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El Hospital Sant Joan d’Alacant aborda cambios en el estudio y clasificación de los linfomas cutáneos que implican tratamiento personalizado

El Hospital Sant Joan d’Alacant aborda cambios en el estudio y clasificación de los linfomas cutáneos que implican tratamiento personalizado
  • Cerca de 40 especialistas nacionales e internacionales participan en el ‘XIII Curso de Dermatopatología’ organizado por el centro alicantino

Cerca de 40 especialistas en dermatología y anatomía patológica de todo el país han asistido esta semana al ´XXIII Curso de Dermatopatología’ del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant. En esta ocasión el encuentro se ha focalizado, entre otros temas, en los linfomas cutáneos y los cambios en su estudio y clasificación.

En este sentido, se ha constatado que con una mejor comprensión de la biología de estas neoplasias y el uso de herramientas de biología y molecular y genética disponible es posible avanzar en su diagnóstico, pronóstico y tratamiento.

Según ha destacado el patólogo José Onrubia, “como en ediciones anteriores se han revisado temas relevantes que competen a ambas especialidades. Llevamos ya 25 años, interrumpidos solo por la pandemia, reuniendo a especialistas nacionales e internacionales para actualizar nuestros conocimientos y posteriormente poderlos aplicar en nuestra práctica diaria en beneficio del paciente”.

Así, ha destacado la actualización en linfomas cutáneos, “dado que están sufriendo cambios importantes en su taxonomía que implican no solo el diagnóstico clínicopatológico clásico, sino también el empleo de técnicas que podemos integrar en el contexto de la medicina de precisión que permitan un tratamiento óptimo a las personas que los sufren”, ha precisado Onrubia.

Este año, entre los ponentes de la jornada ha habido dos expertos de nivel internacional: el doctor Luis Requena, jefe de servicio y catedrático de Dermatología en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y el doctor Omar Sangueza, patólogo de la Universidad Winston-Salem, en Carolina del Norte (Estados Unidos) y editor de la prestigiosa revista ‘American Journal of Dermatopathology’.

Además, cabe reseñar la ponencia de María Rodríguez Pinilla, médica del servicio de Anatomía Patológica de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, especialista en linfomas y del doctor Ángel Fernández Flores, dermatopatólogo con amplia proyección internacional. También han sido ponentes de la jornada la jefa del servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant, María José Mayol y José Onrubia, del mismo centro y los dermatólogos alicantinos José Bañuls y Manuel Moragón.

Tratamiento del linfoma cutáneo

“El estudio de los linfomas cutáneos supone encontrar el nombre y apellido de cada tipo para indicar el tratamiento más adecuado para cada persona”, ha añadido el especialista en Anatomía Patológica.

En general, muchos de los linfomas cutáneos son indolentes, de poca gravedad y generalmente requieren un tratamiento poco agresivo, pero existen otros que muestran un comportamiento biológico agresivo y deben ser sometidos a quimioterapia o inmunoterapia.

No obstante, el más frecuente es la micosis fungoides, un linfoma T que inicialmente se trata con tratamiento tópico a base de corticoides y terapia fotodinámica, pero que en su evolución puede condicionar una enfermedad grave, incluso mortal. Los linfomas cutáneos pueden ser primarios o secundarios, en el caso de que se produzca la extensión a la piel de un linfoma que afecte a los ganglios linfáticos o a otros órganos.

Baja incidencia

Se trata de un grupo heterogéneo de neoplasias de la piel de baja incidencia. En España se estima que su frecuencia se sitúa en 1 caso por cada 100.000 habitantes. No obstante, “cada vez hay más casos y no se conocen muy bien las causas, salvo los asociados a infecciones”, señala Onrubia.

Así, en el arco mediterráneo se dan algunos linfomas asociados a infecciones por Borrelia burgdoferi, una bacteria que transmiten las garrapatas y que también puede provocar la enfermedad de Lyme. En este sentido, existen estudios que han establecido una conexión entre la infección crónica por Borrelia y el desarrollo de linfomas cutáneos indolentes.

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