Roscón de Reyes: historia y tradición del haba y la figura
Este dulce típico de la Epifanía del Señor esconde dos sorpresas en su interior, ¿a ti que te ha tocado?
El 6 de enero, día de los Reyes Magos, es una de las fechas más esperadas para los niños pero también para las personas golosas porque es tradición como postre el Roscón, un dulce que esconde dos sorpresas: el haba y la figura.
En las panaderías y supermercados, el Roscón se presenta en una caja con la corona y en el interior, escondidas, un haba y una figura. En el mismo aparece un cartón en el que se indica que si te sale el haba debes pagar el dulce del año siguiente pero si te toca la figura, te coronarán Rey.
Pero, ¿qué hay de verdad en todo esto?
La historia del Roscón de Reyes se remonta al siglo II a.C., cuando en realidad era una torta. Se trataba del dulce típico de la celebración de los Saturnales, es decir, la finalización del periodo más oscuro de todo el año y el comienzo de la luz realizada por los campesinos y los esclavos, quienes quedaban excusados en todo ese tiempo de cualquier tipo de trabajo.
En el siglo III d.C. se empezó a introducir el haba en el Roscón de Reyes al considerarse un símbolo de prosperidad y fertilidad, por lo que la persona que la encontraba sería muy afortunada y el resto del año sería próspero.
En la Edad Media el haba perdió este significado y el día de Reyes se escogía una figura considerada como el rey del haba, una persona insignificante para el resto de la sociedad a la que se le autorizaba para reinar durante ese día pero con todo al revés, de ahí nació la expresión ‘tontolaba’.
¿Qué significan las figuras del Roscón?
Las figuras han ido variando de forma a lo largo de los años. Durante años se incluía una representación del niño Jesús, aunque el Rey ha ido ganando protagonismo y hoy en día en los roscones siempre hay una figura de Rey Mago, aunque algunos con más gancho incluyen diamantes como reclamo comercial.
Existe un consenso por el que la figura del Rey significa fortuna a quien se la encuentra.
