La UMH, el Hospital de Sant Joan d'Alacant y Fisabio colaboran en un estudio
Investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y del Hospital Universitario de Sant Joan d'Alacant, a través de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), estudiarán el procesamiento emocional en población pediátrica a través de la imagen. Esta investigación ayudará en el futuro en el tratamiento de pacientes pediátricos que no pueden identificar o transmitir sus emociones
El investigador principal de este proyecto, titulado "Estudio que utilizará imágenes del procesamiento cerebral de imágenes con valencia emocional en población pediátrica mediante el análisis espacio-temporal con electroencefalografía", es el pediatra Francisco Sánchez Ferrer, junto al Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la UMH, que dirige el profesor Eduardo Fernández, y María Dolores Grima, investigadora del Instituto de Bioingeniería de la UMH y especialista en estudios de Electroencefalografía (EEG). En concreto, los investigadores van a iniciar en niños un estudio experimental sobre las emociones, estandarizadas internacionalmente. El proyecto acaba de conseguir la 29ª Beca Dodot 2017 de la Asociación Española de Pediatría, dotada con 12.000 euros.
El estudio propone, en primer lugar, validar en la población pediátrica una base de datos con diferentes imágenes, que los niños tendrán que puntuar en función de si les gustan o no. A continuación, se utilizarán técnicas de electroencefalografía para evaluar la actividad cerebral en respuesta a la visualización de cada una de las imágenes. Según ha explicado el pediatra Sánchez Ferrer, "queremos medir la respuesta emocional inmediata, identificar los cambios en la localización espacial y temporal de la actividad cerebral mediante EEG en niños a los que vamos a presentar secuencialmente esa serie de imágenes. En definitiva, se trata de ver qué parte del cerebro se activa y en cuánto tiempo cuando les gusta algo y cuáles cuando no les gusta".
Para ello, se utilizará un electroencefalograma de 64 canales de última generación que ofrece una precisión temporal de milisegundos, con una adecuada localización espacial. Por lo tanto, mediante un número limitado de electrodos y con una interfaz sencilla es posible conocer la respuesta primaria ante una imagen determinada de un sujeto, aunque no pueda manifestar esta emoción o quiera trasmitir la contraria.
El investigador de la UMH Fernández Jover ha explicado que "aunque en los últimos años se han realizado numerosos estudios del procesamiento de emociones en el cerebro en población adulta, son muy escasos los estudios realizados en población pediátrica. Además, la investigación podría ayudar a conocer mejor las bases del procesamiento cerebral de las imágenes durante el desarrollo y en sujetos con diferentes patologías". En este contexto, "en la edad pediátrica existen muchos pacientes que presentan dificultades para la compresión, interpretación o transmisión de las emociones, por lo que en el futuro nos planteamos estudiar personas con diferentes alteraciones patológicas, por ejemplo trastornos del espectro autista, dado que estas tecnologías ofrecen un amplio abanico de posibilidades diagnóstico-terapéuticas con un gran potencial", ha añadido el catedrático de la UMH.
Los resultados obtenidos serían útiles para el desarrollo de interfaces neuronales fiables (lo que supondría un cambio sustancial en la comunicación), diagnósticos y tratamiento de pacientes con dificultados comunicativas o adaptativas y entendimiento de los patrones de procesamiento cerebral de las emociones en niños. Según los investigadores, "se trata de un estudio básico fundamental que, posteriormente, puede ser aplicado en pacientes pediátricos que no pueden identificar o transmitir sus emociones ante estímulos visuales complejos. Podríamos dar un primer paso para poder traducir sus emociones".
El Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la UMH posee una amplia experiencia en estudios sobre procesamiento cerebral y cuenta con una línea de investigación específica centrada en las emociones, que ha dado lugar a numerosas publicaciones científicas en revistas de alto impacto, aunque todos sus estudios previos han sido realizados en población adulta.