de insulina del organismo, con una de acción lenta una vez al día e insulina de acción rápida antes de cada comida principal. “Les hemos transmitido la importancia de rotar los sitios de punción (muslos, brazos, abdomen, glúteos) para evitar lipodistrofia, que es una degeneración del tejido celular subcutáneo, explicándoles también que en cada lugar se absorbe la insulina a una velocidad diferente. Así, les enseñamos a pincharse desde la infancia, para que sean autónomos y, si por ejemplo se tienen que ir de excursión, puedan hacerlo sin ayuda”, señala.

En cuanto a la dieta, les muestran cuántos hidratos de carbono contienen los alimentos para que puedan hacer una planificación diaria de los que pueden ingerir en cada comida. A través de una tabla, aprenden las equivalencias entre alimentos y las han repasado con ellos. “Hacemos hincapié”, destaca la pediatra, “en el etiquetado de los alimentos, para que calculen la cantidad de hidratos de carbono y el porcentaje de azúcares. La dieta ha de ser equilibrada y pueden comer de todo, pero racionándolo, algo a lo que también les enseñamos”.

El niño, como persona en desarrollo y a diferencia del adulto con diabetes, experimenta muchos cambios en sus hábitos de ejercicio, comida, etc., en función de la edad, por lo que los profesionales tienen que ir actualizando el tratamiento en cada visita y adaptarse a dichos cambios. De igual modo, es muy importante reforzar el control de la enfermedad en el adolescente, “una etapa en la que es más difícil mantener la adherencia al tratamiento”, según apunta Ana Pilar Nso, “ya que los cambios hormonales provocan descontrol en la glucemia. Por ello, los padres y el entorno educativo juegan un papel fundamental”.

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