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Repensar la pista de fútbol para que el patio escolar sea más igualitario

Repensar la pista de fútbol para que el patio escolar sea más igualitario
  • Las niñas reducen la actividad física en Primaria y se recluyen en los márgenes, mientras algunos niños juegan al fútbol en los espacios centrales durante el recreo

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Repensar la pista de fútbol para que el patio escolar sea más igualitario - (foto 3)

¿Os habéis dado cuenta alguna vez de la gran cantidad de espacio que ocupan las pistas de fútbol en los colegios? Y aún más: ¿Qué lugar ocupan? ¿Y quiénes tienen más presencia en ellos? “Los patios son androcéntricos cuando responden solo a un arquetipo de alumnado: el niño al que le gusta el fútbol. La socialización diferencial lleva a algunos niños a identificarse con el fútbol dado que tienen muchos referentes masculinos en ese deporte. Esto provoca que generalmente se sientan más propietarios de estos espacios, explica la doctora en Psicología, experta en patios coeducativos y autora de la tesis Patis vius, patis coeducatius, Sandra Molines.

La investigadora sostiene que suele ser habitual que en la etapa infantil los niños “sueñan con ser futbolistas”, mientras que las niñas “sueñan con ser maestras, enfermeras o veterinarias”, que son “tareas relacionadas con los cuidados”. Esto acaba determinando en buen grado el lugar que ocupan en el patio escolar: el centro y las pistas deportivas, o los márgenes sin demasiadas oportunidades de juego activo.

“Un patio no es un espacio igualitario si está ocupado de manera distinta por niños y niñas. Hay que hacer ciencia de esto y ver quién ocupa los espacios centrales y los espacios periféricos y no naturalizar estas cuestiones. No podemos permitir que el 50% del espacio sea ocupado por el 8% del alumnado. Se pueden ofrecer alternativas a todos los talentos, habilidades o intereses para no privilegiar siempre las mismas opciones o juegos. Los patios de educación primaria, se deberían parecer más a las propuestas que brindan los espacios de educación infantil”, apunta Molines.

Un patio renaturalizado para hacer frente a la segregación

Una manera de avanzar hacia la coeducación de los patios de los colegios es la renaturalización, como la que está llevando a cabo el CEIP Ballester Fandos de València en el marco de Natural[ment]. El patirenaturalitzatcom a catalitzador del canviecosocial, un proyecto colectivo de innovación coordinado por Fent Estudi y en el que colabora Sandra Molines. Se enmarca en la estrategia MissionsValència 2030 y cuenta con el apoyo de Las Naves y del Ayuntamiento de València.
“Un patio renaturalizado es coeducativo porque no está inscrito a ningún arquetipo de persona, es libre. La naturaleza integra a todas las personas, necesita cuidados, que la respeten, que la protejan… los valores que se fomentan en un espacio natural o naturalizado no tienen nada que ver con los de una actividad que promueva la competitividad, el conflicto, la exclusión o la segregación”, afirma Molines. En este sentido, observa que las personas con alguna diversidad funcional también quedan fuera de esos espacios androcénticos y basados en el fútbol.

Las niñas reducen el movimiento a partir de Primaria por la falta de espacios

Por otro lado, las desigualdades que presentan los patios que no son coeducativos también se manifiestan en una cuestión de salud y actividad física: “Desde Primaria, las niñas se mueven menos que los niños porque las propuestas en las que ellas están socializadas y que tienen que ver con el movimiento no suelen estar presentes en los patios, como pasear, bailar, patinar o gimnasia rítmica. Son propuestas invisibilizadas por las androcénticas”.

La doctora Sandra Molines invita a fijarse en cualquier patio de Infantil y Primaria para apreciar las diferencias: “En Infantil se mueven igual los niños y las niñas, juegan igual sin segregación. Pero en Primaria esta enseguida aparece”. Así, defiende que “dos porterías son dos símbolos” de que ese deporte “tienen preferencias sobre cualquier otro”; en cambio, si hay un escenario en el que “es importante hablar en público, la interpretación o bailar”, se modifica esa jerarquía. “En la etapa Infantil presentan índices muy similares de actividad física y, con el tiempo, las niñas la abandonan. No por una razón física o biológica, sino porque las pistas de futbol lo condicionan todo. Así, en Primaria las niñas comienzan a tener más sedentarismo que los niños”, asegura.

Sandra Molines: “Tenemos un problema de convivencia si niños y niñas no juegan conjuntamente”

Por ello, Molines remarca que socialmente tenemos “un problema de convivencia si niños y niñas no juegan conjuntamente”: “Un patio puede fomentar la convivencia entre diferentes sexos o puede promover la segregación. Depende de los recursos, actividades o espacios de los que dispongan. Por el contrario, un patio coeducativo “problematiza la segregación y promueve espacios que sean compartidos por todo el alumnado”.

Para conseguirlo, la psicóloga defiende que la intervención del profesorado es “clave”, ya que deben ponerse “las gafas de coeducación para interpretar la realidad con perspectiva de género y transformar los espacios”. “La igualdad no quiere decir que haya muchas niñas futbolistas, sino que todas las personas valen lo mismo, que nadie es más propietario de un espacio que otra persona, que hay que compartir. El privilegio de la pista de futbol muchas veces se asume como un derecho, y de ahí que cueste tanto de modificar. La naturaleza nos ayuda a equilibrar las prácticas de poder y sumisión puesto que no se inscriben en ninguna mochila de género, nos pertenece igualmente a todas las personas. Por eso, la renaturalización de los patios escolares es una solución contra el sexismo, el androcentrismo y la segregación”, zanja Molines.

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