Sanidad quiere acabar con las chucherías y la bollería industrial en los hospitales valencianos
La Conselleria recomienda que las máquinas expendedoras vendan productos más acordes con la dieta mediterránea
La Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública ha remitido a todos los departamentos una batería de recomendaciones sobre los alimentos y bebidas que se venden en las máquinas expendedoras instaladas en los centros sanitarios públicos de la Comunitat Valenciana para acercarlos a la dieta mediterránea.
En concreto, en la Instrucción de la Secretaria Autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, no se aconseja la venta o distribución de caramelos, peladillas y golosinas. Tampoco se recomienda la venta en máquinas expendedoras de bollería industrial con azúcares y edulcorantes añadidos, rica en hidratos de carbono y grasa, pero pobre en proteínas; así como aperitivos fritos elaborados a base de harinas de cereales, patatas o cortezas de cerdo.
En cuanto a las bebidas, se aconseja evitar las muy azucaradas o con exceso de cafeína, es decir, que contengan una cantidad superior a 5 gramos por cada 100 ml de producto de azúcares añadidos (esta medida no aplica a la horchata de chufa) y las que lleven más de 150mg/l de cafeína.
En las antípodas, se indican los alimentos y bebidas que las máquinas expendedoras sí deberían vender y que deberían alinearse con las singularidades de la dieta mediterránea. Además, se sugiere la inclusión de alimentos apropiados para personas con intolerancia al gluten.
También se recomiendan productos envasados con hasta 200 kilocalorías por cada 100 gramos de producto (a excepción de quesos, aceite de oliva, mantequilla, legumbres, frutos secos y semillas, crudas o tostadas, fruta desecada, conservas de pescado, chocolate con al menos 70% de cacao, cereales y derivados).
Así mismo se aconsejan productos que no tengan más de 7,8 gramos de grasa total por cada 100 gramos de producto; y que no lleven más de 1,5 gramos de ácidos grasos saturados por cada 100 gramos de producto. Estos límites no se aplican a leche entera, yogures y otras leches fermentadas y quesos, tampoco a frutos secos crudos o tostados ni al aceite de oliva y la mantequilla.
Finalmente, las recomendaciones contemplan que los alimentos que se dispensan en las máquinas de los centros sanitarios públicos no contengan grasas total o parcialmente hidrogenadas, a excepción de las grasas trans que lleva el propio alimento; ni más de 2,5 gramos de azúcares totales por cada 100 gramos de producto, salvo si este contenido en azúcar está naturalmente presente. También es aconsejable que los productos envasados contengan un máximo de 1,8 gramos de sal (0,72 gramos de sodio) por 100 gramos de producto.
Respecto a las bebidas, la instrucción aconseja a los centros sanitarios que tengan agua apta para consumo humano de manera gratuita; mientras que a las empresas propietarias de las máquinas expendedoras les recomiendan que las bebidas calientes se sirvan sin azúcar y que sea la clientela la que tenga la posibilidad de endulzarlas con hasta 5 gramos.
Uno de cada tres menores y jóvenes tiene exceso de peso en la Comunitat
Las medidas, según señala la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, son una herramienta “más para dar respuesta al problema de obesidad y sobrepeso que sufre alrededor de un tercio de la población infantil y adolescente de entre 2 y 17 años en la Comunitat Valenciana, e implica a los departamentos de sanidad a la hora de ofrecer productos alineados con una dieta más saludable, como es la dieta mediterránea, para cualquier persona que se encuentre en las instalaciones sanitarias”.
Asimismo, recuerda Navarro, “estas patologías comportan a su vez otras que deterioran la calidad de vida de las personas, y aumentan el riesgo de mortalidad en la edad adulta, por lo que se debe promover una alimentación saludable que aporte una vida más sana”.
En este punto, la dieta mediterránea se ha revelado como un instrumento óptimo para combatir el sobrepeso y la obesidad puesto que puede prevenir alrededor del 30% de los infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y fallecimientos por enfermedades cardíacas en personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
Además, ha añadido Navarro, la dieta mediterránea se asocia a la utilización de productos locales y de temporada, por lo que es respetuosa con el medio ambiente, lo cual justifica que la UNESCO la haya declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.